Estudio dice que aspartamo de bebidas como Coca Cola Zero y Light puede causar problemas congnitivos
El aspartamo, utilizado en productos que van desde refrescos dietéticos de Coca Cola hasta el chicle Extra de Mars y algunas bebidas, fue finalmente catalogado como “posiblemente cancerígeno para los humanos” por la OMS. Ahora, otro estudio descubre otros potenciales problemas que puede producir esta sustancia.
Llevan décadas en la mesa de los hogares chilenos. Los endulzantes, en sus múltiples presentaciones, han sido una respuesta a reemplazar el consumo de azúcar en alimentos, sin perder el gusto por las cosas dulces. Sin embargo, un exceso de su consumo está asociado a múltiples complicaciones médicas que cada día se estudian y descubren.
El pasado 15 de mayo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo que los endulzantes no son efectivos para controlar el peso a largo plazo y pueden tener efectos indeseados si se usan por mucho tiempo.
Y poco después, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), que es el organismo agencia especializada en cáncer de la Organización Mundial de la Salud, declaró que el aspartamo puede producir cáncer en los humanos.
Otra rama de la OMS, el Comité Conjunto de Expertos en Aditivos Alimentarios de la OMS y la Organización para la Agricultura y la Alimentación, evaluó el riesgo y desarrolló recomendaciones sobre la cantidad de aspartame que es seguro consumir. Han recomendado que la ingesta diaria aceptable sea de 0 a 40 mg por kilo de peso corporal,
El aspartamo, utilizado en productos que van desde refrescos dietéticos de Coca-Cola hasta el chicle Extra de Mars y algunas bebidas Snapple, fue catalogado como “posiblemente cancerígeno para los humanos” por primera vez por la IARC.
Estudio dice que aspartamo de bebidas como Coca Cola Zero y Light puede causar problemas congnitivos
Y ahora, un nuevo estudio de la Universidad Estatal de Florida, en Tallahassee, concluyó que esta popular alternativa al azúcar se ha relacionado con problemas cognitivos.
Los investigadores descubrieron que ratones que consumieron una fracción de la cantidad recomendada de el aspartamo tuvo diferencias en su rendimiento cognitivo cuando en comparación con aquellos que solo bebieron agua.
Más preocupante es que los roedores parecieron transmitir la capacidad cognitiva déficits a sus cachorros, lo que quiere decir que los cambios en el cerebro pueden incluso transmitirse sobre la descendencia.
El aspartamo es un edulcorante artificial de uso común en productos sin azúcar. Es usado en productos como refrescos dietéticos, helados y otros dulces. Entre los más conocidos está la Coca Cola Light y otras Coca Cola sin azúcar, como la Zero, además de otros productos de la empresa, incluidos Sprite y Fanta.
En julio, la Organización Mundial de la Salud dictaminó que el edulcorante era un posible carcinógeno. Sin embargo, algunos criticaron la clasificación debido a falta de pruebas contundentes.
Los científicos, que publicaron sus hallazgos en Scientific Reports, dieron a los hombres ratones dosis de agua con aspartamo equivalentes a aproximadamente siete a 15% de la cantidad máxima de consumo diario recomendada por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA). Luego, los investigadores pusieron a estos ratones a través de una serie de pruebas para evaluar su memoria de trabajo, aprendizaje, y habilidades espaciales.
Los ratones con aspartamo consumieron una dosis baja o una dosis más alta, equivalente a unas dos o cuatro latas pequeñas de ocho onzas de refresco con aspartamo. Los investigadores encontraron que, en comparación con los ratones que no consumieron aspartamo, estos ratones tenían un déficit cognitivo.
Aspartamo produce problemas de habilidades de aprendizaje y memoria
En otras palabras, según la investigación, estos ratones eran menos capaces de aprender a navegar por sus ambiente, y eran menos capaces de mantener esa información almacenada en su memoria a corto plazo.
Si bien hubo una diferencia significativa entre los ratones que consumieron aspartamo y los que no hicieron, la dosis no parecía importar. Cuando los investigadores cruzaron estos ratones con ratones hembra que no consumieron esta sustancia, descubrieron que la descendencia tenía similares déficits en el aprendizaje espacial y la memoria. Sin embargo, cuando la descendencia fueron criados, los déficits no se transmitieron a la siguiente generaciones.
Los investigadores no encontraron una asociación entre el consumo de aspartamo e impotencia aprendida, un rasgo que indica depresión en ratones.
Según los investigadores, la mayor parte de la investigación en torno al la heredabilidad de los efectos relacionados con el aspartamo se ha centrado en las madres, específicamente personas embarazadas. Estos resultados indican que los padres también tienen la capacidad de transmitir efectos relacionados con el aspartamo.
“Los efectos conductuales adversos del aspartame pueden ser más generalizados [que] actualmente realizado, y las evaluaciones de seguridad del aspartame deberían considerar efectos potenciales en los individuos directamente expuestos, así como sus descendientes”, concluyeron los investigadores.
Entre los productos específicos que la OMS desaconseja usar figuran el acesulfamo K, aspartamo, advantame, ciclamatos, neotame, sacarina, sucralosa, así como la stevia y sus derivados.
Desde 1981, JECFA ha dicho que el consumo de aspartamo es seguro dentro de los límites diarios aceptados. Por ejemplo, un adulto que pese 60 kg (132 libras) tendría que beber entre 12 y 36 latas de refresco de dieta, dependiendo de la cantidad de aspartamo en la bebida, todos los días para estar en riesgo. Su punto de vista ha sido ampliamente compartido por los reguladores nacionales, incluso en Estados Unidos y Europa.
