Más de 2.000 hombres mueren al año a causa de este cáncer. El impacto es tal, que es el segundo con más mortalidad en el país, con un 15,4% de las muertes totales provocadas por esta enfermedad; el primero es el de estómago. De acuerdo a la Escuela de Medicina UC, este tumor -el segundo más común en la población masculina- afecta a alrededor de 25 mil pacientes al año en cualquiera de sus etapas.
El diagnóstico tardío de la enfermedad es un agravante que mantiene alerta a la comunidad científica, teniendo en cuenta el aumento de su incidencia con la edad y el hecho de que no suele presentarse en hombres jóvenes (menores de 40 años). Considerando estos factores es importante, no solo el chequeo temprano, sino también un estilo de vida adecuado, donde la alimentación juega un rol definitivo.
El hallazgo, estos alimentos
Una investigación liderada por científicos de la Universidad de Australia del Sur, descubrió que los hombres que consumen alimentos ricos en ciertos micronutrientes de manera regular, tienen menos probabilidad de ser diagnosticados con cáncer de próstata. La dieta mediterránea o la asiática son muy importantes, ya que contienen este tipo de comidas.
La frutas y verduras “de colores”, como sostiene un comunicado de la institución, serían las protagonistas del hallazgo, suscitado en dos estudios publicados en la revista Cancers. Se estudiaron las concentraciones plasmáticas de micronutrientes de pacientes con cáncer de próstata y se comparó con un grupo sano: en los pacientes con el cáncer, se detectó un nivel bajo de sustancias como el licopeno, utenína, selenio y alfacaroteno.
“Los hombres con concentraciones plasmáticas inferiores a 0,25 microgramos (ug) por mililitro (ml) de licopeno y/o inferiores a 120 ug/L de selenio tienen un mayor riesgo de cáncer de próstata”, expone el comunicado de la universidad.
Para suplir este déficit, estos son los alimentos altos en licopeno:
-Tomates
-Papayas
-Uvas
-Melones
-Sandías
-Pomelos
-Arándanos.
Mientras que los ricos en selenio son:
-Pescado
-Carnes rojas
-Carnes blancas
-Mariscos
-Huevos
-Nueces.
El coautor del estudio, Permal Deo, indicó a la universidad que lo mejor es seguir es una dieta mediterránea, pero con ayuda profesional: “Las personas absorben los nutrientes de diferentes maneras, según la comida, el sistema digestivo, el genotipo de la persona y posiblemente su microbioma”.
¿Qué es la dieta mediterránea?
Este año la dieta mediterránea se posicionó, por sexto año consecutivo, como la mejor dieta general a seguir, de acuerdo a la clasificación anual de US News and World Report. ¿En qué consiste? Pues, como su nombre lo indica, se trata de un plan de alimentación que se originó en regiones que bordean el mar Mediterráneo, como Grecia e Italia, y se trata de una dieta basada en plantas y otros productos de origen animal.
Es considerada una de las formas más saludables de comer, ya que puede prevenir distintas afecciones, como los ataques cardiacos, accidentes cardiovasculares, retrasar el Parkinson, reducir el riesgo de diabetes, la hipercolesterolemia, la demencia y el deterioro cognitivo y los riesgos en el embarazo. Ahora, a la lista se agregar la prevención del cáncer de páncreas y la rapidez de su recuperación para aquellos hombres que se someten a radioterapia.
Entre los alimentos esenciales que constituyen esta dieta se encuentran las frutas, verduras, cereales integrales, semillas y legumbres, con un énfasis en el uso del aceite de oliva extra virgen. La proteína de origen animal preferida, por su parte, son los pescados y mariscos.
Licopeno, los beneficios de un fruto
Cuando se habla de licopeno es común relacionarlo a un alimento bastante común, tanto así, que está disponible a nivel mundial, es accesible y se presenta en preparaciones diversas: el tomate. Este fruto escaso en calorías tiene varias propiedades asociadas a la tomasa (piel, pulpa y semillas del tomate), entre la que se encuentra -nuevamente- la prevención de enfermedades cardiovasculares.
La académica de la Escuela de Nutrición y Dietética Universidad de Las Américas (UDLA), Francisca Rivas, informó a Qué Pasa que el tomate contiene entre un 80 o un 90 por ciento de licopeno, sustancia relacionada directamente con la dieta mediterránea y, asimismo, con la prevención y cuidado del cáncer de próstata. Sin embargo, también se ha hablado de ciertas toxicidades vinculadas al fruto.
El nutriólogo y diabetólogo de la Uc Christus, Javier Vega, esclareció en La Tercera que una persona sana, es decir, sin comorbilidades, no debería tener ningún tipo de inconvenientes al consumir este alimento: “Podría estar consumiendo el equivalente a un tomate al día todos los días, y no debería pasar nada”. Por otro lado, las personas con alguna patología deben cuidar el consumo excesivo de la fruta. Algunas personas no tienen el colón en forma completa lo que, en ese caso, podría aumentar el riesgo de cálculo de oxalato.
El estudio de la Universidad de Australia del Sur se origina a partir una preocupación, el desconocimiento del valor y la deficiencia nutricional asociada al cáncer de páncreas, uno de los más comunes y mortales en la población masculina. “Existe una fuerte evidencia de que tener sobrepeso y ser alto aumenta el riesgo de cáncer de próstata. Las dietas ricas en productos lácteos y bajas en vitamina E también pueden aumentar el riesgo, pero la evidencia es menos clara”, señaló Permal Deo en el comunicado.