¿Hasta qué edad viven los chilenos? Esta es la esperanza de vida en el país

¿Hasta qué edad viven los chilenos? Esta es la esperanza de vida en el país
¿Hasta qué edad viven los chilenos? Esta es la esperanza de vida en el país

Chile enfrenta el desafío de adaptarse al envejecimiento acelerado de su población, con proyecciones que sitúan a un 32,6% de adultos mayores en 2050. Expertos dan las claves para garantizar un envejecimiento digno y activo.


La esperanza de vida al nacer es un indicador clave para medir el bienestar y desarrollo de una sociedad. Se calcula a partir del número promedio de años que se espera que viva un recién nacido, considerando las tasas de mortalidad por edad en el momento del cálculo y proyectándolas a futuro.

“En términos simples, usualmente se calcula la suma de los años restantes de vida de una población dividido por la población analizada”, explica Mauricio Apablaza, investigador de CIPEM (UDD-Los Héroes).

En Chile, este indicador ha mostrado un crecimiento sostenido en las últimas décadas. En 1982, la esperanza de vida era de 70 años, aumentando a 80 entre 2016 y 2019. La pandemia de 2020 provocó una caída a 79,7 años, pero la recuperación fue rápida, alcanzando 81,4 años en 2023, de acuerdo a estimaciones del INE.

¿Hasta qué edad viven los chilenos? Esta es la esperanza de vida en el país

Según las proyecciones del INE, en 2024 llegaría a 81,6 años y en 2025 a 81,8, la cifra más alta registrada en la historia del país.

Desde INE consultados por estas proyecciones, explican que de acuerdo a los datos del documento “Tablas de mortalidad de Chile 1992-2050“, la esperanza de vida al nacer ha ido en constante aumento, ”y efectivamente la de 2024 es la más alta que se ha proyectado a la fecha, y se proyecta que en 2025 será superior".

<b>Esperanza de vida al nacer (estimada)</b>2019202020212022202320242025
Ambos sexos80,679,78181,281,481,681,8
Hombres77,978,178,578,778,978,979,1
Mujeres83,483,683,88484,184,384,5
Fuente: INE, estimaciones y proyecciones de población base 2017.

“La esperanza de vida en Chile ha ido en aumento, convirtiéndose en el país de las Américas, junto con Canadá, que lidera este indicador”, dice Claudia Rodríguez, coordinadora general del Centro del Envejecimiento de la Universidad de los Andes.

Añade que los datos del reciente Censo permitirán ratificar estas cifras, aunque ya han sido estimadas por el INE en sus últimos informes.

Desde una perspectiva histórica, el aumento de la esperanza de vida ha sido un fenómeno significativo. Apablaza explica que, de acuerdo con Our World in Data, en 1900 este indicador era de solo 29 años en Chile, creciendo a 53 años en 1950 y a 77,6 años en el 2000. Aunque la tasa de crecimiento no ha sido tan acelerada en el siglo XXI, la tendencia sigue al alza gracias a los avances en salud pública, medicina y mejores condiciones de vida.

Pese a que este incremento era esperable, el ritmo del cambio ha sorprendido a los expertos. “Chile es el país más envejecido hoy de Latinoamérica, superando a Uruguay o Brasil, que lo lideraban hace unos pocos años”, afirma Rodríguez.

El país deberá enfrentar desafíos como el impacto en los sistemas de salud y pensiones, además de la necesidad de adaptar políticas públicas para una población con mayor longevidad.

En el futuro, se espera que la esperanza de vida continúe aumentando. Según Apablaza, las proyecciones del INE estiman que en 2050 alcanzará los 85,4 años, mientras que el World Population Prospects 2024 de Naciones Unidas prevé un crecimiento similar, con una estimación de 85,51 años.

