El terremoto de Afganistán, se produjo en la madrugada del 21 de junio a 36 kilómetros de la capital provincia de Khost, en una zona remota en la frontera con Pakistán y fue devastador. Con una magnitud de momento de 5.9, pero con una profundidad de no más de 10 kilómetros, este sismo provocó uno de los desastres más agudos que ha vivido el país en las últimas dos décadas. El contexto geotectónico de ese territorio tiene la respuesta.

El sismo, de acuerdo a los expertos, se produjo en una falla transcurrente, dominada por movimientos horizontales y a escasa profundidad. Este tipo de falla es bastante común en Afganistán y su origen está asociado a la colisión de dos placas tectónicas ubicadas en corteza continental: la placa Euroasiática y la placa de India.

“Esta colisión de placas es la responsable del alzamiento de los Himalayas, donde se ubica el monte Everest, pero también de que existan numerosas fallas activas en la zona cercana al epicentro”, explica Gabriel González, subdirector del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastre (Cigiden) y profesor de Geología de la Universidad Católica del Norte.

Fallas activas

Según el doctor en geología, la zona del epicentro es muy activa con fallas que se movilizan a velocidades de 40 milímetros por año (mm/año), provocando lo que se conoce como sismos someros, poco frecuentes en Chile, donde la fuente de generación de energía sísmica es muy cercana la superficie, por lo tanto, la intensidad es muy destructiva.

En efecto, de acuerdo al Servicio Geológico de Estado Unidos (USGS), en base a la recopilación de testigos que contribuyen con la información –por lo tanto se trata de una estimación cualitativa de cómo se sintió el sismo–, la intensidad en la zona del epicentro fue de IX, que está en la parte más alta de la escala de movimiento que provee el USGS. Hasta el momento se reportaron más de 1.000 personas fallecidas, alrededor 1.500 lesionados con distintos grados de severidad y una cifra aún desconocida de desaparecidos.

En Chile son menos frecuentes los sismos originados por fallas geológicas activas y aún faltan estudios fundamentales para aumentar el conocimiento. “Saber las tasas de movimientos, cuál sería el terremoto máximo esperado, o las características mecánicas que las hacen susceptibles de moverse es esencial para la resiliencia”, dice Gabriel González, que lidera un equipo de geólogos –Erik Jensen, Mahesh Shrivastava, Paulina Rivera y Yerko González–, que investigan justamente terremotos generados por fallas geológicas.

Construcciones en adobe

El desastre ocurrido por el terremoto este lunes en Afganistán, además, está dado por otros factores que tienen que ver con su infraestructura crítica y el material de las construcciones dice Matías Hube, investigador Cigiden y académico de Ingeniería UC. “Este daño que destruyó construcciones se debe al tipo de construcción que tienen, antigua de adobe, albañilería y construcciones sin diseño sísmico, lo que es muy diferente a lo que ocurre en Chile”, asegura el experto.

En Chile las edificaciones son mucho más seguras, porque son construcciones nuevas que se han hecho según la normativa de diseño sísmico, que tiene ciertos estándares y resistencia. ¿Qué ha pasado con las construcciones inseguras como las casas de adobe? El investigador UC, asegura que se han ido cayendo en el tiempo y reemplazadas por construcciones más seguras.

Explica que en el terremoto de 2010, en Talca, muchas casas de adobe se cayeron y no se ha seguido construyendo este tipo de casa o de albañilería. “Todas las construcciones en Chile a partir de los 70 están hechas con diseño sísmico y son capaces de resistir mucho mejor los terremotos y los daños son menores a los vistos en Afganistán, por ejemplo”, explica Hube.

Además, en el país, agrega el geólogo Gabriel González, el contexto geosísmico es otro, aquí los terremotos más frecuentes son de subducción (proceso de acople de la placa sudamericana con la oceánica), cuyo hipocentro ocurre a mayores profundidades, y causan menos daño aunque sean de magnitudes superiores a los 8 Mw.