La Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCHEN) alcanzó a despachar tres estudios sobre la idoneidad del uso de esta energía en el país durante 2018. Los tres fueron solicitados por la administración de Michelle Bachelet, gobierno que barajó seriamente la opción de instalar la primera planta de energía nuclear en Chile.
Los estudios ya están finalizados, y fueron realizados por la Oficina Asesora de Desarrollo Estratégico y Energía Nuclear de Potencia, de la CCHEN. "El objetivo en su momento fue proveer al país de los elementos y criterios necesarios que permitieran generar una discusión acerca de la energía nuclear de potencia, considerando criterios de carácter técnico, económico, de sustentabilidad ambiental y social", explican desde la CCHEN sobre la realización de estas investigaciones.
Uno de los estudios, llamado "Identificación de barreras institucionales, regulatorias y de mercado asociadas al desarrollo de la núcleo electricidad en mercado eléctrico chileno", analizó diversas variables que permitan responder a dos preguntas claves ante el hipotético desarrollo de un programa de energía nuclear de potencia en Chile: ¿Son necesarios grandes cambios en el marco regulatorio vigente de manera que sea posible el desarrollo de un programa nuclear de potencia? ¿Es necesaria una nueva institucionalidad, la creación de nuevos organismos, o solamente basta con la asignación de nuevos roles? Estas interrogantes fueron respondidas, señalan desde CCHEN, en tres grandes subtemas: el mercado eléctrico y la forma como éste interactúa con los distintos agentes, instituciones y actores del sistema; la institucionalidad en materia nuclear y los programas de certificación y licenciamiento de centrales nucleares de potencia.
Desde la CCHEN señalan que "actualmente no existen impedimentos en el marco regulatorio que restrinjan el desarrollo de un Programa Nuclear de Potencia (PNP). Sin embargo, para su desarrollo se requiere que los futuros cambios al marco legal en materia nuclear garanticen que las autoridades reguladoras nacionales sean efectivamente independientes en su toma de decisiones relacionadas con la seguridad y que tengan una separación funcional de las entidades que tienen responsabilidades o intereses que podrían influir indebidamente en su toma de decisiones".
Con respecto a la posibilidad de una nueva institucionalidad, agregan que "dentro de los hallazgos más relevantes identificados en los estudios previos y por los organismos internacionales, se encuentra el hecho que actualmente la CCHEN, en cuanto órgano regulador en Chile del uso pacífico de la energía nuclear, no satisface las recomendaciones establecidas por la Convención de Seguridad Nuclear (CSN) y por la International Atomic Energy Agency (IAEA) en lo que respecta a una separación efectiva de funciones entre los órganos encargados de promover y fiscalizar el uso de energía nuclear.
La falta de una ley general de seguridad nuclear y de un organismo rector en regulación nuclear son barreras en sí mismas. Sin embargo, el trabajo a desarrollar en materias no regulatorias excede con creces los desafíos de construcción de un marco".
La mencionada IAEA, a través de la IRRS (Integrated Regulatory Review Service) identificó ciertos problemas que necesitan mejoras, desde la mirada del diseño de política pública y modificaciones al marco regulatorio: Realizar una revisión detallada del actual marco legal y reglamentario para la seguridad nuclear, radiológica, de transporte y de desechos; modificar el cuerpo legal que crea el organismo regulador para que sea efectivamente independiente; proporcionar mecanismos que garanticen que la existencia de una coordinación efectiva entre la CCHEN y el Ministerio de Salud; asignar y administrar sus recursos suficientes que permitan a las entidades cumplir con sus responsabilidades y desarrollar y actualizar las reglamentaciones y guías relacionadas con la seguridad.
Un segundo estudio, "Identificación de los posibles efectos e impactos ambientales producidos por la generación de energía nuclear de potencia en Chile", concluyó que las tecnologías de generación nucleoeléctrica más ventajosas en términos ambientales son SMR (Small Modular Reactor) y PWR (Reactor de Agua a Presión) ciclo cerrado. Esto se debe al aprovechamiento del residuo como combustible, eliminando así del ciclo de vida cierta proporción de residuos y requiriendo menos cantidad de uranio primario o "virgen" para la misma producción energética. Además, en todas las tecnologías evaluadas la distribución de los impactos es similar. A menor potencia instalada, la tecnología en cuestión presenta una menor eficiencia energética. Finalmente, las categorías de impacto destacadas son la disminución de recursos minerales, radiación, ecotoxicidad del agua y transformación del suelo.
