En un nuevo capítulo de la relación entre tecnología y obsolescencia, Apple ha añadido a su temida lista de productos obsoletos tres dispositivos icónicos que, hasta hace poco, formaban parte de la vida cotidiana de muchos usuarios.
Este es un golpe duro para quienes aún los utilizaban, ya que a partir de ahora no recibirán ningún tipo de soporte o reparación oficial. Aunque estos dispositivos representan una era pasada, su desaparición definitiva plantea preguntas sobre la sostenibilidad tecnológica y el futuro de los usuarios que aún dependen de estos equipos.
Este es el modelo de iPhone y de iPod que Apple dejó obsoletos y es una mala noticia si tienes uno
Para quienes aún cuentan con un iPhone 6, lanzado en septiembre de 2014, la noticia es particularmente dura. Aunque el iPhone 6 Plus ya había sido declarado obsoleto en abril de este año, muchos aún mantenían la esperanza de que el modelo estándar sobreviviera un poco más. Sin embargo, Apple ha decidido poner fin a esa esperanza al añadir este modelo a su lista de productos obsoletos.
Esto significa que, si algo falla en tu iPhone 6, ya no podrás acudir a las tiendas oficiales de Apple ni a los proveedores autorizados para repararlo. Lo mismo ocurre con el iPod Nano y el iPod Shuffle, dos reproductores que marcaron una era y que han quedado relegados al olvido.
El iPod Nano, introducido por primera vez en 2005 y actualizado por última vez en 2015, se comercializó como un reproductor de música de gama media que permitía a los usuarios disfrutar de sus canciones sin la necesidad de estar conectados a aplicaciones de streaming.
En tanto, el iPod Shuffle, un pequeño reproductor sin pantalla, también fue retirado del mercado en 2017, junto al iPod Nano, pero recién ahora han sido declarados oficialmente obsoletos. Esto implica que cualquier problema con estos dispositivos ya no podrá ser solucionado a través de los canales tradicionales de Apple.
El término “obsoleto” en el mundo de Apple tiene implicaciones importantes. Según la propia definición de la compañía, un producto se considera obsoleto cuando han pasado más de siete años desde que dejó de estar disponible para la venta. Desde ese momento, no solo se suspende el soporte técnico, sino que tampoco es posible acceder a piezas de repuesto a través de los canales oficiales. Los usuarios quedan, en esencia, a la deriva con sus dispositivos, enfrentando la difícil decisión de seguir usándolos hasta que inevitablemente fallen o migrar a modelos más nuevos.
El caso del iPhone 6 es particularmente interesante. Este modelo representó un hito en su momento, con su pantalla más grande y mejoras significativas respecto a sus predecesores. Sin embargo, con el paso de los años, se ha convertido en un dispositivo “vintage” según la clasificación de Apple, y ahora ha dado el salto a la categoría de obsoleto.
Aunque aún hay opciones para aquellos que quieran seguir utilizándolo, como acudir a reparadores no oficiales o intentar conseguir piezas de repuesto por su cuenta, el mensaje es claro: el ciclo de vida del iPhone 6 ha llegado a su fin.
Más allá de la nostalgia por estos dispositivos, la decisión de Apple ha reavivado el debate sobre la sostenibilidad en la industria tecnológica. Las críticas hacia la empresa, y hacia otras grandes marcas, se han centrado en la corta vida útil de sus productos, lo que alimenta la creciente crisis de los desechos electrónicos.
Cada año, toneladas de dispositivos antiguos terminan en vertederos, liberando sustancias químicas tóxicas que contaminan el medio ambiente y afectan a la salud de personas, animales y plantas. La declaración de obsolescencia de estos dispositivos solo añade más combustible a este problema global.
De hecho, organizaciones y activistas han señalado que las empresas tecnológicas tienen la responsabilidad de alargar la vida útil de sus productos o, al menos, facilitar su reciclaje de manera eficiente. Sin embargo, la realidad es que, en muchos casos, es más rentable para las empresas impulsar la compra de nuevos dispositivos que ofrecer soluciones sostenibles para los antiguos.
¿Qué hacer si tienes uno de estos dispositivos?
Si todavía cuentas con un iPhone 6, un iPod Nano de séptima generación o un iPod Shuffle de cuarta generación, las opciones son limitadas. Puedes continuar usándolos mientras sigan funcionando correctamente, pero es importante tener en cuenta que cualquier fallo o desperfecto podría ser el fin definitivo del dispositivo.
Para algunos usuarios, esto podría ser la excusa perfecta para actualizarse a un modelo más reciente. Sin embargo, aquellos que prefieran aferrarse a sus viejos dispositivos pueden intentar repararlos por su cuenta o acudir a servicios de reparación independientes, aunque esto conlleva ciertos riesgos. Al final del día, la decisión de cuándo decir adiós a estos dispositivos depende de cada usuario.