Es sabido que la obesidad es una enfermedad crónica y multifactorial, cuya prevalencia sigue aumentando en todo el mundo. Al mismo tiempo, la pérdida de peso sostenida, junto a los tratamientos actuales, sigue siendo un desafío en la práctica clínica. En realidad, poco se sabe actualmente sobre cómo va a reaccionar nuestro cuerpo ante una reducción del peso corporal.
Una investigación realizada por médicos de la Clínica Mayo publicada en la Revista Obesity, estudió a 450 Personas que Viven con Obesidad (PVO), donde se lograron identificar las distintas causas de aumento de peso y mantención de éste sobre lo normal, que iban más allá de la mera falta de voluntad de hacer ejercicio o de comer poco.
¿Cómo podrían estos resultados cambiar la dirección de la investigación o el enfoque de la práctica clínica? Según cuentan en su estudio, los investigadores de Clínica Mayo lograron identificar cuatro fenotipos procesables de obesidad, basados en la fisiopatología y el comportamiento que elucidan la heterogeneidad de la obesidad humana.
“Estratificamos la obesidad en cuatro fenotipos: cerebro hambriento (saciedad anormal), hambre emocional (alimentación hedónica), intestino hambriento (saciedad anormal) y combustión lenta (tasa metabólica disminuida)”, explican a través del estudio.
El “cerebro hambriento” lo definieron como el de quienes requieren el consumo de altas cantidades de alimento para alcanzar la saciedad. Asimismo, el “hambre emocional” lo vincularon a personas que comen en exceso para calmar una emoción, quienes típicamente presentan antojos y a veces incluso episodios de comer en grandes cantidades secundario a un evento emocional vivido.
Por otro lado, los pacientes con “intestino hambriento” fueron catalogados a quienes tienen un vaciamiento gástrico más acelerado que lo normal. Por lo anterior, vuelven a experimentar apetito una y otra vez en el día, volviendo a alimentarse. Finalmente, a los pacientes compatibles con tener un metabolismo lento se les identificó como el fenotipo de combustión lenta o “quemadores lentos”.
Para llegar a estas categorías, el estudio realizó diferentes mediciones y aplicó diversos cuestionarios. Posteriormente, se calzó el fenotipo con el tratamiento farmacológico, cuyo mecanismo de acción se relaciona principalmente con las causas fisiológicas detrás que cada factor descrito. Se trataron 88 pacientes con terapias farmacológicas enfocada en cada uno de estos “fenotipos”, mientras otros 230 pacientes fueron tratados con mecanismos estándar. Los pacientes que siguieron el tratamiento guiado por fenotipos lograron perder el 16% de su peso en un año, casi el doble de los que fueron tratados con métodos tradicionales.
Con ello se logró establecer tratamientos más personalizados para combatir la heterogeneidad que esta compleja patología supone tanto en sus formas de presentación como en la dificultad que las personas pueden tener para encontrarle una solución. En paralelo, este estudio plantea que si se logra descubrir adecuadamente el origen de la obesidad de los pacientes y las causas de su perpetuación, se encontrará un mejor tratamiento y los resultados mejorarán.
“Rompe el mito de ‘Come menos y muévete más’, erróneamente entendida como la llave maestra para la solución de la obesidad en el mundo. Aplicar esta premisa al combate de la obesidad, ha sido la verdadera causa del fracaso en el tratamiento de esta enfermedad durante los últimos 30 años“, afirma el Dr. Jaime González Paredes, especialista en obesidad y conducta alimentaria.
De hecho, esta investigación logró demostrar mucho mejores resultados para los pacientes en quienes se identificó adecuadamente su fenotipo, en comparación con aquellos en los que no se siguió esta pauta. Se consiguió duplicar la tasa de respuesta: a los 12 meses de haber iniciado el tratamiento un 79% de los pacientes tratados de acuerdo al fenotipo tuvieron éxito en la pérdida del 10% de su peso previo al tratamiento, versus 34% de los que recibieron una prescripción no basada en estos fenotipos.
Cuando se hizo la elección del fármaco para tratar obesidad guiándose por el fenotipo la pérdida de peso total de la persona con obesidad, ésta aumentó en promedio 75% comparado con la atención estándar, que también utilizó los mismos fármacos pero sin tener en cuenta el fenotipo.
“Por esta razón, contar con herramientas que permitan predecir una mayor respuesta es de gran utilidad, ya que optimizaría los recursos terapéuticos, especialmente si se aspira tratar a una población donde la obesidad es altamente prevalente, como es el caso de Chile. Es importante entender que cada paciente es diferente, incluso hay pacientes que corresponden a una combinación de varios fenotipos, por lo que requieren de intervenciones y tratamientos personalizados”, explica la Dra. Magdalena Farias, médico especialista en Nutrición Clínica.
Esta es la primera clasificación para guiar un tratamiento individualizado según las características que hacen que cada paciente con exceso de peso sea diferente. Un tratamiento especializado para una enfermedad provocada por múltiples factores, la cual presenta una importante variabilidad entre cada paciente. Según cada caso se podría revisar con mayor efectividad cuáles podrían ser los mejores tratamientos para tratar la obesidad. Desde patrones de alimentación, pasando por tratamientos farmacológicos, e incluso con cirugía bariátrica.