Sin embargo, la proyección de esperanza de vida en Chile para 2025, podría variar debido a factores no previstos durante su elaboración en 2018, como la pandemia de Covid-19. Según el INE, las proyecciones de población se basaron en datos disponibles hasta 2017 y buscaban suavizar tendencias. Sin embargo, la irrupción de la pandemia alteró significativamente los patrones de mortalidad, afectando las causas y edades de fallecimiento y, en consecuencia, las estimaciones de esperanza de vida.

“La esperanza de vida al nacer proyectada puede ser mayor o menor que la calculada con la mortalidad observada en años específicos”, señala el INE, quienes anticipan que el próximo Anuario de Estadísticas Vitales incluirá los datos de 2022, lo que permitirá evaluar si hubo una recuperación en la esperanza de vida tras el impacto de la pandemia.

¿Qué factores aportan al aumento de la esperanza de vida?

El crecimiento de la esperanza de vida en Chile responde a múltiples factores que han mejorado las condiciones de salud y bienestar de la población. Apablaza, destaca que “los avances en la medicina, la nutrición y el acceso a servicios básicos como los sanitarios han impulsado este cambio”. Además, en los últimos años, la promoción de hábitos saludables y la medicina preventiva han influido positivamente en el aumento de la longevidad.

Uno de los principales factores históricos que ha elevado la esperanza de vida no está necesariamente ligado a la mayor edad de las personas, sino a la drástica reducción de la mortalidad infantil. Apablaza explica que “las grandes diferencias en esperanza de vida se asocian históricamente a sociedades donde se mueren más niños en edades tempranas”. En Chile, la mejora en la atención de salud materno-infantil y la reducción de enfermedades infecciosas han sido claves en este progreso.

Sin embargo, vivir más años no siempre significa vivir mejor. Rodríguez, advierte que “la esperanza de vida es un indicador que refleja que los países han avanzado en diversos aspectos que promueven el vivir más, pero no necesariamente mejor”.

El envejecimiento de la población plantea retos en diversas áreas como la salud, el mercado laboral y los sistemas de pensiones. Apablaza señala que “se pueden proyectar mayores demandas de servicios especializados, cuidados prolongados y medicina preventiva”. Además, será necesario fortalecer los servicios de acompañamiento para la salud mental de los mayores y fomentar su inclusión activa en la sociedad.

Para enfrentar este escenario, es fundamental adoptar un enfoque integral y de largo plazo. Rodríguez enfatiza la importancia de “fomentar la participación e inclusión en las sociedades, diseñar ciudades amigables con la edad y mejorar el sistema de pensiones”.

Asimismo, destaca la necesidad de promover un envejecimiento saludable, asegurando que las personas mayores mantengan sus funciones cognitivas y físicas de manera permanente.

Brecha de género en la esperanza de vida

La brecha de género en la esperanza de vida ha sido una constante en Chile y el mundo. En 2023, las mujeres alcanzaron una esperanza de vida de 83,5 años, mientras que los hombres llegaron a 78,5.

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Esperanza de vida al nacer estimada, por sexo. Chile 1992-2050. Fuente: INE, estimaciones y proyecciones de población base 2017.

El investigador de CIPEM, explica que esta diferencia se debe a una menor mortalidad en mujeres, condicionada por factores fisiológicos, socioculturales y conductuales. “Los factores genéticos, los estilos de vida más saludables y una mayor prevención influyen en la mayor esperanza de vida femenina”, señala.

Rodríguez, añade que “los estrógenos protegen el sistema cardiovascular, reduciendo el riesgo de enfermedades cardíacas en las primeras etapas de la vida”. Además, las mujeres suelen acudir con más frecuencia al médico, adoptar estilos de vida más saludables y desempeñar trabajos con menor exposición a riesgos o tareas peligrosas, factores que contribuyen a su mayor longevidad.

Índice de envejecimiento

Este aumento de la esperanza de vida también ha generado un cambio en el Índice de Envejecimiento, que mide la relación entre la población mayor de 65 años y la menor de 15 años. A junio de este año, se proyecta que este índice llegue a 78,4 personas mayores de 65 años por cada 100 menores de 15.

