En medio del rol cada vez más protagónico que las redes sociales han tomado en la vida diaria de las personas, estudios recientes han advertido de una supuesta nueva forma de relacionarnos entre los chilenos, de la mano, principalmente, de la tecnología.
Así, según una encuesta publicada recientemente, el 87% de los chilenos considera que las conexiones con los amigos eran mejores antes, y el mismo porcentaje asegura que prefiere comunicarse por redes sociales cuando se trata de amistades lejanas.
Por otro lado, el 63% de los consultados cree que son menos de 15 minutos los que se invierten en tener espacios de calidad con los compañeros de trabajo, a pesar de que semanalmente pasan más de 45 horas con ellos.
Estas cifras van en línea con los que han revelado otros informes, que indican que hemos disminuido la cantidad de amigos en una década, pasando de cuatro a dos amigos cercanos.
Pero, ¿de qué hablan estas cifras? ¿Ha cambiado realmente la forma de relacionarnos con nuestros amigos?
Para la Real Academia Española, la amistad es un "afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato". Muchas veces, nuestra nostalgia nos hace sentir que tiempo pasado fue mejor y los números avalan esta idea, ya que antes pasábamos más tiempo con nuestros amigos. Nos "tratábamos" más, como nos propone la RAE.
Las redes sociales han hecho su promesa: ganar tiempo y acercarnos a nuestros amigos al alcance de un clic, pensando que contaremos con ellos 24/7. Enviamos memes, stickers e incluso largos audios, que nos provocan la sensación de compañía y conexión.
¿Acaso esta conexión reemplaza la plaza pública, donde conversábamos largamente y veíamos juntos el tiempo pasar? ¿Las redes sociales son ese espacio de encuentro?
La amistad entre chilenos no necesariamente ha cambiado. Lo que sí ha cambiado es la forma y la frecuencia, y sumado a lo que nos ofrece la tecnología, se agradece y valora compartir una taza de café, mirando a los ojos a tu amigo, quien podrá ver la infinita información que nos otorga el lenguaje analógico, que ni un emoji puede reemplazar. * Coordinadora de Vinculación con el Medio, Escuela de Psicología de la U. Mayor