Desde su aparición hace dos meses en Sudáfrica, Ómicron ya se ha extendido a casi 200 países, convirtiéndose en la variante más transmisible desde que se inició la pandemia.

Fue notificada a la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 24 de noviembre 2021 y su velocidad es tal, que el historiador médico y director del Museo Vasco de Historia de la Medicina y la Ciencia, Anton Erkoreka, afirmó que “es el virus más explosivo y de más rápida propagación de la historia”.

Apenas Ómicron comenzó a propagarse, los médicos notaron sutiles diferencias en los síntomas de sus pacientes en relación con las variantes anteriores. Los síntomas reportados son más leves y muy parecidos a los de un resfrío, especialmente entre quienes están vacunados.

Desde entonces se han descrito una veintena de síntomas, según el recuento de la plataforma Zoe COVID Symptom Study, un portal conjunto creada por investigadores del Hospital General de Massachusetts, la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard, el King’s College de Londres y la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford.

Los síntomas, además, son muy similares al sublinaje que ha experimentado la cepa original, y que ha sido bautizada Ómicron sigilosa por su capacidad de evadir los test PCR, aunque también ha sido denominada Ómicron 2 o BA.2, su nombre científico.

Sin embargo, y al igual que la cepa original de Ómicron (BA.1), a los científicos actualmente no les preocupa que las infecciones de la subvariante presenten síntomas diferentes a las versiones anteriores de Sars-CoV-2.

De acuerdo a la guía sanitaria elaborada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), la variante Ómicron presenta 11 síntomas característicos, que permiten diferenciarse de cepas antecesoras:

  • Fiebre o escalofríos
  • Tos
  • Falta de aire o dificultad para respirar
  • Fatiga
  • Dolores musculares o corporales
  • Dolor de cabeza
  • Nueva pérdida del gusto o del olfato
  • Dolor de garganta
  • Congestión o secreción nasal
  • Náuseas o vómitos
  • Diarrea

De acuerdo al organismo, la Ómicron se propaga con mayor facilidad que el virus original que causa el Covid-19 y la variante delta. Los CDC esperan que cualquier persona infectada por el virus de la variante Ómicron pueda propagar el virus a otras personas, incluso si están vacunadas o no tienen síntomas.

Un Informe Semanal de Morbilidad y Mortalidad presentado por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, y que incluye un nuevo estudio que muestra el riesgo de contagio y hospitalización por la variante Ómicron del virus Sars-CoV-2 según el estado de vacunación de las personas, muestra que la mejor forma para combatir esta nueva variante (así como cualquier otra variante del Covid), siguen siendo las vacunas.

Sus conclusiones generales refuerza la idea de análisis anteriores de que las vacunas Covid-19 son altamente efectivas contra los resultados graves asociados con el Sars-CoV-2, incluidos los causados por la variante Delta.

La investigación se realizó entre fines de 2021 y principios de 2022 en Los Ángeles, EE.UU. durante el las últimas semanas de predominancia de Delta y las semanas en que Ómicron se impuso, y analizó a personas entre 18 y 60 años que tuviesen un PCR positivo con esquemas de vacunación completos (Pfizer, Moderna y Janssen) con y sin dosis de refuerzo y no vacunados.

Los resultados arrojaron que las tasas de contagio y hospitalización fueron cuatro veces mayores que entre los no vacunados. Las tasas de hospitalización de Covid-19 entre las personas no vacunadas son 23 veces más altas para los no vacunados que para los reforzados. Es decir, los adultos no vacunados tenían 23 veces más probabilidades de ser hospitalizados con Covid-19 durante la ola de Ómicron que los adultos vacunados.

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