La evidencia científica demuestra que la hidrología del país no será constante. Esto se debe al efecto que tendrá el cambio climático en este ciclo, generando variaciones en la temperatura y en las precipitaciones, variables meteorológicas que inciden en la disponibilidad de agua tanto superficial como subterránea.
En el caso del sector eléctrico del país, los impactos que pueden llegar a tener los futuros cambios globales, van a diferir dependiendo de la región y de las principales actividades industriales asociadas a cada zona, como son los casos de la agricultura y la minería, entre otros.
En base a lo anterior, equipo de investigadores de la Escuela de Ingeniería de la Universidad Católica (UC) estimó un potencial déficit de energía eléctrica en Chile a contar de 2035, debido al efecto que tendrá el cambio climático en la actual matriz de generación hidroeléctrica.
En un informe elaborado junto a Vinken, una unidad de Dictuc especializada en el sector de energía, los ingenieros recomiendan aumentar la participación de energías renovables en el sistema eléctrico nacional, así como aumentar las capacidades de transmisión y de almacenamiento energético, para garantizar el suministro a la población de aquí a dicho período.
“Para la generación hidroeléctrica es relevante considerar que las trayectorias hidrológicas esperadas para el futuro pueden tener un comportamiento distinto de los registros históricos, principalmente debido a los efectos del cambio climático”, señaló Álvaro Lorca, uno de los autores del análisis.
El académico de Ingeniería UC agregó que es de suma importancia considerar cómo las altas disminuciones de las precipitaciones esperadas impactarían en los pronósticos asociados a la disponibilidad de recursos hídricos, así como en las decisiones operacionales del sistema.
“Lo anterior, hace cada vez más necesario contar con mecanismos de flexibilidad que sean capaces de cubrir las altas variaciones de la demanda eléctrica y las energías renovables. En este desafío, es clave el aporte que pueden entregar mayores capacidades de transmisión y de almacenamiento energético”, destacó el especialista.
Para el académico UC, no obstante, dicha tarea se dificulta al existir una fuerte relación espacio-temporal en las decisiones asociadas a la generación hidroeléctrica, que a su vez dependen directamente de la capacidad de almacenamiento de los embalses.
“Asimismo, los caudales afluentes de estos embalses poseen la cualidad de ser altamente inciertos. Por lo tanto, su modelamiento se vuelve crítico al momento de planificar la dinámica operacional de la generación de energía en un sistema eléctrico como el nuestro”, precisó Álvaro Lorca.
En este sentido, el informe concluye que el principal desafío del país en esta materia consiste en aumentar la integración de energías renovables tales como la energía eólica y la energía solar, de la mano de aumentos en las capacidades de transmisión y de almacenamiento energético.
Según la Asociación Internacional de Hidroelectricidad, en 2019 la generación hidroeléctrica alcanzó la contribución de energía renovable más alta registrada (4306 TWh), junto con una capacidad instalada de 1308 GW a nivel mundial. En Chile llegó a 6739 MW de capacidad, lo que representó cerca de un 33% de la matriz eléctrica.