En los últimos años el emprendimiento femenino ha logrado mucho más protagonismo. Aporta a la innovación y a la creación de nuevos empleos. Junto con esto, la pandemia y sus impactos económicos motivaron especialmente a ese grupo a buscar alternativas emprendedoras.

Sin embargo, en Chile las oportunidades no son iguales para hombres y para mujeres. Como primer punto, los motivos para emprender difieren. En ellas, el principal impulso para comenzar el negocio es la necesidad (57,4%), mientras que en ellos prima la oportunidad (43,7%).

Así le ocurrió a Natalia Contreras Cortínez. “Tengo una discapacidad auditiva de nacimiento, la que no me ha impedido insertarme en el mundo laboral”, cuenta. Buscando una mejor calidad decidió dejar su trabajo en Santiago y comenzar desde cero en la ciudad de Linares. Pero al no poder encontrar trabajo su área, la contabilidad, se vio en la necesidad de comenzar a emprender.

Pero no fue fácil. “Partí con la idea de crear algo que me pudiera generar recursos para sustentar mi hogar, y es así como deambule por distintas áreas alimentación, decoración y vestuario, siendo esta ultima la más exitosa”, cuenta sobre cómo nació @galamericana, tienda virtual con cerca de 9 mil seguidores.

Reconoce que en un principio fue complejo porque no conocía el mercado. “No hay apoyo ni orientación acerca de este, entonces solo mediante mi intuición, la ayuda familiar; entre prueba y error, logre sacar adelante este emprendimiento”, dice Contreras sobre un recorrido que le tomó tres años para consolidarse, tener continuidad y ser su propia jefa. “Me encargo de todos los procesos desde la compra, selección, preparación, publicación y envió de las prendas”.

Los motivos para emprender no son iguales en hombres y mujeres. En ellas, el principal impulso para comenzar el negocio es la necesidad (57,4%), mientras que en ellos primó la oportunidad (43,7%).

Las ganancias también presentan diferencias según sexo, 65,0% de las microemprendedoras genera ingresos de hasta 1 salario mínimo mientras que sólo 38,1% de los microemprendedores obtiene este nivel de ingresos.

Esos datos, de la Encuesta de Microemprendimiento 2019 del INE, revelan además otro aspecto del emprendimiento por género: solo el 38,6% de quienes emprenden en Chile son mujeres. Resultado de una brecha en favor de los hombres (61,4%), derivada de múltiples trabas a las que se enfrentan, desde llevar la contabilidad y pagar los impuestos, seguido por la burocracia y trámites necesarios para obtener los permisos municipales y cumplir otros requerimientos locales.

Esa realidad fue recogida por el estudio “Emprendimiento en Chile: Una Mirada de Género”, realizado por la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS), en el marco de la conmemoración del Mes de la Mujer.

¿Qué motiva a las personas a emprender?¿Existen diferencias entre las mujeres y los hombres que deciden emprender? ¿Cuáles son los desafíos que enfrentan los emprendedores?¿Difieren según el género? Fueron algunas de las preguntas del estudio, que determinó que, aunque hombres y mujeres enfrentan desafíos similares al emprender, a ellas les cuesta más convencerse de formalizar sus nuevos negocios.

Brechas

Andrea Zamora Acosta, directora general de la consultora de diseño UX IDA Chile, sabe de esas dificultades. Y reconoce que la principal es “que las mujeres debemos ser capaces de compatibilizar el mundo laboral con las tareas domésticas, especialmente quienes somos mamás o cuidadoras”. Además, dice es complejo lograr visibilidad y credibilidad “cuando tienes que relacionarte con hombres que tienen el poder de contratarte o no”.

“Hay más trabas para las mujeres porque se nos exige más y no tenemos las mismas posibilidades de participar en cuestiones de camaradería que los hombres, y es ahí donde muchos negocios se cierran: en un partido de fútbol, en un bar”, dice Zamora.

El estudio muestra que en general los hombres que emprenden tenían un cargo más alto antes de emprender que las mujeres: 34% era gerente o subgerente. Una cifra que en ellas llega solo al 9%. Además, una de cada tres mujeres emprendedoras tenían cargos sin personas bajo su responsabilidad. Y solo el 9% de los emprendedores vienen de un emprendimiento previo.

El 14% de las mujeres emprendedoras encuestadas a constituyeron sus empresas legalmente, contra un 18% de los hombres. Las principales dificultades mencionadas para ese proceso fueron llevar la contabilidad y pagar los impuestos (21% mujeres y 26% hombres), seguido por la burocracia y trámites necesarios para obtener los permisos municipales (15% hombres y 20% mujeres) y cumplir otros requerimientos locales.

Las mayores brechas de género están en la dificultad para poner precio a los productos (en mujeres 10% de menciones vs 7% en hombres) y dificultad de cobranza y facturas impagas (hombres 7% vs mujeres 4%).

