Según el Global Cancer Observatory (Observatorio Global del Cáncer), aproximadamente, 19,9 millones de personas viven con algún tipo de cáncer en el mundo.
Asimismo, muestra que el cáncer de próstata (PCa) , es el de mayor prevalencia en los hombres chilenos con 21.5 afectados por cada 100.000 habitantes, y representa la segunda causa de muerte por cáncer en hombres en el país, luego del cáncer de pulmones y estómago.
Este cáncer “representa el tumor sólido más común en hombres” de acuerdo a especialistas de Departamento de Urología de Clínica INDISA, y el 90% de los casos se diagnostica en hombres mayores de 65 años.
Un estudio, desarrollado por Carolina Echeverría, doctora en Biomedicina de la U. de los Andes, investigadora chilena, descubrió la relación entre fructosa de alimentos procesados y desarrollo y agresividad del cáncer de próstata.
Estimula su proliferación: dejar de consumir este elemento podría prevenir el cáncer de próstata
El análisis, mostró que el consumo frecuente y en altas cantidades de fructosa procesada estimula la proliferación y agresividad en modelos in vitro e in vivo de cáncer de próstata.
Un descubrimiento que se suma a la relación entre la fructosa procesada y los cánceres de colon rectal, páncreas, mama y pulmón.
¿Dejar de consumir para prevenir?
En una nueva revisión del mismo estudio, y de la literatura actual que existe en relación a la fructosa y el aparato reproductor masculino, que se centra en los posibles efectos de la fructosa en el cáncer de próstata, abordando los mecanismos biológicos y moleculares subyacentes, el quipo de investigadores junto a la Dra. Echeverría, revisa la función biológica de la fructosa como una fuente de carbono potencial para las células de PCa y su papel en la funcionalidad del tracto reproductivo masculino bajo condiciones normales (sin ningún tipo de enfermedad).
Los avances biológicos más recientes relacionados con el transporte y el metabolismo de la fructosa, así como sus implicaciones en el crecimiento y la progresión del PCa, sugieren que la fructosa podría ser una fuente de carbono relevante para las células de este tipo de cáncer.
Además, según la investigación, los derivados de la fructosa podrían ser eficientes radiotrazadores para obtener imágenes de PCa mediante tomografía por emisión de positrones, y los transportadores y enzimas que metabolizan la fructosa podrían utilizarse como biomarcadores potenciales para el diagnóstico y la predicción del PCa.
En conclusión, de acuerdo a nueva revisión del estudio, los datos existentes sugieren que restringir la ingesta de fructosa en la dieta podría ser una estrategia terapéutica útil para pacientes con cáncer de próstata.
Hablar de la “eliminación de la dieta de fructosa es difícil, porque está contenida dentro de frutas y alimentos procesados, pero la diferencia es que si uno consume alimentos procesados enriquecidos con fructuosa, además de generar condiciones como por ejemplo aumento de peso, síndrome metabólico y el desarrollo de obesidad, esto también gatillaría la predisposición de desarrollar diferentes patologías entre ellas, cáncer como próstata y colorrectal” explica la dra. Echeverría.
Lo que sí se sabe, según la investigadora y autora principal, es que las personas que padecen diferentes tipos de cáncer y están sometidos a quimioterapia y cumplen con diferentes tipos de dietas como: baja en azúcares, o cetogénicas, “predispone que el paciente tenga una mejor recuperación de la quimioterapia y también se ha visto una mejora de la sobrevida de estos pacientes” añade.
Por otra parte, en la revisión literaria, el equipo de investigación quiso darle un enfoque diferente a que la fructosa también “llegue a ser “buena” para procesos fisiológicos normales del aparato reproductor masculino” cuenta Echeverría.
Por ejemplo, la fructosa es la fuente primaria de los espermatozoides para su movimiento, para poder fecundar, en el caso de las vesículas seminales tienen altas concentraciones de fructosa y está descrito en otras especies como toros, perros y murciélagos, por lo que es un proceso exclusivo de los mamíferos, no sólo de los humanos.
¿Qué es la fructosa?
Es un tipo de azúcar, que normalmente se encuentra en frutas, vegetales y en la miel, por ejemplo, “digamos que es prima hermana de la glucosa”, señaló Echeverría.
El azúcar común (sacarosa) que se consume día a día es la unión de una molécula de glucosa, con una molécula de fructuosa.
“Es una molécula que se encuentra en las frutas y en bajas cantidades no hace daño”, dice la investigadora. Por eso las personas pueden consumir frutas porque además de tener fructuosa está mezclado con otras cosas: nutrientes, minerales, fibra, etc.
Lo que le aporta al cuerpo es la energía, igual que la glucosa, la única diferencia es que químicamente son diferentes y son degradas metabólicamente de forma diferente.
¿Dónde encontramos la fructosa?
Este tipo de fructosa se puede encontrar en:
- Dulces.
- Durazno.
- Piña.
- Porotos en conserva.
- Jugos artificiales.
- Helados con colores artificiales.
- Bebidas gaseosas.
- Entre otros.
El problema radica cuando una persona empieza a consumir productos que presentan altas concentraciones de fructuosa, es decir, alimentos que se encuentran ultramente procesados. Por ejemplo, las bebidas azucaradas, o los jugos de fruta que vienen ya listos para tomar, o también se encuentra en todos los alimentos enlatados.
Consumo frecuente
El consumo frecuente podría generar que alguien que tiene posibilidad de generar cáncer lo haga más rápido o que simplemente el consumo en exceso le produzca la enfermedad.
Los investigadores utilizaron modelos de ratones para la investigación, “porque de cierta forma nosotros pueden extrapolar los meses de vida de un ratón a los años de vida de un humano.
En el estudio, en ratones “lo que se ha visto en cáncer de próstata en investigación que hice yo, que dándole a estos ratoncitos, dosis diarias de fructuosa, desarrollan el tamaño del tumor de próstata que sea más grande, es decir, la fructuosa potencia el crecimiento celular del cáncer de próstata”.