Estudio de la Universidad Católica revela una desconocida secuela del cáncer de mama

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La académica de la carrera de Kinesiología UC, Karol Ramírez-Parada, lideró la investigación.

Investigación de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica da a conocer nuevos antecedentes ante la presencia de linfedema en mujeres tras sufrir cáncer de mama, señalando que impacta directamente a nivel social.


El cáncer de mama es la neoplasia más frecuente para las mujeres en Chile y el mundo. Una nueva investigación de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica revela nuevos antecedentes ante la presencia de linfedema en mujeres tras sufrir cáncer de mama.

En el estudio se encontró que las mujeres que tienen mayor acumulación de líquido en el brazo, es decir, mayor severidad del linfedema, tienen a su vez mayor discapacidad del brazo y si bien su calidad de vida se afecta, el impacto es principalmente social pero no psicológico ni físico.

“La discapacidad del miembro superior y la severidad de la linfedema reduce la calidad de vida de pacientes con linfedema secundario a cáncer de mama” es el nombre del estudio, el primero a nivel nacional en mostrar este hallazgo, y que fue realizado por un equipo de investigadores, liderados por la académica de la carrera de Kinesiología UC, Karol Ramírez-Parada.

“Sobre el 80% de las mujeres que son diagnosticadas sobreviven a la enfermedad, pero entre el 60-90% queda con alguna secuela. Una de las secuelas más conocida e impactante es el linfedema, que consiste en una acumulación de líquido linfático en el brazo del lado del tumor que si no es detectado y tratado a tiempo genera que el brazo comience a crecer de volumen o tamaño”, explica la académica.

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Karol Ramírez-Parada con una paciente.

Pero, ¿por qué se desencadena una linfedema?, Ramírez-Parada, explica que “en el cáncer de mama muchas veces se extirpan ganglios para conocer el estado del cáncer o porque ya están comprometidos con cáncer. La extirpación de esos ganglios, la obesidad, el sedentarismo, y los tratamientos de radiación, quimioterapia son todos factores de riesgo para que ocurra una linfedema”.

César Sánchez, académico del Departamento de Hematología-Oncología de la escuela de Medicina UC y quien forma parte del equipo de investigadores, indica que el estudio arrojó que “no sólo es relevante para las personas, y por tanto para los objetivos del tratamiento, el aumento de volumen del brazo ocasionado por el linfedema, sino que también, y más importante, la funcionalidad de la extremidad”.

Estudio revela un nuevo y desconocido antecedente del cáncer de mama

Actualmente, el tratamiento kinesiológico se enfoca en reducir el volumen del brazo a través de la terapia descongestiva compleja, pero con estos resultados debemos plantear un cambio de paradigma en este tratamiento y enfocarnos en que nuestros pacientes mejoren o no vean deteriorada la función del brazo.

El equipo de investigación ha reportado evidencia sobre las estrategias de prevención de linfedema y actualmente son garantizadas por el sistema de salud GES “sin embargo, las personas que desarrollaron linfedema navegan en un terreno incierto ya que hay poca evidencia sobre cómo manejar esta condición, la cual es crónica, difícil de tratar e imposible de curar. Con esta investigación queremos reportar el impacto que tiene el vivir con esta condición a nivel de la funcionalidad y de la calidad de vida”, recalca Ramírez-Parada.

Desde el aporte de dicho documento está la aproximación y manejo del linfedema “el restablecimiento o mantención de la funcionalidad es muy relevante, no sólo que el brazo se vea de menor volumen, sino que mantenga sus movimientos y funcionalidad”, explica Sánchez.

Ramírez-Parada agrega que esto significa un cambio de paradigma, ya que la terapia kinesiológica siempre ha buscado primero reducir el volumen y como objetivo secundario la funcionalidad.

Tras lo anterior, la Universidad Católica ha insertado un equipo de investigación en rehabilitación en el centro oncológico del Hospital Sótero del Río “que ha permitido obtener valiosa información sobre la prevención de efectos adversos secundarios al cáncer de mama”, establece la investigadora.

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