¿Un médico murió por la vacuna rusa Sputnik V?

El 29 de diciembre, Argentina empezó su proceso de inoculación contra el coronavirus con la vacuna rusa Sputnik V en varias provincias del país. No obstante, las informaciones sobre efectos adversos y la eficacia de la inmunización se han esparcido a traves de redes sociales.

Tanto en Facebook como Whatsapp comenzó a circular una cadena explicando que en Buenos Aires había fallecido un médico de la policía federal “después de ponerse la vacuna rusa. Se trata del médico Gerardo David Glucksmann”, desinformación que fue compartida 5 mil veces.

Esta afirmación es falsa. En un comunicado de prensa, el Ministerio de Justicia y Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires señaló que Glucksmann, quien efectivamente falleción, presentó una licencia médica ya que era una persona de riesgo, y desde marzo de 2020 no asistía a su lugar de trabajo.

También explicaron que su doctora de cabecera, Evelin Garbin, diagnosticó como causa de muerte un “infarto agudo y falla multiorgánica”.

Desde la institución gubernamental aclararon que Glucksmann no había sido vacunado con la vacuna Sputnik V.

Sin embargo, el conocido abogado penalista y ex director nacional de Proyectos, Evaluación de Normas y Cooperación Legislativa del Ministerio de Seguridad, Fernando Soto, mencionó en su cuenta de twitter que el médico fallecido “le había contado a toda su familia que se ofreció como voluntario y le dieron la vacuna China. No la Rusa. La China”, refiriéndose a la inmunización desarrollada por el China National Biotech Group (CNBG), afiliado al China National Pharmaceutical Group (Sinopharm) y en colaboración con el Instituto de Productos Biológicos de Beijing (BIBP, por sus siglas en inglés).

La vacuna BIBP empezó su estudio de fase III en septiembre de 2020, análisis que demora 12 meses e incluye 3 mil voluntarios, estos deben ser mayores de 18 años y que, tanto su historial médico como su examen físico, deberá afirmar que tengan un buen estado de salud para ser elegibles.

Se trata de un estudio aleatorizado (recibir la vacuna o el placebo depende del azar), de doble enmascaramiento (ni la persona voluntaria ni el equipo investigador saben si recibió la vacuna o el placebo), controlado con placebo (sustancia inerte), en grupos paralelos para evaluar la inmunogenicidad (la capacidad de activar el sistema inmune) y la seguridad de una vacuna inactivada.

Si bien varias fuentes afirman que Glucksmann recibió la vacuna BIBP, su historial de riesgo no le habría permitido ser voluntario y, además, en el hipotético caso que sí se haya inoculado, se desconoce si lo vacunaron con el placebo o con la inyección del virus inactivo.

¿Vacuna Covid-19 esteriliza a las mujeres?

Por Facebook circularon dos videos del médico genetista argentino Luis Marcelo Martínez donde da su opinión sobre las vacunas desarrolladas ante el Covid-19, con más de 15 mil interacciones por parte de los internautas.

El primer video publicado en agosto de 2020, es una entrevista acerca de la producción de la vacuna para inocularse del coronavirus. El segundo video es la exposición de Martínez ante el Senado argentino en octubre sobre el proyecto de ley de vacunas destinadas a generar inmunidad adquirida frente al Covid, sesión donde la iniciativa terminó siendo aprobada por la Cámara de Diputados. Este último video alcanzó las 500 mil reproducciones.

En ambos, Martínez afirma que las vacunas basadas en vectores de adenovirus (como la de AstraZeneca/Universidad de Oxford), “alterarían la información genética en el ser humano” al “intentar introducir secuencias de información genética en la información genética propia” de dicha persona, agregando que esto podría ocasionar daños imprevisibles.

Además, en el Programa “Toda la Verdad Primero”, canal conocido por difundir teorías conspirativas y desinformación, afirmó que “el objetivo de la vacuna contra el Covid-19 no es la inmunización, ténganlo bien por seguro. Si se genera una inmunidad contra la supuesta proteína S viral, en realidad estaríamos montando una respuesta contra la sincitina, con la consecuente infertilidad femenina”, ya que, según Martínez, la proteína “espiga” (S) del coronavirus “es idéntica a la proteína sincitina, clave para que el embarazo pueda llevarse a cabo”.

Martínez pertenece a la “Junta Argentina de Revisión Científica”, asociación que no figura en el Registro Nacional de Sociedades del país, no cuentan con sitio web y solo registran redes sociales. A través de esta junta, el genetista junto a otros integrantes firmó un documento sin aprobación de la comunidad científica afirmando que las vacunas basadas en ingeniería genética generarían infertilidad masculina.

Ignacio Silva, infectólogo y académico de la Dirección de Postgrados Facimed de la Universidad de Santiago, menciona que las vacunas actualmente autorizadas “no existe ninguna evidencia científica de que se relacionen con algún trastorno de la fertilidad en ningún caso”.

Con la evidencia actual, “no hay nada que indique que afecta el embarazo”, asegura Silva.

El infectólogo explica que no se ha recomendado el uso de la vacuna para mujeres embarazadas o con planes de estarlo debido a la falta de evidencia sobre la respuesta inmune de este grupo ya que no suele ser incluido en los ensayos clínicos, situación común en pruebas de nuevas inmunizaciones.

“Los fabricantes de las vacunas mencionan que, si se administra a una embarazada, debe ser con precaución porque no hay estudios en este grupo de pacientes, y que esto sólo lo dará el tiempo. Las organizaciones de salud recomiendan informar a las mujeres que no hay evidencia de uso de vacunas en embarazadas y que ellas tomen la decisión por su cuenta. En Chile, no se recomienda el uso de la vacuna en mujeres embarazadas ni que tengan plan de embarazarse en los próximos dos meses”, afirma Silva.