La pitón verde oliva (Liasis olivaceus) es originaria de Australia y solo se encuentra allí. Esta especie puede crecer hasta 4 m de largo y dado su monumental tamaño, come casi todo lo que se le pueda cruzar, incluso cocodrilos.

Las batallas con el cocodrilo australiano de agua dulce (Crocodylus johnstoni) o "freshies" como le apodan los locales a este animal, son más comunes de los que se cree.

Así quedó registrado por miembros de la ONG GG Wildlife Rescue de ese país, una organización australiana sin fines de lucro, que compartió en su página de Facebook las imágenes de una de estas serpientes devorando a uno de estos cocodrilos. Las imágenes fueron tomadas cerca de Mount Isa, en Queensland, por el kayakista de esa organización, Martin Muller.

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La pitón poco después de someter a su presa. FOTO: GG Wildlife Rescue[/caption]

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La pitón comienza a engullir su presa.[/caption]

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La pitón ya ha engullido a su presa. FOTO: GG Wildlife Rescue[/caption]

Pese a lo inusual del registro, no es el único que existe. En 2014,

en el lago Moondarra,  también cerca del Monte Isa. En ese caso, la serpiente tardó cinco horas en estirar lentamente sus mandíbulas alrededor del cocodrilo constreñido.

Las pitones son conocidas por su ambición dietética. Las serpientes grandes se han encontrado con los restos de todo, que incluyen venados, impalaso incluso, puercoespines espinosos. Aunque son extraños, también se han documentado algunos ataques a humanos.

Además de su voraz apetito, el animal puede engullir casi todo lo que se cruza en su camino, gracias a la elasticidad de sus mandíbulas. Las mandíbulas inferiores de las serpientes se dividen en dos partes, conectadas por un ligamento elástico, que permite que los huesos se separen.

Cuando un pitón tiene un animal presa sometido, la serpiente primero arrastra la presa hacia su vientre.  Luego, la serpiente usa su mandíbula para aferrarse a la presa mientras comprime sus músculos y se desliza alrededor del animal sometido hasta que la comida es engullida.

Las pitones también tienen una serie de adaptaciones genéticas que les ayudan a digerir grandes comidas de una vez. La investigación publicada en 2013 en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias encontró que las pitones birmanas alteran rápidamente su metabolismo después de comer, e incluso aumentan el tamaño de sus órganos internos (incluidos los intestinos, páncreas, corazón y riñones) para manejar la ingesta de grandes cantidades de calorías.