Mientras que el tercer estudio ("Consideraciones para el Emplazamiento de una Central Nuclear de Potencia (CNP) en Chile") abordó la opción de dónde instalar una planta de estas características. La investigación levantó información acerca de los aspectos más importantes que se deben considerar para este proceso, junto con realizar un primer ejercicio a nivel nacional, se identificaron las principales restricciones existentes a nivel nacional para el emplazamiento de este tipo de instalaciones, ya sea de tipo geográfico y geológico, como también aquellos dados por planes, políticas y lineamientos regionales existentes y se observó que la zona del norte del país cuenta con mayores áreas disponibles a considerar para un potencial proyecto de energía nuclear de potencia. Esto no descarta que se puedan realizar estudios futuros en otras zonas al sur del país donde existen áreas más acotadas pero disponibles.
La CCHEN establece que "desde el punto de vista territorial, se puede concluir que el desarrollo de la energía nuclear en Chile no contravienen los planes y políticas nacionales ni regionales y resulta compatible con las directrices orientadoras de las regiones en materia energética. En la actualidad, ninguna de ellas impediría el emplazamiento de una central nuclear en el país".
Sin embargo, desde el gobierno de Sebastián Piñera, aclaran que la energía nuclear no está considerada en las proyecciones de corto o largo plazo. "Tenemos la fortuna como país de contar con grandes recursos renovables a costos competitivos y, por lo tanto, creemos que el desarrollo de nuestra matriz será impulsado por energías como la solar o eólica en el futuro", explica a Qué Pasa Susana Jiménez, ministra de Energía.
Pese a ello, agrega la ministra, su cartera no la descarta de plano. "La energía nuclear cuenta con ventajas en términos de costos y prestaciones", admite, aunque reconocen que conlleva riesgos "que son complejos de abordar, en particular en un país sísmico como Chile". De cualquier forma, dice, "siempre es bueno para la autoridad contar con los impactos en términos de costos, medioambiente y otras afectaciones de distintas tecnologías, pues a partir de eso se toman las determinaciones de política pública".
Cristián Muñoz, académico de la U. Católica y fundador de Breves de Energía (BdE), señala que la tecnología nuclear está vigente. "Sigue siendo una opción válida ya que no emite CO2, sin embargo, sus precios son bastante superiores a los valores de las tecnologías renovables, de modo, que no es claro que puedan competir con las opciones existentes".
Muñoz explica que la energía nuclear ha perdido fuerza, sencillamente porque otras opciones como la energía solar o la eólica, han disminuido drásticamente sus precios. Hoy un megawatt producido por una planta solar vale un cuatro menos que hace una década.
Los otros usos de la energía nuclear
La CCHEN, que se encarga de regular, autorizar y fiscalizar la actividad nuclear y radioactiva que se lleva a cabo en Chile, cuenta con el Centro de Estudios Nucleares (CEN) La Reina y el Reactor Nuclear de Investigación (RECH-1) y con el CEN Lo Aguirre, donde se ubica el Reactor Experimental Chileno 2 (RECH-2).
El trabajo de la Comisión Chilena de Energía Nuclear en La Reina, está orientado a, "la preparación para emergencias radiológicas, atención y respuesta integral a emergencias radiológicas a nivel nacional, servicios de calibración de equipos emisores de radiaciones ionizantes, producción de radiofármacos y radioisótopos, servicio de irradiación, servicios de análisis radiológico, Red Nacional de Vigilancia Radiológica Ambiental, servicios de Vigilancia Radiológica Individual, servicios de Vigilancia Radiológica Ambiental, servicios Gestión de Desechos Radiactivos y análisis al litio extraído, derivados o compuestos", señala la CCHEN.
