Gonzalo Rosas, el productor que resucitó a Violeta Parra: “La ciencia debe reconocer al arte como un aliado”
El productor general y jefe creativo de Congreso Futuro fue quien estuvo detrás de la exitosa presentación de Javiera y Violeta Parra. En entrevista con Qué Pasa, explica su intención de hacer de la ciencia algo accesible e interesante para todos, y revela detalles de lo que se viene.
El lunes, justo en el inicio del Congreso Futuro, los asistentes quedaron sorprendidos al ver a Javiera Parra cantando junto a un holograma de su abuela, Violeta Parra. Gonzalo Rosas, productor y director creativo del evento, es quien está detrás de esto, y que también sorprendió el año pasado con “el pensador del futuro”, que respondía a las preguntas de las personas siendo una versión futurista de la reconocida obra de Auguste Rodin del siglo XIX.
En entrevista con Qué Pasa relata como fue el proceso creativo, cuáles fueron los principales desafíos y la importancia de realizar este tipo de intervenciones artísticas y culturales en un espacio que hasta hace poco pecaba de ser demasiado académico y pensado solo para grandes científicos.
Gonzalo estudió filosofía y periodismo, tiene un magíster en comunicación política y siempre ha estado interesado en hacer de la ciencia algo accesible para las personas comunes y corrientes. Detrás de esta motivación por democratizar estos espacios nacen las novedosas ideas que mezclan la música con la inteligencia artificial.
“A través del arte y la cultura es más fácil comunicar ciertas ideas. Entonces tomé esas habilidades que tienen esas disciplinas y las junté con el mundo de la ciencia precisamente para llegar a nuevos públicos” Así explica el origen de la tan aclamada intervención de este año, que es la esencia de la línea editorial trabaja desde hace dos versiones del Congreso Futuro. También aclara que, a pesar de que él es la cara visible, en el equipo hay más de 100 personas pensando en cómo hacer de la ciencia algo lúdico, para niños, niñas y todo aquel que lo veía como algo exclusivo de los grandes académicos.
Junto con las novedosas presentaciones que mezcla la inteligencia artificial con otras disciplinas, Rosas incorporó los conversatorios y stands de ciencia universitaria y arte. Esto, con el objetivo de despertar la curiosidad de los más curiosos.
Mientras camina hacia el salón multiárea del Centro cultural Ceina, donde los estudiantes de la Usach sorprenden con perros robots, se lee una frase en una de las paredes más amplias: “El futuro de la humanidad está moldeado por la capacidad de sus sueños”. Ante esto, explica que “eso lo dijo Nietzsche, puse esa frase porque creo que a través de la filosofía, la creatividad y la ciencia, debemos responder a la pregunta de qué humanidad queremos ser”.
El proceso para invocar a Violeta
Gonzalo necesitaba una manera de demostrar que la ciencia puede ser amigable para todo el mundo, bajo su creencia de que la cercanía a esta disciplina crea mejores sociedades. El año anterior, a través del pensador del siglo XIX deseaba transmitir que la inteligencia artificial será determinante para al futuro, pero esta vez quería resaltar la importancia de buscar las respuestas a los desafíos revisando el pasado y raíces de nuestro país.
“El mundo de la ciencia debe reconocer al arte como un aliado” dice para explicar por qué pensó en la figura de Violeta. Una gran investigadora que recopiló la tradición sonora de los campos y que destacaba por tener las métricas más novedosas en sus canciones, pero que en su minuto no fue reconocida como científica. “Era una persona multifacética, una gran artista y además una gran científica, y ella quizás no lo sabía” enfatiza.
De esta manera, Rosas empezó a planear la obertura, que sería un desafío porque debía ser algo bien hecho por la importancia que tiene Violeta Parra en la historia.
Se cuestionó los dilemas éticos que puede tener traer a alguien a la vida. Así que organizó una reunión con todos los familiares de la cantautora para tener su autorización. Revela que también había considerado a Ángel Parra, nieto, pero que no se encontraría en Chile.
Cuenta que Javiera se emocionó mucho con la idea de poder cantar con su abuela que jamás conoció, así que con la aprobación de todos comenzó a afinar los detalles.
Otro punto fuerte de la línea editorial fue demostrar que en Chile la ciencia está lo suficientemente desarrollada como para posicionarse a nivel mundial. “La calidad del holograma es la máxima que podemos lograr acá, pudimos haber traído uno mejor pero cuesta 500 millones de pesos y que viene de Estados Unidos, pero es importante destacar el trabajo nacional”, afirmó el productor. En este contexto, se realizó la colaboración con el equipo de Congreso Futuro y Wise Innovation Studios.
Además, Rosas destaca que en todas las canciones que se encuentran grabadas, Violeta canta con su charango, por lo que fue un gran logro separar su voz de los instrumentos. Por primera vez, gracias a la inteligencia artificial, se pudo escuchar su voz de manera pura.
Cree que el acto resultó exitoso, según dice, y logró demostrar que “hay una editorial que dice los beneficios que nos trae la tecnología, cómo otra disciplina se une a nosotros para reconciliarnos con el pasado, reconciliar nuestro presente y entre todos multidisciplinariamente pensar el futuro”.
