Geólogos descubren una nueva zona por donde pasa la falla San Ramón en Santiago

Se la conoce hace más de 60 años, pero solo en las últimas dos décadas se ha logrado cacarterizar adecuadamente. Y en estos 20 años los científicos han logrado concensuar que su extensión es más amplia de lo que se creía.

Ahora, un estudio del Departamento de Geología de la Universidad de Chile dio a conocer el hallazgo de más evidencia que muestra la verdadera amplitud de la Falla San Ramón, la que según esta nueva investigación, llega hasta la comuna de Pirque.

Los científicos llegaron a esta conclusión después de una observación directa en una trinchera paleosismológica en la comuna de Pirque, que muestra evidencia de antiguas fracturas.

Una trinchera paleosismológica es una excavación -usualmente una zanja profunda- realizada específicamente para observar directamente una falla geológica, así como la deformación asociada en el subsuelo. También permiten ver el pasado geológico de un lugar.

Así, los géologos de la U. de Chile concluyeron que la falla recorre toda la precordillera de Santiago, por al menos 50 km en sentido-norte sur, desde Lo Barnechea por el norte hasta Pirque por el sur.

El hallazgo será presentado a la comunidad científica internacional en el próximo congreso: 12th International INQUA Meeting on Paleoseismology, Active Tectonics and Archaeoseismology (PATAChile2024), el evento científico más importante del mundo en geología de terremotos (tectónica y fallas activas, paleosismología y arqueosismología), a realizarse en Chile -y por primera vez en América del Sur- entre el 6-11 de octubre próximo.

La evidencia lograda tras la observación directa de la falla rompiendo hasta la superficie, es decir, el suelo del piedemonte cordillerano de la Región Metropolitana de Santiago, fue detectada en el sector El Principal de la comuna de Pirque.

El lugar exacto de esta excavación fue determinado después de cinco años de trabajo científico, liderado por el Dr. Gabriel Easton, académico e investigador del Departamento de Geología de la Universidad de Chile.

A partir de 2018, la traza de la Falla San Ramón fue estudiada en detalle mediante el análisis de datos LiDAR (Light Detection and Ranging).

Esta última es una técnica que, a través de un haz láser emitido desde una fuente remota, permite obtener datos topográficos de detalle, y por ende, estudiar con precisión cambios en la superficie del terreno en vastas extensiones, entre los cuales se encuentran manifestaciones geomorfológicas de tectónica asociada a fallas activas.

El reconocimiento de terreno por parte del equipo de investigación permitió corroborar la presencia del escarpe como un rasgo tectónico y, después de un acuciosa revisión, decidir el lugar dónde excavar la trinchera paleosismológica propiamente tal.

Easton señala que esta trinchera es la evidencia más al sur que tenemos en la Región Metropolitana de la Falla San Ramón rompiendo hasta la superficie. Con este hallazgo, junto con el mapeo de la traza a partir de los datos LiDAR, es posible plantear que la falla recorre unos 50 km de norte a sur, entre Lo Barnechea y Pirque y que, de acuerdo con los datos de sismicidad, profundiza hacia el este al menos hasta unos 15-20 km, bajo la cordillera de Los Andes inmediatamente aledaña.

Pero dice que aún hay trabajo pendiente. “Este es solo el inicio, necesitamos caracterizar la deformación en detalle y fechar o determinar temporalmente el o los terremotos que originaron este escarpe, a partir de la toma de muestras y su datación en laboratorio, todo lo cual puede tomar un año más, pero la observación fundamental ya está hecha”, señala Easton.

La trinchera palosismológica de Pirque es la quinta trinchera con evidencias de ruptura o deformación en superficie. A lo largo de los últimos 20años, el equipo investigador de la U. de Chile ha excavado o investigado trincheras en el Cerro Calán, San Carlos de Apoquindo, Peñalolén (2) y Pirque, algunas de las cuales se encuentran en estudio. Las trincheras de Cerro Calán y Pirque se encuentran en los extremos norte y sur, de la falla, respectivamente.

Las trincheras en general muestran observaciones similares entre si: “Todas las trincheras estudiadas o en estudio, presentan evidencias de deformación cuaternaria (últimos 2,6 millones de años), e incluso en los últimos 10.000 años, con ángulos de la falla en subsuperficie que ronda los 25º-30º de inclinación hacia el este, o con evidencias de deformación secundaria”, añade Easton.

Más en profundidad la Falla San Ramón se muestra con mayor inclinación, con ángulos del orden de 45º-55º hacia el este, de acuerdo con ensayos o experimentos geofísicos acoplados con el estudio de sondajes, junto con los registros de sismicidad disponibles hasta ahora. “Esto es esperable dado que en general las fallas inversas como esta pueden llegar a la superficie con menor ángulo que el que las caracteriza a escala cortical”, sostiene.

Todas estas evidencias permiten sustentar que el frente cordillerano de la Región Metropolitana se comporta como un bloque tectónico que, a lo largo del tiempo geológico, se monta por medio de la acción de la Falla San Ramón sobre la depresión central del valle de Santiago.

Dataciones de capas deformadas en las trincheras de Peñalolén, demuestran que los últimos dos grandes terremotos de la falla estudiada ocurrieron hace 17 mil años y el último hace unos 8.400 años atrás, ambos de magnitud estimada en 7,2-7.5 grados.