La palabra neandertal es usualmente usada como un insulto que hace referencia a falta de inteligencia o a alguien que es poco desarrollado cognitivamente, algo que, según científicos, podría estar alejado de la realidad de los Homo neanderthalensis.
Los primeros huesos de neandertal fueron descubiertos en 1856, Neanderthal, Alemania, desde entonces científicos se han dedicado a estudiar y entender la forma en que estos seres comportaban.
La exposición “Neanderthal” en el museo de la Universidad NTNU en Noruega, ha entregado datos respecto a estos homínidos, no solo respecto a su inteligencia, si no que también respecto a su empatía y compasión por el otro y la naturaleza.
De tontos nada
Según las investigaciones, el neandertal era un ser inteligente, creativo y compasivo, se movían en grupos pequeños, pero eran sumamente cooperativos, sobre todo al momento de la caza, donde demostraban tener técnicas avanzadas al darle caza a animales grandes como mamuts y rinocerontes lanudos.
“Vivieron en pequeños grupos en un área enorme durante un período de más de 300.000 años”, afirmó la arqueóloga Trine Kellberg Nielsen, cabecilla de la exposición “Neanderthals” en el museo Moesgaard, Arthus, Dinamarca.
Estos homínidos dominaron el territorio europeo por 300 mil años y se extinguieron hace 40.000 años, tras la llegada del Homo sapiens desde el continente africano.
A pesar de su desaparición hace miles de años, Kellberg destaca que “el hecho de que vivieran durante tanto tiempo también nos muestra que fueron capaces de adaptarse a diferentes entornos”, lo que se ha demostrado a través de los vestigios de los refugios fabricados por ellos mismos para protegerse de los fríos inviernos y los cálidos veranos.
Se cuidaban los unos a otros
Hallazgos sugieren que los neandertales cuidaban de los enfermos y heridos de sus comunidades, algo que explicaría su supervivencia durante los miles de años que habitaron la tierra.
Kellberg menciona que “el hombre Neanderthal encontrado en 1856 se había roto el brazo en algún momento. Aunque la fractura se había curado, debe haber sido difícil para él usar el brazo después”.
“El esqueleto de un anciano neandertal que padecía gota avanzada se encontró en Francia. Había perdido la mayoría de sus dientes, pero sobrevivió muchos años después. Estos son dos ejemplos que indican que los neandertales cuidaban de sus enfermos, heridos y edad, lo que nos dice que eran personas empáticas”, explicó la arqueóloga.
Más humanos de lo que se creía
La paulatina desaparición de los neandertales tras la llegada de los Homo sapiens hace 60 mil años fue un hito evolutivo, sin embargo, estos dejaron su marca en la tierra, no solo terrenalmente, si no que también en nosotros mismos.
Y es que tenemos más en común de lo que creemos, estudios han demostrado que el ser humano lleva un 1,5% y 2,1% de material genético de los neandertales.
Además, un estudio británico confirmó que al menos 4.303 de las variantes genéticas que probablemente se originaron de los neandertales se mantienen y juegan un rol importante en los humanos modernos, influyendo en 47 rasgos genéticos.
Esto se explica debido a que una de las posibles razones de la desaparición de estos individuos, además de la competencia entre depredadores, es el apareamiento que hubo entre Homo neanderthalensis y Homo sapiens, lo cual pudo haber diluido su existencia.
Otra de las razones estudiadas de su extinción es la poca variación en su material genético, lo que demuestra poca capacidad de adaptabilidad al cambio de su entorno.
Sin embargo, nadie niega que ellos fueron un escalón importante para la evolución del hombre moderno y que eran más humanos de lo que se creía.