En enero, el entonces vicerrector de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Chile, Flavio Salazar, reconoció que fue sorprendido por un WhatsApp de Camila Vallejo, anunciándole que el entonces presidente electo Gabriel Boric quería contactarlo. Poco después de materializado el contacto, el científico se convirtió en el primer ministro de Ciencia de la administración Boric y el primer comunista en ocupar esta cartera.
Pero solo seis meses después, y también muy sorprendido, fue uno de los cinco ministros que salieron del gabinete el pasado martes.
-¿Le sorprendió su salida? ¿La esperaba?
Me sorprendió bastante, aunque siempre estaba la posibilidad, pero pensaba que iba a primar mayor estabilidad, aunque me sorprendió mucho más cuando me nominaron que cuando me sacaron, porque estaba dentro de las posibilidades, aunque pensaba que era muy difícil que eso ocurriera.
-¿Cómo y cuándo se enteró de su salida? Hace días que su nombre circulaba como uno de los probables que dejaría el gabinete...
Los primeros rumores aparecieron hace bastante tiempo, y en algunos medios con razones muy imprecisas. Me enteré minutos antes, me llamó el presidente a La Moneda y ahí me notificó. Pero solo fueron 30 minutos antes de la pauta prevista. El presidente fue muy directo y correcto.
-¿Te dio razones?
No muchas y en realidad tampoco se les pedí, porque ya estábamos a minutos de la pauta y uno también tiene sus emociones y su dignidad. Y tratar de entender demasiado en ese momento no me pareció oportuno, pero claramente tiene que ver con los cambios necesarios dada la situación política del país y la necesidad de ampliar el gabinete a otros partidos. Esa parte queda súper clara, lo que no queda claro son las razones específicas, de porqué este Ministerio y no otro. Eso no se lo pregunté. Supongo que los medios sabrán después esas razones más específicas.
-¿Siente que su salida fue más una evaluación a su desempeño o por liberar un cupo político?
No creo que tenga que ver con una evaluación a mi trabajo. La gente que me conoce y me sigue en redes sociales y que pese al poco tiempo en el cargo, solo me ha dado muestras de reconocimiento. La academia, las universidades, los investigadores, los jóvenes. Creo que hay un respaldo al trabajo. Me parece que falta un entendimiento de lo estratégico que significa el conocimiento de la ciencia en el desarrollo del país. La coyuntura siempre pone por delante otros elementos, mucho más golpeadores, más mediáticos y no da espacio para temas que son de largo plazo, pero que tiene que ver con un rumbo que en algún punto un país debe plantearse para evitar esta polarización que nos hace andar un poco en círculos. Nuestra propuesta es algo estratégico, con un nuevo modelo de desarrollo, sustentable, con participación de la mujer, donde la ciencia y la tecnología cumpliera un papel destacado. Y que se reflejaban en acciones súper concretas, como el hidrógeno verde, el programa espacial, la producción de vacunas, que iban a marcar un cambio. Pero eso no es de un día para otro y yo creo que la coyuntura nos comió y eso no le importó mucho a la gente ni a parte del gobierno, por lo que creo que esos son las razones principales, pero no creo que tenga que ver con la calidad del trabajo que hicimos.
-Una de las razones que trascendieron de su salida es el viaje a Cuba para ver la producción de vacunas. ¿El gobierno sabía que viajarías?
Sí, por supuesto. Yo consulté y todo lo que uno hace debe ser notificado al organismo que corresponde, en este caso con la ministra de RREE, Antonia Urrejola, con quien tenía una relación muy cercana y respetuosa. Todas las acciones que se realizaron en temas internacionales estaban en concordancia con la agenda. Se pueden buscar muchas razones de ese tipo, pero ninguna justifica. Lo más claro tiene que ver con lo más lógico: ampliar el espectro de partidos dentro del gobierno y eso tiene algunos costos para algunos ministerios, sobre todo, los más chicos.
-¿Cuánto influyó el triunfo del Rechazo en su salida?
Es difícil saberlo, pero creo que sí, impacta. Ahora, como investigador independiente, puedo decir que vienen tiempos distintos, por lo que el margen de sueños se acotan. Por eso puedo entender que un programa como el nuestro, que estaba consensuado con Economía, con Hacienda, que nos destinó fondos especiales, con Corfo, con Energía, Con Medio Ambiente, claramente se ve postergado luego de la derrota del Plebiscito, porque se empieza a cuestionar mucho más ese nuevo modelo de desarrollo.
-Desde algunos sectores políticos se ha instalado la idea de que existe un sentimiento anticomunista, ¿comparte esa apreciación?
-Yo por lo menos en mi trabajo y por el respeto que yo vi incluso de mis adversarios políticos, yo no lo vi. Pero a nivel general, siempre ha existido un profundo sentimiento anticomunista, pero eso es un temor al cambio, aferrarse a situaciones que hoy no son sostenibles. La señal del pueblo de no aceptar la Constitución Propuesta, no puede entenderse como un “no” a la reforma que son necesarias y van a seguir exigiéndose.
