Esta es la forma más peligrosa de beber alcohol para tu hígado
Beber en exceso es malo para la salud. Pero un estudio descubrió que la forma en que bebemos afecta al hígado más que la cantidad que bebemos.
Muchas veces cuando salimos de fiesta bebemos más alcohol que el que hubiéramos bebido en toda la semana. Es común pensar que excederse un día no le hace mal a nadie, pero un estudio encontró que la forma en que bebemos puede afectar más al hígado que la cantidad.
El consumo de alcohol puede tener efectos perjudiciales en el hígado. El hígado es el principal órgano encargado de metabolizar y eliminar las sustancias tóxicas del cuerpo, incluido el alcohol. Cuando se consume alcohol, el hígado lo descompone en sustancias menos tóxicas. Sin embargo, el proceso de metabolización del alcohol puede generar subproductos tóxicos que pueden dañar las células hepáticas.
La enfermedad hepática es una de las principales causas de muerte prematura a nivel mundial, con un 2-3 % de la población mundial que tiene cirrosis (cicatrices en el hígado) o enfermedad hepática. Desde que comenzó la pandemia de Covid-19, las muertes relacionadas con el alcohol han aumentado 20 %.
Según un estudio realizado por el University College London (UCL), el Royal Free Hospital, la Universidad de Oxford y la Universidad de Cambridge, una sola noche de borrachera tiene más probabilidades de provocar enfermedades hepáticas que unas pocas copas repartidas a lo largo de la semana.
La Dra. Linda Ng Fat, una primera autora del estudio de UCL Epidemiology & Public Health, dijo en un comunicado: “Muchos estudios que se centran en la relación entre la enfermedad hepática y el alcohol se centran en el volumen de alcohol consumido. Adoptamos un enfoque diferente al centrarnos en el patrón de consumo de alcohol y descubrimos que este era un mejor indicador de riesgo de enfermedad hepática que el volumen solo”.
El estudio, publicado en Nature Communications, es el primero en evaluar cómo el patrón de consumo de alcohol de un individuo, su perfil genético (a través de una puntuación de riesgo poligénico) y si tiene o no diabetes tipo 2 afecta su riesgo de desarrollar cirrosis relacionada con el alcohol (ARC).
La cirrosis relacionada con el alcohol es una forma específica de cirrosis hepática que se desarrolla como consecuencia del consumo crónico y excesivo de alcohol. A medida que el hígado intenta reparar el tejido dañado, se forma tejido cicatricial en lugar del tejido hepático normal. Con el tiempo, esta cicatrización puede obstruir el flujo sanguíneo a través del hígado, lo que dificulta su capacidad para realizar funciones vitales, como la metabolización de sustancias tóxicas y la producción de proteínas esenciales.
Esta es la forma más peligrosa de beber alcohol para tu hígado
Los investigadores analizaron los datos de 312.599 adultos que beben activamente en el Biobank del Reino Unido, para evaluar el impacto del patrón de consumo de alcohol, la predisposición genética y la diabetes tipo 2 en la probabilidad de desarrollar ARC.
Los hallazgos revelan que los bebedores que se dedicaban a un consumo excesivo de alcohol, que se clasifica como tener 12 unidades en un día en algún momento de la semana, tenían tres veces más probabilidades de desarrollar ARC. El riesgo para aquellos con una alta predisposición genética fue cuatro veces mayor y el riesgo para los diabéticos tipo 2 fue dos veces mayor.
La Dra. Fat añadió que “el otro hallazgo clave fue que cuantos más factores de riesgo se involucren, mayor será el “riesgo excesivo” debido a la interacción de estos factores”.
Esto quiere decir que cuando el consumo excesivo de alcohol y la alta predisposición genética estaban en juego, el riesgo de desarrollar ARC era seis veces mayor que el riesgo basal. La adición de la diabetes tipo 2 también resultó en un riesgo aún mayor.
El Dr. Gautam Mehta, autor principal del estudio de la División de Medicina de la UCL y el Royal Free Hospital, dijo en el comunicado: “Nuestros resultados sugieren, por ejemplo, que sería más perjudicial beber 21 unidades en un par de sesiones en lugar de repartidas uniformemente a lo largo de una semana”.
Según los investigadores, el estudio cobra relevancia porque permite dirigir las intervenciones a aquellos que tienen patrones de consumo altos y revela que no es solo la cantidad que se bebe en general, sino la forma en la que se bebe importa.
“Beber mucho, rápido, o beber para emborracharse puede tener graves consecuencias para la salud del hígado”, dijo en un comunicado Pamela Healy, directora ejecutiva del British Liver Trust. Tener una estrategia de alcohol que incluya impuestos, controles más fuertes sobre la publicidad y el marketing del alcohol y una mayor conciencia de los peligros del consumo excesivo de alcohol es fundamental para proteger a la población.
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