Apablaza, explica que este indicador está directamente influenciado por el aumento de la esperanza de vida y la caída en la natalidad. “En 1990 había 300.000 nacimientos al año, mientras que en 2024 se espera que esta cifra no supere los 150.000”, advierte, señalando que la disminución en la tasa de nacimientos impactará el envejecimiento poblacional incluso más que el crecimiento de la población mayor.

Las proyecciones oficiales indican que en 2033 la población mayor de 65 años superará a la menor de 15 años, marcando un hito en la demografía chilena. “El envejecimiento de la población tendrá implicancias en la salud, las pensiones y el mercado laboral”, advierte Apablaza.

Otro dato es que muestra el envejecimiento de la población chilena se refleja en el aumento de defunciones entre las personas de mayor edad. Según datos provisionales del INE, en 2013 se registraron 698 fallecimientos de personas mayores de 100 años, cifra que subió a 972 en 2017 y alcanzó los 1.062 en octubre de 2024.

Este fenómeno está directamente relacionado con el aumento de la esperanza de vida y las mejores condiciones de salud, que han permitido a más personas superar los 90 y 100 años. “El número de individuos sobre 90 años solo aumentará en los siguientes años”, advierte Apablaza, quien estima que para 2025 habrá aproximadamente 135.000 personas en este grupo etario, cifra que podría superar el medio millón en 2050.

El desafío no solo es demográfico, sino también social y económico. Apablaza señala que este cambio traerá consigo una mayor prevalencia de enfermedades crónicas y una creciente demanda de cuidados especializados en geriatría, además de un impacto en la sostenibilidad del sistema de pensiones y servicios sociales.

Sin embargo, destaca que “el hecho de que las personas vivan más años se considera positivo, ya que refleja avances en salud y bienestar”. Para que esta longevidad sea beneficiosa, es clave promover un envejecimiento saludable y autónomo.

Rodríguez, subraya que en Chile ya no es extraño encontrar personas mayores de 90 o 100 años, y que esta será la tendencia en el futuro. “El desafío es que vivir más signifique vivir mejor”, enfatiza, señalando la necesidad de fortalecer la red de cuidados, implementar políticas de protección y garantizar un acceso oportuno a la salud.

¿Estamos preparados para que la población viva tantos años?

El envejecimiento de la población es un desafío inminente para Chile, y aunque existen avances como el pilar solidario y el Plan Nacional de Cuidados, aún quedan pendientes áreas clave en las políticas públicas.

Apablaza identifica tres desafíos fundamentales: la necesidad de un enfoque integral basado en la calidad de vida, la promoción de estrategias preventivas y una visión de largo plazo. “Las políticas suelen ser fragmentadas, sin coordinar de manera efectiva salud, pensiones, empleo y cuidado”, señala, advirtiendo que es crucial considerar a las personas mayores como sujetos activos en la sociedad y no solo como beneficiarios.

Otro punto crítico es la falta de prevención en las políticas actuales. Apablaza menciona que muchas estrategias están enfocadas en solucionar problemas ya existentes en lugar de prevenirlos. “La baja cobertura de exámenes médicos, la escasa capacitación laboral y la informalidad son ejemplos de áreas donde la prevención podría mejorar significativamente la calidad de vida”, explica. Además, sostiene que sin una planificación temprana, la salud, el empleo y las pensiones enfrentarán mayores dificultades en el futuro.

Desde una perspectiva regulatoria, Rodríguez, advierte que Chile no está preparado para enfrentar estos cambios. “Estamos tarde, porque el envejecimiento requiere un trabajo multidisciplinario e intersectorial”, enfatiza. Como ejemplo, menciona la Ley Integral de las Personas Mayores, que busca garantizar un envejecimiento digno, activo y saludable, pero que sigue en discusión desde 2020 sin avances significativos.

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