La necesidad de acercar a los niños a la ciencia
Hace catorce años se realiza Congreso Futuro, pero durante mucho tiempo fue un evento al que asistían solo científicos y personas ligadas a la academia. Ante esto, Gonzalo Rosas cree que es necesario que todos se involucren para poder responder a la pregunta de ¿Qué humanidad queremos ser?, “especialmente los niños, que muchas veces lo ven la ciencia como algo complicado”.
Durante el año realizan actividades que vinculan cosas más cotidianas para las infancias, con temáticas ligadas al deporte, la magia, el circo, pero todo con la lógica científica. Por ejemplo, explican la mecánica detrás de una patada de fútbol o en una pirueta de circo.
Pese a que reconoce el tremendo potencial de las charlas académicas, valora que asistan niños a ver las figuras 3D, jugar con los perros robots o preguntar cosas a los expertos en los conversatorios. “Ha podido eliminar la distancia entre los grandes expositores y los pequeños que tienen mucha curiosidad”, afirma el productor.
Una de sus inspiraciones fue cuando se enseñaba sobre la antigua Grecia, pero recreado con IA el lugar en vez de solo escuchar monólogos y datos. Bajo esta lógica, pensó “hagamos experiencias inmersivas e involucremos a la gente, porque aquí hay muchas experiencias de arte y ciencia, contémosle a la gente todas las cosas que se hacen relacionadas a la ciencia y propongámosle una idea de cómo va a ser el futuro”.
Recuerda también que cuando era pequeño le costaba concentrarse en las clases por ser muy monótonas. Desde su experiencia se dio cuenta de que la creatividad es necesaria para aprender. “Creo que a los niños y niñas hay que darle a entender que la ciencia es entretenida. Todavía estamos a tiempo de pensar un mejor mundo, y para pensar ese mejor mundo los niños y niñas son primordial (...) Hay mucha gente que está contando que la ciencia es entretenida, que puede ser algo lúdico y que a través de esa experiencia despertar la curiosidad de los niños”.
Asimismo, recalca que es necesario este tipo de intervenciones, porque los dispositivos electrónicos captan muy rápido la atención de los niños y los vuelve más reacios a aprender.
Según concluye, está conforme con lo logrado, pero aún busca mejorar debido a la gran responsabilidad que acarrea un evento tan masivo. “Aquí en Congreso Futuro, en estos últimos años, llegan niños y llegan adultos mayores, tan transversal que es justo lo que estamos buscando”.
¿Por qué mezclar ciencia y arte?
Tal como mencionó antes, busca hacer de la ciencia una experiencia que despierte la curiosidad de todos los sectores de la población. Pero muchas veces se encontró con el obstáculo de que sólo en los estratos más altos poseen un real acceso al conocimiento de calidad y que eso generó cierto desinterés en la otra inmensa mayoría.
Desde la línea editorial están constantemente buscando maneras de innovar y llegar a la mayor cantidad de personas posibles. La idea nació hace unos cuatro meses, más allá de que Gonzalo siempre fue fanático de Violeta Parra, pensó que ella encarna una identidad cultural latina que debe ser reconocida.
“¿Quién no ha escuchado Gracias a la vida? Me parece que hay disciplinas que son más fáciles de llegar al público”. A su vez, menciona que no sabe la razón concreta de este fenómeno, pero cree que debe estar ligado al sistema educacional actual que, a su criterio, necesita mejoras. Y en estos mismos términos, resalta que “el 90% de las personas al escuchar hablar de ciencia lo rechazan porque no lo entienden. Pero por eso, a través del arte y la cultura, pareciera ser más fácil llegar con mensajes editoriales a la población”.
La figura de Violeta Parra responde a la pregunta de ¿Qué humanidad queremos ser? Para Gonzalo, “queremos ser una sociedad más equitativa, pero primero pensemos quiénes somos para después predicar hacia dónde queremos ir. Y esta idea cultural con la Violeta nos invitó a decir que la ciencia se reconcilia con el arte y la cultura para sanar los pasados, trabajar el presente y proyectar el futuro”.
Lo que se viene para la próxima edición
Tras una exitosa edición del Congreso Futuro, que ya va llegando a su fin, Gonzalo Rosas se cuestiona cómo sorprender el siguiente año para poder seguir despertando el interés de más personas a través de convertir la ciencia en una experiencia amigable.
Pese a no saber cual será el foco de la próxima edición, la pregunta sobre qué humanidad queremos ser seguirá vigente en un mundo que evoluciona muy rápido.
Por ahora, tiene claro que el camino es la innovación. Poner en palabras sencillas lo que siempre ha sido entendido en un lenguaje académico. Con este desafío por delante adelanta que “este año fue la música, quizá el otro año la pintura, quizá el otro año la magia, cualquier cosa que nos permita hacer un show de mucha replicabilidad, que llegue a mucha gente. En verdad, investigar qué disciplinas tienen habilidades comunicacionales más fácil que la ciencia”. Así, deja abierta la invitación a seguir participando y estar atentos a las intervenciones que sorprenderán el próximo año.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.