El 14% de las mujeres emprendedoras encuestadas a constituyeron sus empresas legalmente, contra un 18% de los hombres.

“Quisimos identificar y caracterizar las brechas existentes, entendiendo que el emprendimiento de hoy es la empresa del futuro, razón por la cual es necesario promover un emprendimiento de calidad, con empleos formales, que permita y facilite el acceso a seguridad social, especialmente a aquellas mujeres que siendo jefas de hogar, han tomado roles fundamentales para sostener a sus familias y la economía del país”, indicó Camila Zacharías, gerente División de Personas de la ACHS.

Equilibra vida profesional y familiar

Por estos días, Carolina Pinto, creadora de la pastelería Dulce Frenesí, está emprendiendo en una nueva comuna y los trabajos de reparación de su segunda sucursal han sido el doble de difíciles: lidiar con hombres maestros, gasfíter o pintores. “Cuando estuve buscando los maestros para arreglar las diferentes áreas de la casa nueva, traté de buscar mujeres, ¡pero no hay! así que terminé trabajando con puros hombres”.

Carolina emprendió en la pastelería luego de años trabajando en restaurantes como cocinera, un área que debió dejar por lo peligros que significa para una mujer volver a su casa a altas horas de la madrugada. “No podía andar a las 2 am sola arriba de una micro, mi mamá me tenía que esperar en el paradero a que yo llegara y pese a que me gustaba mucho, ya no pude seguir ahí”.

Según el estudio de la ACHS, tanto hombres y mujeres emprenden comúnmente en servicios (38%), seguido por el sector comercio, donde las mujeres casi duplican a los hombres, con un 34% y 19% respectivamente. En sectores industriales los hombres se ven representados con un 18% y las mujeres un 7%.

Por otra parte, uno de cada dos emprendimientos liderados por mujeres trabaja con entre 2 y 5 personas. En tanto, menos del 2% de los emprendimientos liderados por mujeres emplea más de 20 personas, en comparación al 10% de los que son liderados por hombres.

El estudio destaca que las mujeres hace un mayor uso de la tecnología: solo un 33% del emprendimiento femenino es totalmente físico, mientras que el 41% del emprendimiento masculino utiliza esa modalidad.

Según el estudio de la ACHS, tanto hombres y mujeres emprenden comúnmente en servicios (38%), seguido por el sector comercio, donde las mujeres casi duplican a los hombres, con un 34% y 19% respectivamente.

Según los resultados arrojados por el estudio, mientras un 18% de las mujeres que emprenden lo hacen para lograr un mejor equilibrio entre su vida profesional y familiar, esa cifra llega al 12% en el caso de los. Algo similar ocurre con el porcentaje que dice lo hace para “buscar nuevos desafíos”, que llega al 12% y 23%, respectivamente.

Red de apoyo

“La pandemia aumentó la importancia de temas financieros como motivación para emprender, y sorprendentemente, evitar el desempleo no varió mayormente manteniendo un 11% de las menciones tanto en hombres como mujeres emprendedoras”, destaca Zacharías.

Contar con una red de apoyo hace la diferencia a la hora de sortear esas dificultades que enfrentan las mujeres al emprender. Así lo reconoce María Elena Carrasco Cautivo, creadora de Maga Colores, pyme de diseño textil, con 10 años, que desarrolla una línea es de yoga, decoración para la casa y terraza, con ropa de cama, cojines y mantelería. “Hoy hay muchas plataformas que colaboran con las mujeres. Yo estoy en Emprende de Banco Estado con su programa Crece Mujer, y existe toda una ayuda y colaboración hacia las mujeres”.

Carrasco cuenta que de forma permanente la invitan a ferias y presentación de sus productos y creaciones. “Diferente a lo que se pudiese sentir o pensar, hay una red bien colaborativa para mujeres que emprenden. Me siento contenta de estar en Crece Mujer de Banco Estado. He podido crecer y desarrollarme y conocer mujeres maravillosas”, afirma.

Visión similar comparte July Macuada, fundadora de Ilustrisima, productos ilustrados, que en su camino de emprender ha contado con el apoyo de la Fundación Vida Independiente. “Ellas me ayudaron con capacitaciones”.

La Fundación Vida Independiente tiene el proyecto RED (Red de Emprendedores con Discapacidad), en el que participa Macuada. Su objetivo es apoyar a que personas con discapacidad puedan emprender para obtener mas autonomía.

“La mayoría de mis compañeros son mujeres. Me han apoyado con capacitaciones, desde la creación de la marca, lo contable, cómo hacer buen marketing y con un sitio web donde poder vender online con envíos y retiro. Además también fomentan la colaboración entre emprendedores con unas cajas de regalo para empresas. La dirigen Jimena y Javiera que son fantasticas, porque entienden que el ritmo es diferente para alguien con discapacidad y dan facilidades. Las adoro”, cuenta Macuada.

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