En un giro alentador de los acontecimientos, la estrella de películas de acción Dolph Lundgren anunció recientemente que está “finalmente libre de cáncer” después de una agotadora batalla contra la enfermedad.
El actor de Rocky IV, conocido por su icónico papel de Ivan Drago, compartió esta noticia desde una cama de hospital en Los Ángeles, donde se sometía a un procedimiento final, una ablación, para ayudar a eliminar un tumor aparentemente muerto.
Esta notable recuperación llega después de que a Lundgren le dieran inicialmente un sombrío pronóstico de sólo dos o tres años de vida.
El viaje de Lundgren contra el cáncer comenzó en 2015, cuando los médicos descubrieron un tumor canceroso en su riñón. Durante los primeros cinco años posteriores a su diagnóstico, la condición del actor parecía estar bajo control con exploraciones periódicas. Sin embargo, en 2020, las cosas empeoraron. Lundgren comenzó a sufrir reflujo ácido , lo que provocó una resonancia magnética que reveló tumores adicionales en su abdomen. Luego, los médicos encontraron otro tumor en su hígado.
A pesar de las sombrías perspectivas, la historia de Lundgren dio un giro inesperado y positivo. Buscó una segunda opinión y comenzó el tratamiento con un nuevo médico que reevaluó su cáncer y le recetó medicamentos para reducir el tamaño de los tumores. Este cambio de enfoque le permitió a Lundgren seguir trabajando y filmar películas importantes como Los indestructibles 4 y Aquaman y el reino perdido mientras recibía tratamiento.
El reciente anuncio del actor de estar libre de cáncer plantea una pregunta importante: ¿qué posibilidades hay de que alguien con un diagnóstico de cáncer terminal quede libre de cáncer por completo?
De paciente terminal a seguir actuando, un caso atípico
Si bien el caso de Lundgren es indudablemente inspirador, estos resultados no son típicos para la mayoría de los pacientes con cáncer avanzado, y la precisión a la hora de predecir cuándo morirán los pacientes terminales puede variar considerablemente. Un estudio concluyó que los médicos tienden a predecir con mayor exactitud la cantidad de personas que creen que morirán en un período de tiempo específico.
De hecho, el estudio mostró que el 54% de las personas que se predijo que morirían en un período de tiempo determinado vivieron más de lo esperado. He dirigido una investigación que muestra lo difícil que es para los médicos estimar cuánto tiempo les queda de vida a los pacientes, incluso cuando esas personas están muy enfermas.
Los notables avances de los nuevos fármacos contra el cáncer, y en particular de las inmunoterapias, han permitido que muchas personas puedan vivir con su enfermedad, cuando antes habrían muerto rápidamente a causa de ella. El cáncer de riñón entra en esta categoría, ya que suele responder muy bien a estos fármacos.
Sin embargo, debemos estar alerta, ya que los cánceres pueden volver a aparecer incluso décadas después de que los médicos hayan dado el visto bueno a la enfermedad. Si bien los profesionales médicos se esfuerzan por brindar pronósticos precisos, la naturaleza impredecible del cáncer y las respuestas individuales al tratamiento pueden conducir a resultados que desafíen las expectativas iniciales, y el término “libre de cáncer” puede ser engañoso.
En muchos casos, no significa que se hayan eliminado todas las células cancerosas del cuerpo, sino que no hay cáncer detectable en el momento de la evaluación. Algunas células cancerosas pueden permanecer latentes o indetectables con las tecnologías de diagnóstico por imagen actuales, por lo que, a veces, como descubrió uno de mis grupos de investigación, se pueden detectar mediante nuevos análisis de sangre avanzados.
Cambio de paisaje
Sin embargo, la posibilidad de un diagnóstico erróneo en casos de cáncer terminal es relativamente baja, dadas las herramientas de diagnóstico avanzadas disponibles en la actualidad. Si bien esto es un problema en la detección del cáncer, es menos probable en casos de cáncer avanzado como el de Lundgren.
Lo más probable es que la notable recuperación de Lundgren se pueda atribuir a los avances en el tratamiento del cáncer. En los últimos años, se han producido avances significativos en terapias dirigidas e inmunoterapias que han mejorado drásticamente los resultados para muchos pacientes con cáncer.
Estos tratamientos pueden ser particularmente eficaces para ciertos tipos de cáncer, aquellos con mutaciones genéticas específicas o cambios dentro de sus cánceres. Formé parte del equipo de investigación que estudiaba inmunoterapias de próxima generación en el cáncer de colon. El estudio encontró, por primera vez, efectos positivos en pacientes que habían recibido un tratamiento previo intenso y que tenían pocas opciones de tratamiento restantes.
En la actualidad, observamos regularmente remisiones duraderas en pacientes tratados con inmunoterapia, pero, como todos los medicamentos, la inmunoterapia solo funciona para ciertos tipos de cáncer. Como oncólogo, utilizo la medicina personalizada: trato a la persona adecuada en el momento adecuado con los medicamentos adecuados para el cáncer adecuado.
Si bien el caso de Lundgren es una buena noticia, es fundamental abordar este tipo de historias con una perspectiva equilibrada. No todos los pacientes con cáncer avanzado experimentarán resultados similares y los tratamientos que antes eran eficaces pueden dejar de funcionar.
Sin embargo, su historia resalta la importancia de buscar segundas opiniones, explorar todas las opciones de tratamiento disponibles y mantener la esperanza, incluso ante pronósticos nefastos.
El panorama está cambiando para los pacientes que padecen un cáncer incurable de larga duración. Gracias a los avances terapéuticos, el período entre el diagnóstico de un cáncer incurable y el final de la vida ha aumentado rápidamente para muchos pacientes.
El camino recorrido por Lundgren desde un diagnóstico terminal hasta la liberación del cáncer es un testimonio del progreso que se está logrando en el tratamiento del cáncer. Si bien estos cambios drásticos aún no son la norma, ofrecen esperanza y subrayan la importancia de la investigación y el desarrollo continuos en terapias contra el cáncer.
A medida que la ciencia médica continúa avanzando, es posible que veamos más historias como la de Lundgren, donde los pacientes desafían las probabilidades y recuperan su salud de las garras de esta formidable enfermedad.
Justin Stebbing, profesor de Ciencias Biomédicas, Universidad Anglia Ruskin