Estos fueron los primeros astrónomos del país
Un nuevo estudio realizado en los cerros La Silla y Pachón, en el norte semiárido de Chile, ofrece una visión detallada sobre antiguas y poco descritas prácticas astronómicas en el país.
La influencia del cielo en las prácticas culturales de la antigua cultura El Molle, son la base del artículo Astronomical Representations and Shamanism in the Rock Art of the Semi-Arid North of Chile escrito por Ricardo Moyano, investigador del Departamento de Astronomía de la Universidad de La Serena.
Publicado en la revista The Journal of Skyscape Archaeology (JSA), el artículo presenta un significativo avance en la comprensión de la astronomía prehispánica y su impacto en las prácticas culturales de la región.
El estudio sostiene que el norte semiárido de Chile, debido a sus condiciones climáticas y geográficas, constituyeron un escenario propicio tanto para la astronomía moderna como para la observación del cielo en tiempos prehispánicos, y ha servido como referencia para la construcción y gestión de distintos calendarios, la organización socio-política de las comunidades humanas y las explicaciones cosmológicas del Universo.
Revelan inéditos antecedentes de la antigua cultura El Molle entre 300 a.C. y 800 d.C.
Durante años, Moyano ha estudiado los cerros La Silla y Pachón, donde en la actualidad se ubican los principales observatorios astronómicos del país, para descubrir la influencia del cielo en las prácticas culturales de la antigua cultura El Molle, revelando con este estudio cómo la observación del cielo y el culto a los cerros jugaron un papel crucial en la organización socio-política y las explicaciones cosmológicas de las comunidades prehispánicas.
De acuerdo a Moyano “el objetivo principal de este trabajo fue la descripción de los sitios rupestres ubicados en los cerros La Silla y Pachón, y evidenciar que la ubicación de estos observatorios en esta zona no es casual”.
“Mediante el análisis de orientación, motivos y temas, los resultados de la investigación demuestran la relación entre los sitios de media montaña del período 300 a.C. - 800 d.C. con manifestaciones culturales vinculadas al culto de las montañas y la observación del cielo. Lo que deja al descubierto que estos sitios rupestres no solo reflejan la importancia del cielo en la vida cotidiana de los Molle, sino también su conexión con prácticas chamánicas”, añade.
Los lugares estudiados son un testimonio de la vida y costumbres de estos pueblos originarios y ofrecen otra perspectiva sobre cómo las antiguas sociedades interpretaban y gestionaban sus entornos naturales, explica el estudio.
Además de Moyano, participaron como co-autores Rodolfo Angeloni, astrónomo del Observatorio Gemini y los académicos Amelia Ramírez, Leydi Arango, Juan Pablo Uchima, Jacqueline Brisky del Departamento de Astronomía de la Universidad de La Serena.
Revelan inéditos antecedentes de la antigua cultura El Molle
Entre los sitios prehispánicos investigados, se encuentra El Arenoso del Bolsico (río Hurtado), al pie del cerro Pachón, donde se han descrito afloramientos graníticos con motivos rectangulares rodeados de bordes cóncavos.
Se observaron círculos de los que emanan líneas rectas, así como diagonales cuya morfología se asemeja a formas humanas con túnicas. El análisis comparativo sugiere que estos motivos podrían corresponder al período Diaguita-Inca, con claras asociaciones astronómicas basadas en la identificación de caracteres solares y motivos lunares.
De manera más amplia, señala el estudio, los sitios pueden interpretarse como lugares de comunicación con entidades sagradas vinculadas a accidentes geográficos (montañas y cuerpos de agua), fenómenos meteorológicos y objetos astronómicos. Como tales, son lugares liminales fuera de la vida cotidiana, por lo que el acceso habría estado restringido, y los sitios habrían tenido un uso ritual.
Revelan inéditos antecedentes de la antigua civilización Molle:
De los sitios estudiados por nosotros en La Silla, señalan los responsables, sobresalen bloques con representaciones de círculos con apéndices, puntos y líneas sinuosas con posibles asociaciones con el ocaso en el solsticio de diciembre, en la parada mayor sur, y en la parada menor norte, junto con un posible conteo de 29 marcas (cercanas al mes lunar sinódico).
En todos los casos se asocian a representaciones antropomorfas y zoomorfas, denotando una clara intención de marcar la actividad pastoril y la vida cotidiana de las poblaciones de las que proceden.
Adicionalmente, se observa una escena que incluye un camélido y un posible zorro, junto a seres humanos y un círculo dividido en cuatro secciones, que podría representar una parte de la Vía Láctea y la Cruz del Sur.
Además de una representación esquemática del horizonte con una orientación cercana al Sol en los equinoccios, existen representaciones fitomorfas (pétalos) y una piedra campana.
Mientras que en el Cerro Pachón se identificaron al menos cuatro asentamientos subactuales (majadas) y un monumento natural de tipo menhir (roca de gran tamaño en forma vertical), en una quebrada natural que desciende hacia las nacientes del río Hurtado y las instalaciones del observatorio Gemini.
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