En tanto, en el Centro de Estudios Nucleares Lo Aguirre, se trabaja una "planta de Irradiación Multipropósito, donde se irradian alimentos (té, condimentos, frutos secos), instrumentos médicos, maderas, embalajes, planta Elementos Combustibles, donde se fabrica el combustible para el Reactor Nuclear, planta de extracción por solventes, planta de Chancado y molienda, planta Tratamiento de Desechos Radiactivos, reactor Nuclear Experimental (RECH-2), sin funcionamiento y laboratorios de análisis químico, radioquímica, metalografía y conversión", agrega.
En 1975, comenzó el trabajo de grupos multidisciplinarios para el diagnóstico y tratamiento del cáncer, la radiomedicina, los desafíos medioambientales y el progreso industrial, entre otros. Además, comenzó a funcionar el primer Laboratorio de Radioisótopos y Radiofármacos del país, donde se elaboran isótopos radiactivos para la medicina nuclear.
Desde la CCHEN, señalan que existen dos grandes ámbitos en este tipo de tecnología, "la nuclear, que aprovecha la energía de la fisión del átomo; y la que tiene que ver con el uso de los isótopos y radiaciones, que se beneficia de las emanaciones de materiales radiactivos o de equipamiento capaz de producirlas. Por lo tanto, Chile es un país nuclear, porque tenemos un reactor de fisión y generamos productos con él y además, somos un país de aplicaciones radiactivas. Esta condición país está dada por la CCHEN y por otras instituciones y empresas usuarias de esta tecnología".
En cuanto a las aplicaciones de la energía nuclear en Chile, "cabe mencionar que los procesos nucleares (tanto los que se producen por la fisión nuclear como los debidos a la radiación inherente a estos procesos) tienen aplicaciones en diversas áreas, como salud, alimentación, minería, agricultura, medioambiente e investigación básica, etc. Muchas de estas aplicaciones forman parte de nuestras vidas sin saberlo y la Comisión Chilena de Energía Nuclear cumple un rol importante en su desarrollo", señala la CCHEN.
Algunos casos en los que la Energía Nuclear tiene efecto directo en la vida de quienes viven en Chile, por ejemplo, "si uno mira la parte posterior de algunos condimentos a la venta en supermercados, podrá ver que tienen escrito "Preservado con radiación ionizante". Estos productos fueron irradiados con una fuente radiactiva para eliminar hongos y diversos microorganismos que pudieran estar presentes. Es una forma de eliminar la carga biológica del producto y que las personas lo puedan consumir sin contraer diversas enfermedades, como por ejemplo el tifus. En este caso, se usa un elemento radiactivo que emite radiación de forma natural", dice la CCHEN.
Otros ejemplos "son los radiofármacos utilizados en tratamientos y diagnósticos para diversos tipos de cáncer, producidos mediante la irradiación de neutrones en el RECH-1 (Reactor Experimental Chileno N°1) o a partir de la irradiación de blancos que se realiza en el Ciclotrón que posee la Comisión. Por ejemplo, el yodo utilizado para el tratamiento de cáncer a la tiroides es producido los días martes y viernes en el RECH-1, agrega el organismo", establece.
Por otra parte, "la sangre utilizada para hacer transfusiones en pacientes inmunodeprimidos es irradiada para eliminar los linfocitos-T y, de esta manera, disminuir el rechazo del paciente. Los tejidos y huesos que son utilizados en el tratamiento de quemaduras y trasplantes también son irradiados con radiación ionizante. A este procedimiento también se somete a diversos elementos de uso médico, como guantes, jeringas, agujas hipodérmicas, entre otros. Otro ejemplo es el control de plagas: existe una técnica llamada "Técnica del Insecto Estéril", que consiste en irradiar larvas de moscas de la fruta o mosquitos que transmiten el virus Zika, de tal modo que no puedan reproducirse y de esa forma exterminar la plaga. Esta técnica ha sido usada en Chile en múltiples ocasiones, como fue la erradicación de la mosca de la fruta. Actualmente, esta técnica se emplea con la Lobesia botrana (polilla del racimo de la vid), donde semanalmente se irradian 25.000 pupas de lobesia en el laboratorio de Irradiaciones de la CCHEN, en conjunto con la Fundación para el Desarrollo Frutícola", establece la CCHEN.