Fueron varios años de investigación antes que se publicara ayer un nuevo estudio en la prestigiosa revista científica Plos One sobre una serie de expediciones que se realizaron a los montes submarinos de Nazca y Salas y Gómez, pertenecientes a Chile y que se extienden a lo largo de 2.900 kilómetros del Océano Pacífico, en el límite oriental de la Polinesia con Oceanía.
Estas cordilleras son reconocidas por su alto valor de biodiversidad -una de las más altas del planeta- y características ecológicas únicas, aunque las exploraciones hacia ese lugar y a otros ecosistemas de aguas profundas han sido limitados. Dos de ellas se realizaron en 2011 y 2013 -de las cuáles surgió este estudio- y se espera que el próximo año se realicen nuevos viajes, pero todo depende de la evolución de la pandemia en el mundo.
Las travesías, sin embargo, fueron muy provechosas. De acuerdo al documento, se logró encontrar un ecosistema de aguas profundas único con más de 120 especies, muchas de ellas extremadamente frágiles y sin registro de que habiten en otros lugares del fondo marino. Es por esto que los científicos han identificado esa área como una de las con mayor importancia biológica a nivel mundial. Aún así, la mayoría de las aguas más profundas de esta remota región sigue siendo un misterio para la ciencia.
Así lo señala Alan Friedlander, autor principal del estudio y científico jefe de National Geographic Pristine Seas: “Las cordilleras de Salas y Gómez y Nazca son uno de los puntos críticos de biodiversidad más singulares de la Tierra, y apenas hemos comenzado a explorarlo”. Agrega, además, que “esta región necesita ser protegida utilizando las mejores medidas de conservación disponibles si esperamos preservar su extraordinariamente singular biodiversidad”.
Daniel Wagner, asesor técnico de ciencias oceánicas de Conservation International, cuenta, en tanto, que durante la expedición se logró registrar una amplia gama de corales de aguas profundas y esponjas. “Estas especies son muy parecidas a las secuoyas del océano: no solo son de crecimiento lento y longevas, sino que también proporcionan hábitats críticos para muchas otras especies”, dice el coautor del informe en el que también participó la Universidad Católica del Norte (Chile), la Universidad de Hawaiʿi y la Universidad de Texas Rio Grande Valley, como parte de Coral Reefs on the High Seas Coalition, un alianza global de socios que tiene como objetivo generar la ciencia, la comunicación y el apoyo para conservar los arrecifes de coral en alta mar.
Entre los 58 invertebrados y las 65 especies de peces registrados -que dan un total de 123- hay varios tipos de corales, esponjas, camarones, tiburones, peces y anguilas. Algunas de las especies más raras registradas por el estudio fueron: un pez damisela de color neón descubierto el año pasado y hasta la fecha solo conocido en Rapa Nui, Salas y Gómez y montes submarinos adyacentes; un pez barba recién descubierto que solo se ha registrado en la cordillera de Salas y Gómez; y el pez salpicón rojo, un tipo de lubina de aguas profundas que se encuentra solo en los ecosistemas de arrecifes a lo largo de la Cordillera de Nazca.
La publicación del estudio fue valorado, también, por la directora de Oceana Chile, Liesbeth van der Meer, que manifestó que “antes se pensaba que el océano profundo, es decir, el que va más allá de las 200 millas no tenía vida”. Sin embargo, dice, gracias a estas nuevas publicaciones hoy se sabe con certeza que ahí habitan especies muy frágiles. Las 120 especies detectadas recorren la dorsal de nazca, una cordillera submarinas fuera de la zona económica exclusiva chilena. Esta cordillera, al igual que las cordilleras terrestres, conectan la vida que existe debajo del mar los parques marinos Nazca Desventuradas y Motu Motiro Hiva (Salas y Gómez) que se encuentran dentro de Chile”.
Debido al gran tamaño de las lomas de Salas y Gómez y Nazca, la colaboración internacional será clave para protegerlo. Si bien algunas de las montañas submarinas de las cordilleras se encuentran dentro de las aguas nacionales de Chile y Perú, más del 73% del área se encuentra fuera de la jurisdicción nacional en alta mar. Si no se protege, la región enfrenta las amenazas de la sobrepesca, la minería de los fondos marinos, la contaminación y el cambio climático.
En el estudio se sugiere, por otra parte, que dar protección a este lugar -que ha sido poco intervenido por el hombre hasta ahora- permitiría que esos ecosistemas únicos puedan permanecer intactos. Así lo sostiene Wagner, que explica que “la lejanía de esta región ha protegido su biodiversidad única de muchos impactos humanos”. Pese a esto, se prevé que los impactos futuros del cambio climático en esta región serán sustanciales: “debemos actuar ahora”, precisa.
La región que rodea las cordilleras de Salas y Gómez y Nazca ha sido reconocida como una de las principales candidatas para adquirir medidas de conservación por varias organizaciones internacionales, incluido el Convenio de la Diversidad Biológica, el Censo Global de Vida Marina y otros.