La Agencia norteamericana del Aire y Espacio (Nasa) rebautizó su Centro de Verificación y Validación, en Virginia Occidental. Ahora, el edificio llevará el nombre de Katherine Johnson en su honor. Ella, fue una de las matemáticas responsable de realizar importantes expediciones de la agencia, en la que incluye la titánica tarea de la primera llegada del hombre a la Luna, en 1969.
Trabajó como "computadora", no como una máquina como la conocemos hoy en día, sino como una persona que computa números, que realiza cálculos. La pasión de Katherine por los números, y una sagacidad envidiable, permitió que entrara a la universidad con sólo 14 años.
A sus 18 ya se había graduado en Matemática y Francés en la Universidad de West Virginia. Comenzó a trabajar desde una temprana edad como profesora en un colegio de la misma ciudad. Pero en 1953, cuando quedó seleccionada para unirse al Área de Controles Navales Espaciales, de la entonces Naca, el Comité Asesor Nacional para la Aeronáutica de Estados Unidos que antecedió a la Nasa.
Una de sus mayores contribuciones a la exploración espacial incluyó hacer cálculos esenciales que ayudaron a sincronizar el Lunar Lander del Proyecto Apollo, con el Módulo de Comando y Servicio en órbita lunar. También trabajó en el transbordador espacial y en el satélite de recursos terrestres.
Trayectoria
El lanzamiento del satélite soviético Sputnik, en 1957, cambió la historia y la vida de Katherine Johnson. Ese año, la matemática proporcionó alguno de los cálculos sobre tecnología espacial. En 1960, ella y el ingeniero Ted Skopinski fueron los coautores de la determinación del Ángulo de Acimut, esfuerzo para colocar un satélite sobre una posición terrestre seleccionada. Fue, además, la primera vez que una mujer en la División de Investigación de Vuelo recibió crédito como autora de un informe de investigación.
En 1962, cuando la Nasa se preparó para la misión orbital de John Glenn, se le pidió a Johnson que realizara el trabajo por el que sería más conocida. La complejidad del vuelo orbital había requerido la construcción de una red de comunicaciones mundial, que vinculara a las estaciones de seguimiento de todo el mundo a las computadoras de IBM en Washington, Cabo Cañaveral y Bermudas.
Las computadoras habían sido programadas con las ecuaciones orbitales que controlarían la trayectoria de la cápsula en la misión de Glenn. Pero los astronautas desconfiaban de poner sus vidas al cuidado de las máquinas de cálculo electrónicas, que eran propensas a fallar. Como parte de la lista de verificación previa, Glenn le pidió a los ingenieros que "consiguieran a la niña", Katherine Johnson, que repasara los mismos números a través de las mismas ecuaciones que habían sido programadas en la computadora, pero a mano, en su máquina de cálculo mecánico de escritorio. "Si ella dice que están bien", recordó Johnson más tarde, "entonces estoy listo para partir". El vuelo de Glenn fue un éxito y marcó un punto de inflexión en la competencia entre Estados Unidos y la Unión Soviética en el espacio.
Reconocimiento
"Es un honor que las instalaciones primarias del Programa IV&V de la Nasa ahora lleven el nombre de Katherine Johnson", dijo el director del complejo rebautizado, Gregory Blaney, en un comunicado. "Es una forma de que reconozcamos la carrera y las contribuciones de Katherine durante todos los días, todos los años".
Johnson se retiró en 1986, después de trabajar en la Nasa y en el Comité Nacional Asesor de Aeronáutica durante más de tres décadas. En 2015, cuando tenía 97 años, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, le otorgó el más alto honor civil de los Estados Unidos, la Medalla Presidencial de la Libertad.
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