“Hay factores de riesgo que podrían complicarnos”: así será el verano en Chile

Este sábado finaliza la primavera meteorológica en Chile, diferente de la astronómica que termina el 21 de diciembre, dando paso al verano.

El más reciente informe de la Dirección Meteorológica de Chile entrega algunas pistas de cómo será la estación, considerando diciembre y enero.

El documento señala inicialmente que continuará la amplitud térmica durante los próximos meses en gran pare del territorio nacional. Con respecto a las temperaturas mínimas indica que serán bajo lo normal (de norte a sur), mientras que las máximas sobre lo normal.

En Santiago por ejemplo, la mínima bajo lo normal corresponde a menos de 11°C , la máxima sobre lo normal es entre 28°C y 29°C.

En relación a las precipitaciones, sostiene que para los primeros días de 2025, desde el extremo norte hasta la Región de Valparaíso, se espera una estación seca, excepto en el Altiplano de las regiones de Arica y Parinacota, y Tarapacá, donde podrían presentarse condiciones normales o bajo lo normal.

En regiones como la Metropolitana, O´Higgins y el norte del Maule, el pronóstico indica condiciones entre normal a sobre lo normal.

Raúl Cordero, climatólogo de la U. de Santiago, señala que el verano va a estar marcado por La Niña. “El enfriamiento relativo en la superficie del Pacífico tropical modera las temperaturas máximas en la zona central de Chile. La Niña hace menos probable tener una temporada de incendios tan voraz y letal como las registradas los dos últimos años”.

Eso no significa que no vaya a ser una temporada calurosa o activa en lo que se refiere a incendios forestales, pero las probabilidades de que sea una temporada récord este año es algo menor que la que teníamos en los dos últimos. “La Niña es un enfriamiento en el Pacifico tropical oriental. Esta zona del océano se ha estado enfriando buena parte del año y, aunque en niveles moderados, se espera que dicho enfriamiento relativo persista al menos durante todo el verano austral”, sostiene Cordero.

En lo que se refiere a incendio forestales, aunque el clima podría echarnos una mano, “hay factores de riesgo que podrían complicarnos. Uno de ellos es la gran cantidad de material combustible (biomasa) en la zona central, resultado de un invierno con precipitaciones sobre el promedio histórico”, explica.

Este escenario se presenta luego de una “primavera extraordinariamente cálida y seca en la zona central”, sostiene Cordero.

Tomando como referencia las temperaturas máximas, Santiago cerró esta primavera meteorológica en el top cinco de las más cálidas registradas en la capital (ver gráfica a continuación). “Las cinco primaveras más cálidas jamás registradas han ocurrido todas en los últimos 14 años”, señala el climatólogo.

Cordero explica que las precipitaciones estuvieron muy por debajo de los promedios históricos. “En Santiago, por ejemplo, los precipitaciones durante esta primavera meteorológica apenas superaron los 15 mm, esto es solo un tercio de las esperadas típicamente en la capital”.

Además, “la primavera de este 2024 registró siete veces menos lluvia que la primavera pasada, de 2023. En el resto del país, los precipitaciones también han estado durante la primavera muy por debajo de valores típicos, trayendo en buena parte del sur de vuelta los déficits de agua caída. A la fecha, el país presenta déficit, aunque afortunadamente moderados, desde Chillán hacia el sur”, agrega el climatólogo.

Los registros de temperatura y precipitaciones en la primavera fueron consistentes con La Niña y el enfriamiento del Pacífico tropical oriental. “Aunque la temperatura superficial del Pacífico no ha descendido bajo el umbral que permita declarar oficialmente La Niña, la atmósfera del hemisferio presenta una configuración consistente con dicho fenómeno. En otras palabras, para nosotros La Niña ya comenzó”, aclara.

El registro histórico atribuible a la primavera durante los últimos años, incluso se extiende a algunos meses en particular de la estación. Fue el caso de octubre. De las 10 temperaturas más altas jamás registrada en octubre en Santiago, cinco ocurrieron en los últimos cinco años.

Adicionalmente, se han registrado dos olas de calor en la primavera y cuatro durante el año. “Hace un par de décadas lo normal era tener un par de olas de calor por año, así que las cuatro olas de calor hacen de 2024 un año cálido. Sin embargo, es poco probable que alcance las nueve olas de calor registradas durante 2023″, señala Cordero.

Uno de los fenómenos climáticos que ha producido este situación de calor es denominado “cuña de alta presión”, “que se refiere a una zona específica dentro de un sistema de alta presión donde el aire desciende, comprimiéndose y calentándose”, explica Cordero.

“Esto provoca estabilidad en la atmósfera y reduce la probabilidad de formación de nubes y precipitaciones. Las áreas bajo una cuña de alta presión suelen experimentar cielos despejados y temperaturas más estables, ya que el aire que desciende inhibe el ascenso de aire húmedo, limitando así la formación de tormentas y nubes”, añade.

Si bien La Niña suele moderar las temperaturas durante el verano, Cordero cree que lo sucedido en la primavera no necesariamente anticipa como será el verano. “Éste último no se prevé que sea, en términos de temperatura, récord debido a la influencia de La Niña”.

Incluso añade que aunque es muy probable que 2024 cierre como el año más cálido jamás registrado a nivel global, ese no es el caso de Chile. 2024 no será el año más cálido registrado en el país, ni en la zona central, debido a que las temperaturas durante el invierno fueron más bien moderadas.