Los compuestos orgánicos volátiles (COV) son sustancias químicas que contienen carbono y se encuentran en todos los seres vivos. Se convierten fácilmente en vapores o gases y junto con el carbono, contienen elementos como hidrógeno, oxígeno, flúor, cloro, bromo, azufre o nitrógeno.
Los COV son liberados por la quema de combustibles, como gasolina, madera, carbón o gas natural y también son liberados por disolventes, pinturas y otros productos empleados y almacenados en la casa y el lugar de trabajo.
Estudio alerta de un potencial peligro de beber agua de botellas plásticas
Pero ahora, un nuevo estudio investigó los riesgos para la salud asociados con estos compuestos que también son emitidos por las botellas de agua de plástico cuando se exponen a la luz solar.
El trabajo investigó a fondo los tipos y la toxicidad de los COV liberados bajo la radiación ultravioleta-A (UV-A) y la irradiación solar, destacando la importancia de mejorar los métodos de almacenamiento para garantizar la seguridad del agua potable.
“La botella de plástico transformó la industria de las bebidas y cambió nuestros hábitos en muchos sentidos”, dijo Peter Gleick, cofundador y presidente emérito del Instituto Pacífico de Oakland, California, y autor de Bottled and Sold: The Story Behind Our Obsession with Bottled Water, en un artículo de National Geogrpahic.
“Nos hemos convertido en una sociedad que parece pensar que, si no tenemos agua a mano, pasarán cosas terribles. Es una tontería. No es como si antes la gente se muriera de sed”, agregó.
De hecho, las botellas de agua de plástico son omnipresentes debido a su conveniencia, pero conllevan riesgos potenciales. Según la investigación, la exposición a la luz solar puede hacer que estos contenedores se degraden y emitan compuestos orgánicos volátiles (COV), que son potencialmente perjudiciales para la salud humana.
El floreciente mercado del agua embotellada subraya la urgencia de encontrar alternativas más seguras. En respuesta a estas preocupaciones, existe una necesidad apremiante de realizar una investigación en profundidad sobre materiales y métodos de producción más seguros para los contenedores de agua.
El peligro de la luz solar en las botellas plásticas
La investigación fue realizada por el Laboratorio Clave de Contaminación Ambiental y Salud de Guangdong de la Universidad de Jinan, que se publicó en la revista Eco-Environment & Health, y proporciona nuevos conocimientos sobre cómo la luz solar puede transformar las botellas de agua de plástico en fuentes de contaminación del aire.
La investigación analizó los COV liberados por seis tipos de botellas de agua de plástico sometidas a los rayos UV-A y la luz solar. Los resultados mostraron que todas las botellas analizadas emitieron una mezcla compleja de alcanos, alquenos, alcoholes, aldehídos y ácidos, con variaciones significativas en la composición y concentración de COV entre las botellas.
En particular, se identificaron COV altamente tóxicos, incluidos carcinógenos como el n-hexadecano, lo que pone de relieve graves riesgos para la salud. Los escenarios de exposición prolongada indicaron una mayor concentración de COV, lo que apunta a un riesgo acumulativo creciente.
Hallazgos e implicaciones de la investigación
El Dr. Huase Ou, investigador principal, comentó en un comunicado: “Nuestros hallazgos proporcionan evidencia convincente de que las botellas de plástico, cuando se exponen a la luz solar, pueden liberar compuestos tóxicos que plantean riesgos para la salud. Los consumidores deben ser conscientes de estos riesgos, especialmente en entornos donde el agua embotellada está expuesta a la luz solar durante períodos prolongados”.
Este estudio no sólo arroja luz sobre la estabilidad química de las botellas de tereftalato de polietileno (PET), sino que también conlleva importantes implicaciones para las normas de seguridad y salud pública.
Comprender las condiciones bajo las cuales se liberan estos COV puede guiar la mejora de las prácticas de fabricación y la selección de materiales para los contenedores de agua embotellada. Además, subraya la necesidad de una mayor concienciación de los consumidores y de regulaciones industriales más estrictas para reducir la exposición a estos compuestos potencialmente dañinos.