-Usted estaba en La Moneda, ¿cuánto golpeó en el gobierno el triunfo del Rechazo?
Fuerte, como también a los partidos y las personas que estaban trabajando por el Apruebo. Obviamente que se genera un sentimiento de tristeza profunda. Estaba dentro de las posibilidades, pero los márgenes que se dieron en el Plebiscito estaba fuera de todo cálculo. Pero hay que rehacerse. El pronunciamiento tiene que ser bien leído y entendido y esa es la labor del gobierno, que no puede restarse a esta discusión. Me preocupa que el gobierno sienta que debe ser neutral. El gobierno tiene que plantear fuertemente su opinión sobre qué es lo que tiene que cambiar en la Constitución, cómo por ejemplo el rol del Estado. Tenemos que tener un Estado más fuerte para desarrollar proyectos público-privado, para desarrollar la descentralización del país, para tener políticas sustentables medioambiental, económica y socialmente.
-Su cargo duró apenas seis meses, ¿se arrepiente de haber dejado su cargo en la U. de Chile para un cargo que duró tampoco?
No, para nada, lo hice feliz y creo que fue uno de los momentos altos de mi vida y me sentí muy entregado a un proyecto de país. Ahora vuelvo a la universidad como siempre para regresar a las áreas que son mi especialidad, pero siempre manteniendo un pie en la discusión social. Lo que fue un sello de mi gestión fue acercar la ciencia a las personas. No solamente a los científicos, los académicos, sino que a los niños, las dueñas de casa, gente común y corriente para que entiendan que su futuro también está ligado al conocimiento y la ciencia.
“Podría haber hecho un par de TikTok más, haber salido más en la tele, pero la ciencia es de largo plazo”
-¿Qué alcanzó a hacer en estos seis meses de gestión?
Lo primero es el cambio conceptual. Había una agencia que era Conicyt cuyo fin era el financiamiento de proyectos. El Ministerio quería cambiar eso, pero en el poco tiempo que estuvo el gobierno anterior, no se alcanzó a hacer. Lo que nosotros queríamos hacer era tener una estrategia para ver cuáles iban a ser sus linamientos y esos quedaron claros y establecidos. Tenemos que ir por grandes proyectos de interés nacional, y no solamente la competencia de pequeños proyectos fragmentarios, que dejan una gran cantidad de investigadores insatisfechos y de precariedad. Mejorar la calidad de los trabajadores es un objetivo y ya está la mesa instalada. Hicimos extensiones de becas a cientos de becados que debido a la pandemia iban a sufrir un gran problema económico y de desarrollo que no iban a poder terminar sus tesis. No los alcanzamos a anunciar por el Plebiscito, pero probablemente se anunciará en los próximos días. También hicimos un lineamientos sobre cuáles deben ser los elementos claves que tiene que tener el modelo de desarrollo en Chile, junto con la Corfo y Economía. También hicimos mesas medioambientales para generar estructuras que le den estabilidad a este modelo. Se hicieron cosas, pero claro, son seis meses...podría haber hecho un par de TikTok más, haber salido más en la tele, pero la ciencia es de largo plazo, no funciona al día a día. Es la proyección, es planificada y en eso no tuvimos dudas.
-Usted era el ministro menos reconocido por la gente, ¿pudo haber pesado eso en su salida?
Es que venía de la academia y mi reconocimiento está dentro del mundo académico-científico y universitario, o dentro del emprendimiento y la innovación. Pero la ciencia, no por culpa mía, ha estado alejada del conocimiento de la población por mucho tiempo. Entonces, partir desde este punto, y en seis meses pensar tener la popularidad de ministros que han estado décadas en la vanguardia. Es muy difícil. Y es muy superficial. Jamás un ministro de Ciencia va a estar pensado en sus apariciones personales, sino que le deben importar los proyectos colectivos.
-¿Qué no alcanzó a hacer que le habría gustado?
Creo que no alcancé a hacer nada, esa es la sensación que queda. De los seis meses, tres los dedicamos a dar a conocer las propuestas constitucionales y a instalar el gobierno, entonces no hay una satisfacción respecto a eso. Por eso, por más que se trate de justificar mi salida por rendimiento o evaluaciones, eso no es sensato y toda la gente así lo entiende. Nadie puede juzgar a un ministro de Ciencia por los primeros seis meses de un Ministerio que lleva dos años.
-¿Qué viene en su carrera ahora? ¿Vuelve a la U. de Chile?
Sí. Lo primero es que he postergado mucho mi laboratorio, donde he estado con dedicación parcial. Ahora este tiempo estuvo casi totalmente alejado de mi laboratorio Lo que me resta es volver aquí y reinsertarme en la inmunología y la investigación del cáncer que es mi especialidad y seguir trabajando para ayudar a la gente y generar nuevas terapias y nuevos conocimientos.
-¿Volvería a un cargo de carácter público?
-Hoy, a 48 horas de mi salida no estoy pensando en que alguien me tenga que llamar. No me preocupa eso ahora.