Van 22 días desde que comenzó el incendio en la Amazonía, que ha dejado registros impactantes en los cerca de 78 mil focos de fuego que registra esta catástrofe. Los ojos del mundo han estado en esa parte del continente durante los últimos días y con ello, también los de Chile. Tanto así, que el lunes el Ministerio de Agricultura anunció el envío de tres aviones AT y un M18 de Conaf, para ayudar en las tareas de combate. Por ahora, sin embargo, ningún brigadista.

Las razones para esa decisión son de orden técnico. No hay pleno conocimiento del terreno al que se enfrentaría el personal chileno, explicó ese día el ministro de la cartera, Antonio Walker, a La Tercera. Pero de ser necesario, "hay 30 brigadistas disponibles para ir", añadió.

Como sea, el tema de llegar y apagar un incendio de la Amazonía es complejo. ¿A qué se enfrentarían, hipotéticamente, esos 30 brigadistas, en caso de que se autorice su traslado?

Lo primero es que hay grandes zonas que no están conectadas por tierra, por lo que llegar a ellas se tendría que hacer sí o sí por vía aérea o a través de los ríos, que se encuentran entre medio de la Amazonía.  Y ahí es donde podrían comenzar algunos encuentros accidentales no precisamente muy amables.

Bichos mortales

Los más preocupantes, por su peligrosidad, son los alacranes y las arañas. Esto, en el caso de que las personas muevan sus manos por lugares donde hay mucha vegetación o en el suelo. "Está la araña bananera, que es una de las más peligrosas y letales del mundo. Es del tamaño de la palma de la mano de una persona y si alguien es picado se puede morir en pocas horas", explica Cristián Bonacic, médico veterinario y académico de la Facultad de Agronomía e Ingenería Forestal de la Universidad Católica.

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Araña bananera, cuya picadura puede ser mortal.[/caption]

De ahí la importancia de una coordinación para una posible evacuación en caso de que una persona sea picada por alguno de estos artrópodos, dice Bonacic.  Pero la lista continúa: las serpientes también pueden ser letales, y si bien la más conocida es la anaconda, debido a su gran tamaño (puede llegar a pesar 200 kilos), no es la más peligrosa para el ser humano, porque "no es venenosa, sino que ataca a su presa afixiándola". Son constrictoras.

La que sí es altamente riesgosa es la víbora de barba amarilla. Se trata de una de las serpientes más venenosas de la Amazonía y puede medir hasta dos metros de longitud. A ella también se le suma el caimán o cocodrilo negro, que puede medir hasta seis metros y es "un cazador de todo tipo de animales", explica el académico de la UC.

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El cocodrilo negro.[/caption]

Y lo que podría ser llamativo por sus bellos colores, también puede ser letal. La rana punta de flecha "es tremendamente tóxica", debido al veneno que contiene, añade Bonacic.

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Una de las especies de ranas llamadas punta de flecha, por su alto veneno.[/caption]

La otra especie que puede ser complicada por las picaduras son las hormigas. "Las hormigas guerreras o soldados tienen una mandíbula muy poderosa y afilada, y una sustancia que es súper irritante, que a una persona no la va a matar, pero sí es muy molesta" agrega.

Entre los mamíferos

Ahora, si pasamos a los mamíferos, probablemente encontrarse con un jaguar no sería muy divertido, porque -obviamente- puede morder. "Es el depredador de mayor talla que existe allá", dice Diego Peñaranda, biólogo boliviano, actualmente candidato a doctor en Ciencias del laboratorio de Conservación Biológica de la U. de Chile.

El experto dice que en la zona boliviana hay alrededor de 1.200 especies de vertebrados, y que la mayoría de ellas conoce al ser humano y ha estado en contacto con las poblaciones desde siempre, pero si ven amenazadas "lo primero que van a hacer es defenderse".

En la selva, además, hay monos y cuatro especies de armadillos, incluyendo el armadillo gigante, que mide un metro y medio y pesa alrededor de 30 kilos.

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Armadillo gigante de la Amazonía (Foto: Guido Ayala / WCSBolivia)[/caption]

En el país altiplánico actualmente están recibiendo donaciones, principalmente para equipar a los bomberos, brigadistas y voluntarios que trabajan apagando el fuego. La implementación necesaria para estas personas no es cualquiera: "Botas altas para evitar mordeduras de serpientes y guantes gruesos de cuero", explica Peñaranda. También se están adquiriendo trampas, que son jaulas de todos los tamaños para rescatar animales afectados por la catástrofe.

Vacunas

Otro de los riesgos a los que se pueden ver enfrentadas estas personas son las enfermedades infecciosas transmitidas a través de picaduras de mosquitos.

El médico Carlos Pérez, infectólogo de la UC, indica que "para algunas no existen vacunas ni tratamientos específicos", por lo que es fundamental utilizar ropa que cubra la mayor parte del cuerpo y que sea de colores claros. También son fundamentales los repelentes de insectos. Eso si se habla de "dengue, zika y chikunguya",  dice el experto.

Para la fiebre amarilla sí hay una vacuna preventiva. También existen medicamentos que se consumen antes, durante y después de ir a esa zona, que previenen, por ejemplo, el contagio de malaria, enfermedad transmitida por un parásito.