Estación en órbita lunar ayudará a detectar asteroides peligrosos para la Tierra

Un nuevo estudio respaldado por la ESA está considerando si la futura estación en órbita lunar, Gateway, podrá usarse para interceptar asteroides que se acercan peligrosamente a la Tierra.

Planificada para ser construida esta década, Gateway se colocará en una órbita altamente alargada o “excéntrica” de una semana alrededor de la Luna, pasando a un mínimo de 3.000 kilómetros de la superficie lunar y 70.000 como máximo.

Las misiones tripuladas requerirán mucha menos energía para encontrarse con Gateway que volar directamente a la superficie de la Luna, y luego pueden alcanzar el satélite con aterrizadores basados en la estación.

Pero Gateway también podría apoyar operaciones en el espacio profundo, incluidas las naves espaciales para la defensa planetaria, para desviar las rutas orbitales de los asteroides entrantes.

El concepto puede sonar a ciencia ficción, pero las primeras misiones de defensa planetaria de la Tierra ya están en preparación activa. La nave espacial DART (Double Asteroid Redirect Test) de la NASA, que se lanzará el próximo año, impactará al par más pequeño del asteroide Didymos, en órbita entre la Tierra y Marte, en un intento por cambiar su órbita. En 2026, la nave espacial Hera de la ESA realizará un primer estudio del asteroide posterior al impacto.

Las misiones DART y Hera, conocidas conjuntamente como AIDA (Asteroid Impact and Deflection Assessment) representan una prueba experimental en un cuerpo distante que no representa una amenaza para la Tierra.

Una vez probada, la técnica de desviación podría usarse de verdad en los asteroides que se acercan peligrosamente, pero un tiempo de reacción rápido sería crucial para la máxima efectividad.

En consecuencia, la ESA está financiando un nuevo estudio realizado por el Politechnico di Milano para analizar las opciones para usar el Gateway para estacionar la nave espacial de defensa planetaria en preparación para interceptar los asteroides entrantes. Estas naves espaciales podrían salir con energías mucho más bajas en comparación con la salida de la Tierra misma.