En una carta, el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS) el etiope Tedros Adhanom Ghebreyesus, lamentó que más de seis millones de personas hayan muerto de Covid en todo el mundo y peor aún, que diariamente sigan habiendo miles de muertes. En la misiva, Tedros recordó que sólo en la primera semana de febrero murieron más de 75.000 personas en todo el mundo.
Pero ante los desalentadores números, la máxima autoridad sanitaria mundial dijo que el organismo tenía un plan estratégico para terminar con la pandemia este año.
El mundo tiene “las herramientas para planificar y responder a cada eventualidad”, dijo Tedros.
El director general de la OMS, dijo en el prólogo del plan que el mundo ahora se encuentra en “un momento crucial y peligroso en la lucha contra el Covid-19″.
El plan fue dado a conocer este miércoles a través de esta carta, y establece un camino para poner fin a la emergencia sanitaria global que ha producido el Covid-19.
En rigor se trata de su tercer plan estratégico de preparación y respuesta al Covid-19, y en el que organismo reconoce que la pandemia sigue siendo una crisis mundial aguda, pero para el que dibuja un camino para poner fin a la emergencia mundial. La OMS dice que si se implementan medidas clave rápidamente, es posible poner fin a la pandemia este 2022.
En su estrategia, la organización delineó tres objetivos claves: reducir las infecciones por coronavirus, aumentar los diagnosticos y tratar los casos de Covid-19 de manera efectiva para reducir las muertes.
Para lograr esto, la OMS dijo que se debía aumentar la vigilancia y el monitoreo, mejorando la equidad al acceso mundial de las vacunas, reforzando los sistemas y suministros de atención médica, así como mejorando la investigación y los análisis de datos.
“Aunque es imposible predecir con precisión cómo evolucionará el virus SARS-CoV-2, sabemos que surgirán nuevas variantes a medida que la transmisión continúe y, en muchos casos, se intensifique”, escribió la OMS en su plan. “Y, sin embargo, podemos mirar hacia el futuro con la esperanza de que podemos poner fin a la pandemia de Covid-19 como una emergencia mundial a través de nuestras acciones”.
Aunque los casos se han reducido en gran parte del mundo, incluido Chile, después de la ola que provocó la variante Ómicron, en muchas partes se están viviendo nuevos rebrotes, debido a una subvariante, técnicamente bautizada BA.1, pero coloquialmente llamada Ómicron 2 o sigilosa, por su capacidad de evadir los test PCR.
Un objetivo clave para la OMS es alcanzar una tasa de vacunación mundial del 70 por ciento, que se mantiene muy por encima de las tasas actuales en algunos países más pobres.
De los 194 países miembros de la OMS, 21 han vacunado a menos del 10 por ciento de su población y 75 han vacunado a menos del 40 por ciento.
El plan también incluye proteger mejor al personal médico que está atendiendo la crisis santitaria. La OMS estima que alrededor de 115.000 trabajadores de la salud murieron en todo el mundo a causa del Covid-19 entre enero de 2020 y mayo de 2021.
La organización de salud también mencionó ajustar los sistemas de informes de Covid-19: los países podrían ajustar los sistemas de vigilancia para rastrear las morbilidades y el impacto sobre las tasas de transmisión, pero dijo que las naciones más afectadas con bajas tasas de vacunación deberían continuar monitoreando los casos.
Pese a lo anterior, el director general dijo durante una conferencia de prensa que, según la investigación actual, el escenario más probable es que el virus SARS-CoV-2 continúe evolucionando, pero la gravedad de la enfermedad Covid-19 se reduce con el tiempo a medida que aumenta la inmunidad debido a la vacunación y las infecciones.
El organismo maneja dos escenarios futuros. En el mejor de ellos, la OMS prevé futuras variantes como “significativamente menos graves”, mientras que la protección contra enfermedades graves se mantendría sin la necesidad de refuerzos periódicos o cambios significativos en las vacunas actuales.
En el peor de los casos, aparece la aparición de una variante más virulenta y altamente transmisible contra la cual las vacunas son menos efectivas, y/o la inmunidad contra enfermedades graves y la muerte disminuye rápidamente, particularmente en los grupos más vulnerables. Esto requeriría cambios significativos en las vacunas actuales y una redistribución completa y/o un refuerzo más amplio para las personas con mayor riesgo.