¿Hace cuánto tiempo no limpia su refrigerador? Entre 10 y 10.000 microrganismos por cm2 pueden vivir en su interior
Los hongos o moho son los principales contaminantes. Las esporas de hongos son resistentes al ambiente, y una vez que caen sobre un sustrato nutritivo, como el queso o jamón, germinan. Toxinas que pueden causar enfermedades.
El refrigerador es uno de los electrodomésticos que más uso tiene en el hogar. Es también un espacio que no siempre recibe la atención que merece en cuanto a aseo o eliminación de productos que en él se guardan. El resultado puede ser la proliferación de microrganimos e incluso bacterias nocivas.
No hay que esperar hasta que la leche derramada o las lechugas empapadas hagan imperativo limpiar el refrigerador. Tampoco suponer que siempre será un espacio de infecciones y propagación de bacterias resalta el Dr. Christian Palavecino, investigador del Instituto de Investigación y Postgrado de la Facultad de Ciencias de la Salud, de la Universidad Central.
“No es un espacio de infecciones y propagación de bacterias. Sin embargo, como cualquier lugar de la casa, si se maneja de forma muy descuidada, podría eventualmente convertirse en un reservorio de infecciones”, explica Palavecino.
El refrigerador común de casa tiene dos compartimentos separados. La zona de refrigeración dice Palavecino que está entre 4° y 8° C, donde los alimentos se mantienen refrigerados, y la zona del freezer, que bordea los 18° C bajo cero, donde se congelan los alimentos. “En la zona de refrigeración, los microrganismos pueden crecer, pero muy, muy lentamente. En la zona de congelación, no lo hacen, a menos que ocurra algún desperfecto”, indica.
Laura Knobel, Gerente Latam de BGH, empresa que comercializa electrodomésticos de marca propia y Daewoo en Chile, resalta que en un refrigerador se debe revisar su capacidad y tener en cuenta la cantidad de alimentos a refrigerar de acuerdo con el grupo familiar.” Para una correcta circulación del aire frío, es importante que los alimentos se encuentren ordenados y espaciados uno del otro, por lo que se requiere suficiente distancia entre los envases o recipientes para asegurar una correcta conservación y mantenimiento de los alimentos”.
“En el interior del refrigerador, debemos verificar si cuenta con estantes de rejilla o de vidrio en sus compartimentos. Además, debemos verificar si el equipo es formador o no de hielo, ya que habría que retirarlo periódicamente para evitar que el mismo impida el paso del frío. Un equipo con exceso de hielo funciona incorrectamente inclusive forzando al motor del equipo, y disminuyendo su vida útil”, dice Knobel.
Alimento para microrganismos
En el refrigerador se almacenan principalmente alimentos, tanto solidos como líquidos. Al ser estos alimentos nutritivos para las personas, “también lo son para microrganismos”, advierte Palavecino.
“Esos microrganismos pudieran caer en su interior y encontrar las condiciones apropiadas para multiplicarse (crecer)”, añade. Son principalmente, hongos y bacterias.
“Los hongos o moho son los principales contaminantes de los alimentos al interior de un refrigerador. Esto debido a que las esporas de hongos son resistentes al ambiente, y una vez que caen sobre un sustrato nutritivo, como el queso o jamón, germinan y podemos ver al queso o al jamón le salen pelos blancos. También pueden verse como un gel blanquecino que tapiza la superficie del plato o contenedor. Otros colores que acusan su presencia son el verde y el café”, indica Palavecino.
El especialista subraya que los microorganismos como todo ser viviente busca auto preservarse y proliferar aun en las condiciones más adversas. Si bien la mayoría de los hongos y bacterias, crecen mejor a temperatura ambiente, a temperaturas de refrigeración pueden crecer, aunque muy lentamente. “Así que alimentos contaminados, olvidados al interior del refrigerador son un lugar propicio para su acumulación. La contaminación debe venir de algún lado, al momento de manipular los alimentos antes de guardarlos. Por ejemplo, con las manos sucias”, aclara.
En cuanto a bacterias, dice Palavecino que se trata de una contaminación de alimentos poco frecuente en el refrigerador, pero puede ocurrir, “especialmente por una mala manipulación”.
Hay dos tipos de bacterias principalmente, patogénicas que causan enfermedad y no patogénicas pero que echan a perder los alimentos. Las más frecuentes son las no patogénicas, que, si bien no representan un verdadero riesgo para la salud, dice Palavecino arruinan nuestros alimentos, y luego ya no los podemos comer. A diferencia de las anteriores las bacterias patógenas no suelen arruinar nuestros alimentos, por lo que no nos damos cuenta de su presencia.
“Bacterias como Salmonella, Campolybacter y Listeria monocytogenes pueden crecer a temperaturas de refrigeración. Otro posibles patogénicos son Staphylococcus aureus, y patotipos de Escherichia coli. Alimentos contaminados con estas bacterias pueden pasar desapercibidas y nos comemos los alimentos sin saber. Aun si cocinamos los alimentos donde han crecido estos microrganismos patógenos, y los matamos, sus toxinas podrían de todas maneras enfermarnos”, señala Palavecino.
Cuando una persona se contagia, por ejemplo, con la bacteria salmonella, sufre un cuadro infeccioso llamado salmonelosis que da síntomas como fiebre, diarrea, dolor abdominal, de cabeza, naúseas y vómitos.
¿Cada cuánto tiempo limpiar? El investigador del Instituto de Investigación y Postgrado de la Facultad de Ciencias de la Salud, de la Universidad Central señala que “algunos autores muestran que al interior de los refrigeradores puede encontrarse entre 10 y 10000 microrganismos por cm2”.
Se trata, añade de algo muy variable, así que no hay recetas de un mínimo de tiempo para limpiar. “Lo importante es que se mantenga limpio, si ocurren derrames, como lácteos o carnes, limpiarlos de inmediato, no permitir que se acumule materia orgánica y no permitir que los alimentos se acumulen sin ser consumidos. Una buena práctica es el concepto de FiFo, lo que primero entra, primero se va. Esto quiere decir que hay ir sacando los alimentos más antiguos primero”, indica.
En términos general, dice Palavecino en las casas se suele mantener una higiene apropiada de los espacios del hogar. “Distinto es cuando se trata de restaurantes o comercio, donde si deben respetarse normas bien establecidas de higiene periódica, ya que el flujo es mayor, y la cantidad de potenciales afectado es mucho mayor también”, apunta.
La educación en torno a la limpieza del refrigerador es muy importante. En general existe conciencia al respecto, añade Knobel “pero es necesario no perderlo de vista” quien añade que una correcta limpieza es tan importante como contar con refrigeradores “como los que comercializamos en BGH, que, a través de tecnologías de última generación, permiten conservar los alimentos de manera eficiente. La higiene de los espacios donde se manipulan alimentos es tan importante como la cadena de frío. Además, la limpieza del refrigerador es importante para un correcto funcionamiento del equipo, y para extender su vida útil, permitiendo alcanzar las temperaturas óptimas de conservación”.
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