“Nuestros hallazgos pueden ayudar a identificar, comprender y tratar mejor la hiperactividad canina, la impulsividad y la falta de atención. Además, indicaron similitud con el TDAH humano, consolidando el papel de los perros en la investigación relacionada con el TDAH“, dijo el profesor Hannes Lohi, jefe de un grupo de investigación de genes caninos en la Universidad de Helsinki en un comunicado, grupo que acaba de publicar un estudio en la revista Nature sobre la hiperactividad caninca.
“Los perros comparten muchas similitudes con los humanos, incluidos los rasgos fisiológicos y el mismo entorno. Además, el comportamiento similar al TDAH ocurre naturalmente en los perros. Esto convierte a estosa animales en un modelo interesante para investigar el TDAH en humanos“, dijo la investigadora doctoral Sini Sulkama.
El grupo de investigación del profesor Lohi recopiló datos sobre más de 11.000 perros mediante la realización de una extensa encuesta de comportamiento. Se examinaron la hiperactividad, la impulsividad y la falta de atención mediante preguntas basadas en una encuesta utilizada en la investigación del TDAH en humanos. El objetivo del estudio fue identificar los factores ambientales que subyacen al comportamiento canino similar al TDAH y los posibles vínculos con otros rasgos de comportamiento.
“Descubrimos que la hiperactividad, la impulsividad y la falta de atención eran más comunes en perros jóvenes y machos. Las observaciones correspondientes relacionadas con la edad y el género en relación con el TDAH también se han realizado en humanos“, dijo Jenni Puurunen, otro de los académicos que participó del estudio.
Los perros que pasaban más tiempo solos en casa a diario eran más hiperactivos, impulsivos y desatentos que los perros que pasaban menos tiempo solos.
“Como animales sociales, los perros pueden frustrarse y estresarse cuando están solos, lo que puede manifestarse en forma de hiperactividad, impulsividad y falta de atención. Puede ser que los perros que pasan más tiempo en soledad también reciban menos ejercicio y atención de sus dueños“, reflexionó Sulkama.
Los investigadores descubrieron un nuevo vínculo entre la hiperactividad y la impulsividad, y la experiencia del dueño con los perros, ya que los dos rasgos eran más comunes en los perros que no fueron los primeros perros de sus dueños. La causalidad de este fenómeno sigue sin estar clara.
“Las personas pueden elegir como su primer perro a un individuo menos activo que se corresponda mejor con la idea de un perro mascota, mientras que se pueden elegir perros más activos y desafiantes después de adquirir más experiencia con los perros”, explica Sulkama.
Diferencias significativas entre razas
La cría ha tenido un efecto significativo en el comportamiento específico de diferentes razas de perros. Las diferencias entre razas también pueden indicar genes subyacentes a los rasgos relevantes.
“La hiperactividad y la impulsividad por un lado, y la buena concentración por el otro, son comunes en razas criadas para el trabajo, como el pastor alemán y el border collie. Por el contrario, una disposición más tranquila se considera un beneficio en razas que son populares como mascotas o perros de exhibición, como el chihuahua, el collie de pelo largo y el caniche, lo que los convierte en compañeros más fáciles en la vida cotidiana.
Por otra parte, la capacidad de concentración no se ha considerado un rasgo tan importante en estas razas como en las razas de trabajo, por lo que la falta de atención puede ser más común entre los perros de compañía“, dice el profesor Lohi.
Vincular a otros problemas de conducta
El estudio confirmó vínculos interesantes previamente observados entre hiperactividad, impulsividad y falta de atención, y comportamiento obsesivo-compulsivo, agresividad y miedo. El TDAH también se asocia a menudo con otros trastornos y enfermedades mentales. Por ejemplo, el trastorno obsesivo compulsivo (TOC) a menudo ocurre junto con el TDAH. En los perros, el comportamiento obsesivo-compulsivo similar al TOC puede aparecer, entre otras cosas, como persecución de la cola, lamido continuo de superficies o de sí mismos, o mirar fijamente a “nada”.
“Los hallazgos sugieren que las mismas regiones cerebrales y vías neurobiológicas regulan la actividad, la impulsividad y la concentración tanto en humanos como en perros. Esto refuerza la promesa de que los perros se muestran como una especie modelo en el estudio del TDAH. En otras palabras, los resultados pueden facilitar la identificación y el tratamiento de la impulsividad y la falta de atención caninas, así como promover la investigación del TDAH “, resumió Sulkama.