Feminismo en Chile: ¿Quiénes son las mujeres que construyeron el 8M?
Estudio de la U. de Chile revela que las manifestantes se identificaron como mujeres, chilenas, adulto-jóvenes, heterosexuales, "mestizas", con elevado nivel de escolaridad, trabajadoras dependientes y que la minoría son activistas.
A lo largo del país, el pasado 08 de Marzo (8M) se vivió una jornada histórica de movilización por el Día Internacional de La Mujer. Según la Coordinadora Feminista 8M, más dos millones de mujeres marcharon en Santiago y regiones en pos de la igualdad de derechos para las mujeres.
¿Cómo y quiénes son las mujeres que construyeron el 8M? Chilenas, adulto-jóvenes, heterosexuales, “mestizas”, con elevado nivel de escolaridad, trabajadoras dependientes y la minoría son activistas, revela el reciente estudio Encuesta 8M - ¿Qué hay de nuevo en los feminismos chilenos?
La investigación consideró más de mil encuestas a sus manifestantes. Fue relizado por el Núcleo de Investigación en Género y Sociedad Julieta Kirkwood y el Núcleo de Sociología Contingente (Nudesoc), de la Facultad de Ciencias Sociales de la U. de Chile.
El estudio estuvo bajo la coordinación de la investigadora Débora de Fina, junto a la asistente de investigación Francisca Figueroa Vidal, del Núcleo Julieta Kirkwood, y se realizó principalmente de manera online, a través de una convocatoria entre los días 04 y 15 de marzo de 2020 por las redes sociales, mientras que los días 08 y 09 de marzo se encuestó presencialmente en nueve comunas distintas durante las actividades y marchas que marcaron el Día Internacional de las Mujeres en Chile.
Mujeres y transformacón social
Los datos muestran que 32,5% dice que pertenece en alguna organización feminista, mientras el 67,5% respondió que no. Al consultarles si se consideran feministas, el 92,9% responde que sí, destacándose una filiación reciente a estas organizaciones (menos de dos años), mientras en 7,1% señala que no. Además, un 32 por ciento indica es parte de otros movimientos sociales.
En cuanto a su rango etario, el 42,3% se encuentra entre los 30 a 45 años, 34% entre los 18 y 29 años, 15,6% entre 46 y 59. Destaca el 6,1% que tiene 60 o más años y el 2% con menos de 18 años. En su nivel de educación, el 44,8% cuenta con educación superior completa y 28,3% con postgrado.
Además un 76,39% de las participantes es activa laboralmente, predominando las trabajadoras dependientes, seguidas por las independientes y luego la población cesante. Con respecto a las inactivas equivalen a un 23,61%, principalmente estudiantes y personas con trabajo no remunerado.
Los datos recabados revelan la importancia “que han ganado las luchas de las mujeres como parte de los movimientos por transformación social en Chile", señala Débora de Fina.
Demuestran a su vez, dice de Fina, el protagonismo de las mujeres en el contexto de las protestas y el amplio despliegue de las pautas históricamente defendidas por el feminismo, que ganan impulso en la última década a nivel internacional y nacional con “Ni una menos”, por ejemplo; “pero principalmente a partir de 2018 con el Mayo feminista chileno, todo eso hace parte y es a la vez incentivado por el contexto del Estallido Social, una revuelta que también se crea desde los feminismos”.
Violencia de género
El estudio también da cuenta información sensible sobre cómo es vivir violencia de género, dónde 72,1% de las encuestadas afirma haberlo experimentado.
“Un dato preocupante y necesario de poner en la palestra de la discusión pública y política, pues viene a reforzar lo que por años el movimiento ha expuesto, con la idea de que es necesario salir de la sociedad patriarcal en la que vivimos”, apelan Camila Diaz Cepeda y Catalina Flores Lavin, investigadoras del Nudesoc.
También les preguntaron a las encuestadas si tenían personas a su cuidado, a lo que un 47,2% dijo que sí. Esta pregunta es muy importante “porque sabemos que el cuidado de terceros ha sido una responsabilidad puesta en los hombros de las mujeres por décadas, de modo que para asistir a la marcha también consultamos por los arreglos que tuvieron que hacer con estas personas a su cuidado”, enfatizan.
Esos estos, indican, permiten contemplar las posibilidades de ahondar en prácticas que están enraizadas en la sociedad, como las dobles jornadas laborales que son impuestas de manera formativa en las mujeres, "hecho aún más crítico en contextos de confinamiento donde se ha difuminado la línea entre el trabajo y el cuidado del hogar”, detallan desde el Nudesoc.
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