Con una expansión inédita, Ómicron se ha convertido en una variante de inusitada contagiosidad. Solo en Chile, uno de cada cuatro pacientes están resultando positivos a sus exámenes, con más de 130 casos activos, cifras inéditas desde el inicio de la pandemia.
Por eso, muchas personas han estado en contacto estrecho con pacientes que luego han resultado positivos en sus exámenes.
Un estudio -cuestinado en su inicio, porque para poder efectuarse se solicitaron voluntarios sanos para infectarse intencionalmente de Covid- para medir con precisión cuándo comenzaba el contacto contacto estrecho y así comprender la forma exacta la que el virus actúa y cuánto demoran las personas en manifestar síntomas Con esos resultados, podrían tomar mejores medidas de prevención para el desarrollo de vacunas y tratamientos.
El estudio realizado por el Imperial College de Londres, el Royal Free London NHS Foundation Trust y la compañía clínica hVIVO, buscó 90 voluntariosm que recibirán el virus mediante gotas en la nariz en un entorno seguro y controlado.
Solo pudieron participar los voluntarios con el riesgo más bajo de enfermarse gravemente (adultos jóvenes de entre 18 y 30 años sin problemas de salud subyacentes). El estudio se llevó a cabo en una instalación controlada en el Royal Free Hospital de Londres, por lo que el virus no se pudo transmitir a personas ajenas al estudio. Hubo personal médico disponible todo el tiempo monitoreando de cerca a los voluntarios, donde finalmente se seleccionaron a 36 personas.
¿Qué descubrieron? La primera revelación fue un ajuste de tiempo. Hasta antes de estas pruebas, se creían que el virus demoraba de 5 a 6 días en incubarse. Sin embargo, este estudio demostró que en 18 de los 34 voluntarios, el tiempo promedio de incubación fue solamente de 42 horas, el mismo tiempo que tardaron en desarrollar los primeros síntomas.
Además, se pudo comprobar que la infección aparece primero en la garganta. El virus alcanza su punto máximo aproximadamente cinco días después de la infección y, en esa etapa, es significativamente más abundante en la nariz que en la garganta.
Los hallazgos, publicados son un pre print y aún no han sido revisados por pares.
El profesor Christopher Chiu, del Departamento de Enfermedades Infecciosas y el Instituto de Infecciones del Imperial College de Londres e investigador principal del ensayo, dijo: “En primer lugar, no hubo síntomas graves ni preocupaciones clínicas en nuestro modelo de infección de desafío de adultos jóvenes sanos”, despejando así los temores y cuestionamientos que la investigación había generado.
Dieciocho voluntarios se infectaron, 16 de los cuales desarrollaron síntomas similares a los del resfriado de leves a moderados, que incluyen congestión o secreción nasal, estornudos y dolor de garganta. Algunos experimentaron dolores de cabeza, dolores musculares y articulares, fatiga y fiebre.
Los 18 tenían cargas virales similares independientemente de si desarrollaron síntomas, lo que subraya el papel de la transmisión asintomática.
“Muchas personas podrían estar esparciendo virus y sin darse cuenta. Está realmente marcado con este virus”, dijo la profesora Wendy Barclay, jefa del Departamento de Enfermedades Infecciosas del Imperial College London, citada por The Guardian. Trece perdieron temporalmente el sentido del olfato, pero volvió dentro de los 90 días en todos menos tres participantes.
“Se cree que las personas de este grupo de edad son los principales impulsores de la pandemia y estos estudios, que son representativos de una infección leve, permiten una investigación detallada de los factores responsables de la infección y la propagación de la pandemia”, dijo el profesor Chiu.
“Nuestro estudio revela algunos conocimientos clínicos muy interesantes, particularmente en torno al corto período de incubación del virus, la excreción viral extremadamente alta de la nariz, así como la utilidad de las pruebas de flujo lateral, con implicaciones potenciales para la salud pública”, agregó.