¿Qué es el aspartamo?
El aspartamo es un edulcorante no nutritivo, que se usa desde la década de los ochenta como edulcorante de mesa, en artículos alimentarios, como las gaseosas dietéticas o refrescos sin azúcar, o en otros productos, como la pasta de dientes.
Es un polvo blanco e inodoro, aproximadamente 200 veces más dulce que azúcar.
“Pedimos amablemente a ambos organismos que coordinen sus esfuerzos en la revisión del aspartamo para evitar confusiones o preocupaciones entre el público”, escribió Nozomi Tomita, funcionario del Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar de Japón, en una carta fechada el 27 de marzo al subdirector general de la OMS, Zsuzsanna Jakab.
La carta también pedía que las conclusiones de ambos organismos se dieran a conocer el mismo día, como está ocurriendo ahora. La misión japonesa en Ginebra, donde tiene su sede la OMS, no respondió a una solicitud de comentarios.
Los peligros de los endulzantes
Si bien, estudios anteriores relacionan el uso excesivo de endulzantes con la aparición de algunos tipos de cáncer y de un debilitamiento inmunitario, expertas en nutrición ponen paños fríos a la recién publicada investigación. La nutricionista de la red UC-Christus, Teresa Núñez, explicó en una nota a Qué Pasa que del estudio lo realizaron aplicando 50 gramos de endulzante en las personas, “que es una cantidad bastante alta. Si uno no sabe que las cantidades recomendadas de los endulzantes, obviamente puede producir alteraciones si se aplican en altas dosis”.
No se puede extrapolar toda la información de este estudio en todas las personas. Así también lo afirmó en la nota a Qué Pasa la nutricionista de Clínica Dávila Vespucio, Paulina Mella. La especialista comentó que este estudio además se realizó en personas más riesgosas, ya sea porque presentaban antecedentes cardiovasculares o diabetes. “Se debe estudiar más si este análisis es para todas las personas o solo para quienes tienen un mayor riesgo asociado a enfermedades cardiovasculares”, agregó. De hecho, en la misma publicación se sugiere que se debe seguir profundizando para saber más sobre los potenciales peligros de este tipo de edulcorante.
Además, la relación entre este endulzante y la aparición de riesgos cardiovasculares se debió a que en las células donde aplicaron altas dosis de eritritol se observó una alteración en la formación de las plaquetas. Esto se traduce en un mayor riesgo cardiovascular, si se extrapola a pacientes vivos.
“El mayor problema también es que el eritritol está en alimentos naturales, en fermentados como el vino, el queso, la cerveza, y también está en la uva. Eso suma a que no sabemos si este estudio consideró que las personas tenían algún consumo de estos alimentos. No se pudo diferenciar si el eritritol fue por consumo o por las dosis administradas. Además, el ser humano produce pequeñas dosis de eritritol cuando se está en un estado de estrés oxidativo”, argumentó Núñez.
Junto a eso, la especialista agrega que las personas con riesgo cardiovascular ya están en un proceso de estrés oxidativo. Entonces, se vuelve difícil saber si el eritritol encontrado en el organismo corresponde al consumido en el experimento o al producido internamente.
Otros endulzantes y sus particularidades
En Chile el uso de endulzante lleva varias décadas, con innovaciones y versiones que apuntan ser menos nocivas para el organismo. Desde la sacarina en adelante se han estudiado cuáles son sus beneficios, defectos y factores que influyen en el sabor y en la forma de endulzar un té, un postre o cualquier alimento dulce.
Teresa Núñez explicó que en general, los endulzantes más antiguos generan alteraciones en las familias de las bacterias intestinales. “Las bacterias se alimentan de los gases de fermentación de las fibras que uno come. Entonces, al consumir estos productos hay una alteración en estas bacterias. Hay una asociación de malestar gastrointestinal y el consumo de endulzantes”.
El eritritol, que también está presente de forma natural en peras, manzanas, en el vino y los champiñones, es un polio. Este compuesto produce generalmente molestias gastrointestinales. “Es por eso que una de las indicaciones del eritritol es que no se usa en personas que tienen molestias intestinales”, afirmó la nutricionista.
Para pacientes más sensibles al azúcar, como en el caso de diabéticos, es necesario precisar que ninguno de los endulzantes artificiales tienen un impacto glicémico. Eso sí, “el problema es que uno quiere que las personas se desacostumbren a usar un sabor dulce potente en su boca. Esto produce un umbral, una forma de acostumbrarse a cierto dulzor. Con las personas diabéticas se busca que se desacostumbren del sabor dulce para así apreciar los sabores de los alimentos”, aseveró Núñez.
En el caso de endulzantes más “naturales”, como el caso de la estevia, es necesario precisar que no es tan natural como se cree. Lo más natural sería consumir la hoja de la planta. “El problema que tiene este estado natural es que posee un retrogusto amargo. Muchas veces se usa una preparación donde se mezcla la estevia con alulosa, agave u otros endulzantes para quitar ese retrogusto amargo”, detalló la especialista.
Tanto Núñez como Mella concluyeron que se debe estudiar más para determinar algún potencial peligro del uso de endulzantes. Ya sea en cantidades recomendadas o en exceso. Sin embargo, Núñez concluyó que “ningún edulcorante a largo plazo es bueno”.
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