Estudio descubre 16 populares alimentos que agregan secretamente grasas saturadas y azúcares a tu dieta

Las grasas saturadas son un tipo de ácidos grasos que se encuentran comúnmente en alimentos de origen animal, como carne, productos lácteos y huevos.

El consumo excesivo de grasas saturadas puede tener varias consecuencias negativas para la salud como aumentar el colesterol LDL malo, que puede acumularse en las paredes de las arterias, formando placas que estrechan y obstruyen las arterias, aumentando así el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.

Sin embargo, son muchos los estudios que recomiendan no exceder su consumo. Y es que no solo está asociado a enfermedades como la diabetes y el sobrepeso, sino también a la muerte prematura. Pero es más fácil decirlo que hacerlo, ya que para muchas personas, el azúcar puede ser adictivo.

Ahora, un estudio de la Universidad Estatal de Ohio reveló una lista recientemente compilada de alimentos y bebidas comúnmente consumidos que da una pista de por qué muchos adultos, sin saberlo, se exceden con las grasas saturadas y el azúcar agregado en su dieta diaria.

Además de las principales fuentes de cada categoría alimentaria (el queso, por su contenido de grasas saturadas, y los refrescos, por su contenido de azúcar añadido), el estudio identifica una lista más larga de fuentes populares que ayudan a explicar por qué es tan difícil limitar la grasa y el azúcar al 10 % recomendado de las calorías diarias.

Con ese consumo excesivo de fuentes inesperadas, como el pollo y el kétchup, por ejemplo, se corre el riesgo de sufrir una variedad de enfermedades, como enfermedades cardiovasculares, diabetes y cáncer.

El análisis de datos de más de 35.000 adultos estadounidenses forma parte de un proyecto cuyo objetivo es desarrollar una herramienta de investigación que pueda agilizar la evaluación de estos efectos secundarios de la dieta. Pero el trabajo también puede abrir los ojos a los consumidores respecto de las fuentes inesperadas de grasa y azúcar que se acumulan a lo largo del día, y tal vez convencer a los compradores de leer las etiquetas para ver dónde están estas fuentes ocultas, dicen los investigadores.

“La pechuga de pollo se promociona como un alimento con menos grasas saturadas, pero aún así tiene un poco de grasa saturada. Sin embargo, es útil saber cómo los alimentos con cantidades más pequeñas también agregan grasas saturadas lentamente y de manera sigilosa a la dieta”, dijo en un comunicado el primer autor Christopher Taylor, profesor y director de dietética médica en la Facultad de Ciencias de la Salud y la Rehabilitación de la Universidad Estatal de Ohio.

“Poder cumplir con menos del 10% significa identificar los grandes contribuyentes, pero también poder ver dónde aún pueden estar presentes las grasas saturadas y el azúcar agregado en otras opciones de alimentos. No los convierte en malas opciones, se trata de ser consciente de cómo el café con leche de la mañana puede estar contribuyendo”.

Y luego está la abundancia de azúcar agregada que plantea una preocupación en materia de política de salud pública, dijo en el comunicado de la U. Estatal de Ohio la autora principal Susan Schembre, profesora asociada de oncología en el Centro Integral del Cáncer Lombardi de la Universidad de Georgetown.

“Está en todas partes. Está presente en muchos alimentos inesperados y, a menudo, en cantidades sorprendentes”, afirmó.

El estudio fue publicado recientemente en la revista Nutrients.

Los investigadores analizaron datos de 36.378 adultos estadounidenses mayores de 19 años que participaron entre 2005 y 2018 en la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición. La encuesta recopila registros dietéticos de 24 horas de cada participante, que detallan no solo qué, sino también cuándo, todos los alimentos y bebidas consumidos durante los dos días anteriores.

En general, las principales fuentes de grasas saturadas fueron:

1. Queso

2. Pizza

3. Helado

4. Huevos

5. Embutidos

6. Sustitutos de la nata

7. Papas fritas

8. Leche entera.

Las principales fuentes de azúcar añadido fueron:

1. Bebidas (refrescos)

2. Té,

3. Jugos de frutas

4. Tartas y pasteles.

5. Condimentos a base de tomate (ketchup)

6. Barritas de cereales

7. Bebidas energéticas

8. Panes con levadura.

El equipo de investigación también examinó las diferencias en las principales fuentes de grasas saturadas y azúcar agregada en una variedad de subpoblaciones de raza/etnia y grupos de edad, un detalle importante al evaluar las dietas para desarrollar intervenciones de salud más personalizadas, dijo Schembre.

“Antes de saber qué se puede modificar, hay que saber qué consume la gente”, afirmó.

El equipo está creando una aplicación para la evaluación específica de los “nutrientes preocupantes” y demostró que este método analítico produjo una lista representativa de los alimentos que provocan la mayor ingesta de grasas saturadas y azúcares añadidos.

Los datos de NHANES son fundamentales para comprender la nutrición en los Estados Unidos, pero para las intervenciones contra las enfermedades, es más eficiente y eficaz llegar a las fuentes problemáticas de grasas, azúcares añadidos y, aún por venir, sodio, que son los alimentos y bebidas.

Como era de esperar, los resultados de este análisis mostraron que, en general, las grasas saturadas constituían al menos el 12% de las calorías diarias, y el consumo de azúcar añadido oscilaba entre el 14% y el 16% de las calorías. En general, las recomendaciones dietéticas se centran en evitar los principales contribuyentes, como la pizza y el helado, lo que hace que esta lista más larga sea valiosa y, para algunos, reveladora, dijo Taylor.

“Hay alimentos que son más ricos en grasas saturadas y azúcares añadidos que se consumen con frecuencia y que se controlan, pero también existe ese efecto acumulativo menor de cosas que generalmente se perciben como saludables, pero todas contribuyen un poco”, dijo. “Y luego, cuando lo complementas con algunas de esas fuentes más altas, terminas superando el umbral de ese 10% de las calorías del día.

“Estamos tratando de alcanzar el punto justo entre capturar los grandes elementos del asiento delantero, pero también entender aquellos que son contribuyentes sigilosos”.