En 1977, se estableció oficialmente el 16 de octubre como el “Día del Profesor” en Chile. La efemeride tomó como referencia la fecha de creación del Colegio de Profesores de Chile.
Desde entonces se conmemora y reconoce a nivel nacional la labor de las y los docentes. Existen, según estableció el Centro de Estudios del Ministerio de Educación para 2019, 249.865 profesores y profesoras en enseñanza media y básica.
Un grupo que enfrentó, y aún enfrenta, duras pruebas en pandemia. No estaban preparados para abordar la crisis sanitaria, el encierro, el miedo a enfermar y contener a sus estudiantes, todo a la vez. Planificar y hacer clases en línea implicó hasta el triple de trabajo. Pero además, al estar en casa se les pidió estar disponibles 24/7.
Por meses han debido afrontar una verdadera revolución digital en el modo tradicional de realizar y planificar clases tras la implementación de modalidad remotas. Y eso no termina, ya que actualmente el modelo híbrido, en que se mezcla la virtualidad con la presencialidad, es lo que se impone en gran parte de los establecimientos educacionales.
No es extraño entonces que hoy sostenedores, profesores, administrativos, directores, entre otros, coincidan que un 92% de la comunidad educativa ha visto afectada su salud mental con la pandemia.
Así lo establece una encuesta realizada por la plataforma de desarrollos tecnológicos y gestión para la educación Papinotas, a 620 integrantes de la comunidad escolar de todo el país, desde sostenedores, profesores, administrativos, directores.
El sondeo señala además que en esta crisis sanitaria, para el 77% de los encuestados los modelos 100% remotos o híbridos han generado problemas en la salud mental de las y los profesores.
Docentes agobiados
Cuando la presencialidad se impone en la educación, una de las modalidades más frecuentes es la llamada educación híbrida, enseñanza que combina sesiones presenciales con virtuales.
Bajo este modelo, en algunos establecimientos han dividido a los alumnos en grupos. Mientras algunos están en formato presencial, el resto asiste a la clase de manera virtual. Todo gracias a las plataformas digitales.
Un escenario que no ha estado exento de adversidades señala la encuesta: El 56% de los profesionales de la educación reconoce no sentirse a gusto con el formato híbrido.
De ellos, un 14% asegura sentirse agobiado y no tolera trabajar en este formato, mientras que un 42% admitió que le genera dificultades, las que si bien son llevables, preferiría trabajar de otra manera.
“Los docentes tuvieron los mismos miedos, las mismas incertidumbres y las mismas dificultades que todos, tanto alumnos como apoderados, pero tienen que jugar este doble juego: por una parte contener, pero por otra parte también asimilar el impacto que tuvo la pandemia”, explica Natalia Espinoza, fundadora de Papinotas.
Ante todas las complejidades que ha implicado la enseñanza en pandemia, el modo presencial es por lejos el favorito de la comunidad escolar. Así lo refuerza el sondeo, que indica que el 79% de los encuestados prefiere esta modalidad. En tanto, la educación híbrida es escogida por el 13% y la remota sólo por un 8%. Y es que según comentan, el formato 100% remoto ha implicado todo un desafío (54%), les ha generado dificultades (35%) y sensación de agobio (5%).
¿Cómo afectó a los alumnos?
Los encuestados también abordaron la situación de los estudiantes. Un 95% cree que se han visto afectados por la pandemia, especialmente en sus procesos de aprendizaje (84%), su capacidad de socializar (68%) y su salud mental (66%).
Respecto a la deserción, ítem con el han tenido que enfrentar algunas comunidades educativas, un 34% declara que sí se han producido en sus establecimientos durante este periodo y las principales causas apuntan a: falta de acceso a las tecnologías que posibilitaron la teleducación, como Internet, computadores o smartphones (53%), incapacidad de seguir aprendiendo en esas condiciones de educación remota (51%), falta de interés de continuar estudiando (41%) y la situación económica que los obligó a renunciar a los estudios y comenzar a trabajar (20%) .
De todas maneras, la comunidad académica mira con optimismo el futuro. “Ven en la tecnología una mano amiga que ha venido a ayudar a eficientar su trabajo”, señala Espinoza. De hecho, un 76% de ellos cree que la tecnología puede entregar soluciones a los principales problemas que vive el mundo educacional hoy en día, principalmente en cuestiones administrativas (61%), control de asistencia (54%), comunicacionales y mensajería con la comunidad (81%), currículo escolar o malla académica (40%), entre otras (16%).
“La tecnología es una ayuda para los colegios y hemos visto cómo los que la han implementado ha tenido aumento de asistencia incluso de un 4%, usando servicios adecuados para conseguirlo, lo que les ha permitido disminuir el ausentismo escolar, especialmente en esta época en que se puede exacerbar y es tan importante la comunicación entre la comunidad escolar, apoderados, estudiantes, docentes”, explica Espinoza.