El Ministerio de Salud enumera, al menos, 19 tipos de anticonceptivos disponibles en Chile para mujeres como para hombres. Sin embargo, el más popular dentro de la población femenina sigue siendo el método hormonal, en especial las clásicas "pastillas anticonceptivas", utilizado por casi el 17% de este grupo.
Aún cuando este método tiene sólo el 0,2% de fallos si se utiliza correctamente, son muchas las mujeres que se han visto enfrentadas a embarazos no deseados por errores en la eficacia de éste. La clave, en mucho de estos fallos, han sido las interacciones entre medicamentos.
Estas interacciones, son comunes pero vagamente informadas por los profesionales de la salud. Hay medicamentos que si se mezclan con otros, pierden su eficacia, debido a las interacciones químicas que se producen entre ellos. Los anticonceptivos orales u otros de tipo hormonal –como el parche o el anillo- se ven afectados por sustancias que se encuentran en algunos antibióticos, antiepilépticos, antidepresivos e, incluso, antirretrovirales, usados frecuentemente para el tratamiento del VIH.
En el caso de los antibióticos, la Guía de Práctica Clínica de la OMS indica que la Rifampicina y la Griseofulvina han demostrado reducir la efectividad de los anticonceptivos hormonales. No obstante, no hay pruebas sustanciales de estos efectos con otros tipos como la amoxicilina. Sin embargo, si una persona presenta vómitos o diarrea a causa de un caso clínico por el cual le fueron recetados antibióticos, deben tener cuidado ya que estos síntomas no permitirán que los anticonceptivos sean absorbidos de buena forma por el cuerpo, bajando su efectividad.
Asimismo, en el caso de los antiepilépticos y estabilizadores del ánimo, las interacciones se dan para ambos lados. Es importantísimo hablar con el médico tratante en estos casos, ya que estas interacciones no sólo podrían causar embarazos no deseados, sino también provocar mayores crisis de ansiedad o epilepsia, provocando consecuencias graves en las pacientes. En estos casos, es recomendable la utilización de métodos no hormonales, que no afecten el tratamiento de la enfermedad basal de mayor importancia, como puede ser la epilepsia o un trastorno bipolar, por ejemplo.
Por último, estudios han indicado que algunos antirretrovirales –comunes para el tratamiento del VIH- también generan una baja efectividad en píldoras anticonceptivas. Entre éstos figura la Neviparina y el Nelfinavir, así como inhibidores de la proteasa de la familia del Ritonavir. No obstante, existen algunos antirretrovirales que no interfieren con las hormonas de las píldoras como el Tenofovir. Por eso, es fundamental que se consulte con el especialista el suministro de estos medicamentos, utilizados para evitar embarazos o bien para tratar patologías o síndromes propios del sistema reproductor femenino.
Por esta razón, toda paciente debe informarse antes de elegir el método anticonceptivo a utilizar, sobre todo si sufre de condiciones crónicas como la epilepsia o trastornos del ánimo.
Los métodos anticonceptivos hormonales son de gran eficacia, pero nunca debemos olvidar que ciertos medicamentos pueden bajar su efectividad. Por eso, hablar con el médico tratante o consultar con el químico farmacéutico a la hora de adquirir medicamentos de uso esporádico se vuelve fundamental para evitar sorpresas inesperadas.
*Químico farmacéutico de Farmacias Ahumada.