Aunque antes de la llegada de Colón eran más, en Chile existen nueve pueblos originarios con vigencia. Estos son “parte esencial de las raíces de la Nación chilena, así como su integridad y desarrollo, de acuerdo a sus costumbres y valores”, se señala en la Ley Indígena de 1993. Pero una parte fundamental de estas costumbres es el uso de sus lenguas nativas, y se ha visto drásticamente reducido.
Desde la creación de Chile como país, los pueblos originarios han debido adaptarse al español. En la actualidad, todas las lenguas indígenas cuentan con una minoría de hablantes nativos, y en consecuencia están en peligro crítico de extinción. Este no es un panorama aislado, ya que el 40% de las lenguas indígenas en todo el mundo están en peligro de desaparecer según la UNESCO.
Según el decreto 97 de la Ley General de Educación, que se refiere al derecho de educación intercultural, de los 9 pueblos originarios solo 4 idiomas tienen “vitalidad lingüística”: el aymara, quechua, rapa nui y mapudungún. Este último pertenece a la comunidad más grande de descendientes de pueblos originarios en el país, que corresponde a un 84% del total. En consecuencia, el mapudungún es la lengua indígena más hablada.
No obstante, la doctora en lingüística de la Universidad de Santiago Elisa Loncón, comenta para Qué Pasa que en realidad sólo el 10% de los mapuches habla mapudungún. Además, para la mayoría de ellos es un segundo idioma. “Son los mayores de 50 años que en general tienen el mapudungún como lengua nativa, y eso pone en riesgo el idioma”, explica la académica.
Están en peligro de desaparecer: la compleja realidad de las lenguas indígenas en Chile
Las cuatro lenguas mencionadas anteriormente son enseñadas en algunos establecimientos definidos por el Ministerio de Educación, donde hay al menos un 20% de alumnos descendientes de culturas originarias.
Sin embargo, el panorama es menos favorable para las demás lenguas indígenas, que cuentan con menos hablantes nativos. El decreto menciona que “los otros cinco idiomas (lickanantay, colla, diaguita, kawésqar y yagán) se encuentran en una situación de máxima vulnerabilidad lingüística” y, debido a la baja presencia de familias que busquen mantener este idioma, no se enseña más que como actividad extracurricular en escuelas locales.
Sin embargo, Loncón explica que las comunidades aún hacen esfuerzos por revitalizar estas idiomas. “Ninguna comunidad decide abandonar su lengua así como así”, explica la académica, “pero faltan políticas públicas que promuevan el uso de estos idiomas, más que esfuerzos simbólicos”. Este es el panorama de tres lenguas indígenas en Chile, que se encuentran al borde desaparecer.
Yagán: el estado de las lenguas indígenas en Chile
El estado crítico de la lengua yagán fue conocido gracias a la historia de Cristina Calderón, quien fue reconocida como Tesoro Humano Vivo por la UNESCO en 2009. Ella fue la última hablante nativa de este idioma, y se pensaba que una vez que ella falleciera, también moriría la lengua yagán.
Cristina falleció el 16 de febrero de 2022, pero durante sus últimos años de vida fue parte de un intenso trabajo por la recuperación y preservación del idioma. Su nieta, Cristina Zárraga, se convirtió en la siguiente “guardiana” del yagán, y junto a un equipo de lingüistas de universidades nacionales e internacionales, han realizado una serie de iniciativas para enseñar el idioma a nuevos hablantes.
La nieta de Cristina ha participado en la elaboración de material didáctico en yagán y un diccionario que no sólo incluye algunas palabras básicas y su significado, sino también actividades de lectura e instrucciones para pronunciar algunos de los sonidos característicos del idioma.
A pesar de que no es parte de las bases curriculares oficiales de la Ley General de Educación, el material elaborado por Zárraga se usa en algunas escuelas de la región de Magallanes, donde se concentra la mayoría de los descendientes de la cultura yagán.
Kawésqar: la compleja realidad de las lenguas indígenas en Chile
El idioma de este pueblo que también habitó en el extremo austral también se encuentra en riesgo de desaparecer. Al igual que los pueblos vecinos que habitaron la Patagonia, los yaganes y los selk’nam, los kawésqar se tuvieron que enfrentar a las misiones colonizadoras que mermaron drásticamente su población.
En el 2022, se estimaba que solo existían 8 hablantes de esta lengua originaria, siendo uno de ellos el doctor en lingüística Oscar Aguilera Faundez. Etnolingüista, académico de la Universidad de Chile y de la Universidad de Magallanes, lleva más de 50 años estudiando la lengua kawésqar. Ha desarrollado distintas instancias tanto académicas como digitales para promover la preservación de esta lengua.
Existe una pequeña comunidad kawésqar en Puerto Edén, en la isla Wellington de la región de Magallanes. Ahí, el profesor Aguilera ha convivido con los nativos y consiguió aprender el idioma. Con este conocimiento, ha generado un diccionario que ha permitido registrar el idioma para ser enseñado a nuevas generaciones.
La doctora Elisa Loncón mencionó para Qué Pasa que este tipo de investigaciones es importante, ya que “mientras existan los registros las lenguas pueden reactivarse. Las comunidades siempre buscarán hablar su idioma”.
Aymara: la realidad de las lenguas indígenas en Chile
Si bien esta lengua indígena es una de los cuatro con más hablantes del país, también se encuentra en riesgo. De acuerdo al Censo del año 2017, en Chile habría una población de más de 150.000 aymaras, pero menos de un 5% usarían su lengua nativa como idioma principal.
Según la Subdirección de Pueblos Originarios, al igual que el mapudungún, la lengua aymara comenzó a ser escrita hace siglos por sacerdotes católicos, con objetivo de evangelizar a los indígenas. Esta lengua andina comenzó a ser alfabetizada en 1603 por el sacerdote jesuita Ludovico Bertonio, quien publicó un libro titulado “Arte y gramática muy copiosa de la lengua aymara” en Roma.
Eso sí, a diferencia de los pueblos mencionados anteriormente, los descendientes de la cultura aymara también tienen presencia en países vecinos. A diferencia de Chile, donde sólo el español es considerado un idioma oficial, en Perú y Bolivia la lengua aymara está reconocida y protegida por la ley.
Esto quiere decir que cuentan con políticas que favorecen el uso público de la lengua, mediante la educación obligatoria del idioma en algunas escuelas y universidades, además de un alfabeto unificado y ratificado por estos dos países. Según Loncón, este es un esfuerzo por preservar la lengua que en Chile no ocurre.
El problema, según la académica, es que no han habido mayores avances en el uso cotidiano de las lenguas originarias, como sí ocurre en los países vecinos. “Uno puede tener letrada una oficina o una posta con el idioma, pero si ni siquiera sabes cómo se lee no te genera impacto que algo simbólico. Necesitamos reconocer las distintas funciones sociales que tiene una lengua”, explica.