El 17 de mayo de 1990, la Organización Mundial de Salud, retiró de sus manuales de enfermedades mentales a la orientación sexual homosexual como una patología; dejando de ser oficialmente como una "enfermedad".
Desde entonces, se conmemora el 17 de mayo como el Día Internacional contra la homofobia y transfobia, conocido internacionalmente como I.D.A.H.O.T. (International Day Against Homophobia, Transphobia and Biphobia).
El Congreso chileno en 1999 el derogó la norma que sancionaba las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, entonces llamada sodomía.
La aprobación de la Ley Antidiscriminación fue en 2012, también conocida como Ley Zamudio. En 2016 fue aprobada la ley que crea el Acuerdo de Unión Civil, permitiendo que el Estado de Chile reconociera una nueva institución familiar, que en este caso puede estar compuesta por personas del mismo sexo.
En el año 2018 fue aprobada la Ley de Identidad de Género y en lo que va el 2019 fue aprobada en la Cámara de Diputados la adopción homoparental.
Aparentemente estos positivos hitos en contra de la homofobia y transfobia, nos permiten sacar cuentas alegres en lo que respecta al avance de la igualdad de derechos.
Pero la realidad tiene de dulce y de agraz. Durante el 2018 se registró la mayor alza porcentual de denuncias por discriminación (44% más que el año 2017) y en los primeros meses del año en curso, evidenciamos un explosivo aumentos de las agresiones más violentas en contra de la diversidad sexual.
A pesar de ser optimistas, también estamos muy alertas, porque la experiencia nos dice que a medida que aumenta la igualdad de derechos, las reacciones más violentas y discriminadoras, son más frecuentes.