Grasas, azúcares: ¿Es necesario ingerir más calorías en los días de frío?

Guantes invierno frío
Imagen referencial.

En esta época, aumenta la ingesta de alimentos calóricos que favorecen la acumulación de grasa en el cuerpo, además de diferentes enfermedades. Julia Pozo, nutricionista y docente de la Universidad de O’Higgins (UOH), entrega los principales consejos para combatir este fenómeno en el invierno.


Con el frío tendemos a confeccionar nuestros menús de una manera diferente a la que, por ejemplo, hacemos en verano. Chocolates, colaciones abundantes, golosinas, todo eso -y más- “pide” el cuerpo ni bien la temperatura baja unos grados. En su mayoría comidas que se caracterizan por tener un alto contenido de grasas y azúcares.

Las ganas de comer alimentos calóricos son inversamente proporcionales al descenso de las temperaturas en esta época del año. “La razón por la cual aumentamos naturalmente la ingesta calórica en los días fríos es porque nuestro cuerpo está tratando de mantener una temperatura corporal constante”, apunta la nutricionista y docente de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad de O’Higgins (UOH), Julia Pozo.

“Cuando hace frío, nuestro cuerpo trabaja más para mantenerse caliente y, por lo tanto, requiere más energía en forma de calorías. Además, la falta de luz solar durante los días más cortos de invierno puede afectar nuestro estado de ánimo, aumentando la probabilidad de querer buscar comida reconfortante y rica en calorías”, agrega Pozo.

“En lugar de aumentar la cantidad de alimentos ricos en grasas saturadas, como por ejemplo las sopaipillas que tienen alrededor de 200 a 250 kilocalorías (el contenido calórico exacto puede variar dependiendo del tamaño y los ingredientes específicos utilizados para hacerlas), podemos reemplazarlos por alimentos más nutritivos como los chips de vegetales horneados”, explica.

O en lugar de la leche con chocolate, que puede contener mucha azúcar, “hay varias opciones de alimentos más saludables que puedes considerar como leche con cacao en polvo sin azúcar añadida. Si prefieres no consumir leche de vaca, la leche de almendras o de avena son opciones nutritivas y bajas en calorías”, añade la nutricionista.

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Sopaipillas.

Pozo establece que el yogur natural es una excelente fuente de calcio y proteínas, “y puedes endulzarlo de forma natural agregando frutas frescas o congeladas. También puedes agregar una cucharadita de miel o jarabe de arce para un toque de dulzura. Si buscas una bebida dulce y refrescante, un batido de frutas es una excelente opción. Mezcla frutas congeladas con leche baja en grasa o yogur natural para crear un batido nutritivo y delicioso”, comenta.

“Aunque los alimentos dulces pueden ser tentadores, consumir demasiada azúcar puede tener efectos negativos en la salud a largo plazo. Es importante elegir opciones más saludables y nutritivas en tu dieta diaria. También es fundamental mantener una hidratación adecuada y no descuidar la actividad física”, concluye.

¿Por qué el cuerpo pide ingerir más calorías en los días de frío?

Si a esta disminución de la temperatura corporal se le suma una baja en la temperatura ambiental, el efecto es doble, por lo que la demanda calórica del organismo se agrava aumentando aún más el apetito.

“Al cambiar la dieta, es importante cuidar la calidad de los alimentos que consumimos y asegurarnos de que estemos obteniendo los nutrientes necesarios para mantenernos saludables y en equilibrio. En lugar de aumentar la cantidad de alimentos ricos en grasas y carbohidratos simples, es mejor buscar opciones saludables que satisfagan nuestros antojos sin comprometer nuestra salud. También es fundamental mantener una hidratación adecuada y no descuidar la actividad física”, añade la nutricionista.

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Imagen referencial.

Además, Pozo sugiere planificar las comidas y las compras, así como también variar las preparaciones, para tener una elección saludable y no caer en lo repetitivo.

Ante cualquier duda, se puede consultar con un nutricionista para obtener ideas de menú, que permitan la adherencia al plan de alimentación.

“Para evitar un aumento de peso o enfermedades asociadas al consumo excesivo de calorías, es recomendable comer porciones adecuadas, reducir el consumo de alimentos procesados y ricos en azúcar, aumentar la ingesta de frutas y verduras, limitar las grasas saturadas y hacer ejercicio regularmente. Asimismo, se debería evitar el consumo de alcohol o tabaco en exceso y dormir lo suficiente para que el cuerpo se recupere adecuadamente”, finaliza la docente de la UOH.

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