Generalmente los estudios antropológicos y de movimiento de poblaciones se realizan a partir de la lingüística y la genética humana. Son estos antecedentes los que permiten identificar el origen de un determinado grupo humano.
Sobre los primeros habitantes de Rapa Nui se han trabajado una serie de hipótesis. Una de ellas señala que provienen de poblaciones que salieron desde Taiwán a colonizar las diferentes islas del Pacífico (comparten una familia lingüística austronesia que tiene su origen en Taiwán).
Ahora, un reciente estudio liderado por investigadoras chilenas y publicado en la revista especializada Plos One, encontró una prueba concreta que confirma esta hipótesis: el ADN de una planta que fue clave para esta población y que los acompañaba en su travesía, la morera de papel (Broussonetia papyrifera), conocido en Rapa Nui como mahute, de la que extraían fibras para fabricar textiles de uso cotidiano y ceremonial.
El trabajo de la antropóloga Andrea Seelenfreund, docente de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano y la bioquímica de la Universidad de Chile, Daniela Seelenfreund, comenzó en el año 2005 con las primeras investigaciones. Posteriormente, unieron fuerzas con el botánico Kuo-Fang Chung del Centro de Investigación de Biodiversidad de la Academia Sinica (Taipei, Taiwán) que buscaba comprobar que su isla había sido el centro de dispersión para los habitantes de las islas del Pacífico.
"En base a la lingüística se suponía que los pueblos provenían desde Taiwán pero no había ningún correlato físico. Una cosa es la hipótesis y otra que uno lo pueda probar con datos", dice la antropóloga.
El trabajo consistió en una comparación genética de distintos ejemplares de la morera de papel, una planta que los canoistas colonizadores llevaban consigo y cultivaban en todos los lugares a los que llegaban. Esta planta es importante para estas culturas porque de ella obtienen fibra vegetal blanca con la que confeccionaban sus prendas, es fácil de reproducir y de trabajar porque la corteza se desprende sin mayor dificultad y queda expuesta la fibra que antiguamente trabajaban golpeándola con un palo.
"La morera de papel tiene varias particularidades. Su reproducción no es por semilla sino por esqueje, lo que significa que son clones entre sí. Cada planta es una copia, de la copia, de la copia de otra planta, pero a pesar de eso, nunca son completamente iguales", explica Andrea Seelenfreund. El paso siguiente, fue encontrar una herramienta para identificar esas diferencias y lo hicieron a partir de marcadores específicos llamados microsatélites, un procedimiento similar al que se realiza para determinar la paternidad entre los seres humanos.
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Morera de papel o mahute (Broussonetia papyrifera). FOTO: A. Seelenfreund[/caption]
Tras el análisis genético, descubrieron que las moreras de papel o mahute que están en Rapa Nui son descendientes directos de las moreras que están en Taiwán y que en su mayoría son plantas hembras. Según explica la investigadora, son plantas que desde que salieron de Taiwán (hace 3.000 años) pasaron por varias islas hasta llegar a Isla de Pascua y seguir reproduciéndose ahí.
Para el estudio fueron analizadas cerca de 400 muestras de hojas de plantas contemporáneas y de herbario de toda la región del Pacífico, desde Taiwán en el este de Asia, pasando por Nueva Caledonia, Fiyi, Tonga, Tahití, Hawái e Isla de Pascua con diversas herramientas genéticas.
Además, descubrieron que en algunas islas del Pacífico la morera de papel ya no existía y como la dejaron de utilizar, ya no la cultivaron. En esos casos, debieron recurrir a herbarios y colecciones botánicas que mantienen algunos países.
"Me parece relevante que en Chile tengamos una mayor comprensión de la compleja historia de la gente que colonizó esta isla. Rapa Nui no es un punto aislado en el Pacífico, colonizado por extraterrestres, o que nos debiera interesar solo por su exotismo. Su gente tiene una larga historia y profunda conexión con poblaciones a lo largo y ancho del Océano Pacífico y son un ejemplo de colonización exitosa de los últimos territorios inhabitados de nuestro planeta", señala la antropóloga.
En la actualidad, las investigadoras trabajan en un análisis de textiles del siglo 18 realizados con esta fibra, para lo que están recurriendo a muestras de museos españoles y chilenos.
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La antropóloga Andrea Seelenfreund trabajando la fibra de la morera de papel.[/caption]