Según la Convención Ramsar sobre los Humedales, en Chile están representados prácticamente todos los tipos de humedales existentes. La diversidad geográfica permite encontrar este tipo de ecosistemas a lo largo de toda la costa, a través de la cordillera de Los Andes (salares y vegas, entre otros) y hacia el sur como turberas. La excepción, de hecho, solo recae en los arrecifes de coral, de tundra y kársticos. Ese mismo pacto -que fue firmado por el país en 1981- obliga a las Partes a comprometerse con la conservación y uso racional de estos ecosistemas acuáticos.
Los humedales entregan una gran cantidad de beneficios y servicios fundamentales para la preservación de la vida en la Tierra. Proveen agua dulce, alimentos y recursos; controlan las crecidas; representan la recarga de aguas subterráneas; son el hogar permanente, o de paso, de muchas especies de flora y fauna; y ayudan en la fundamental labor actual de mitigar el cambio climático.
Pese a esto, más de la mitad de los humedales en el mundo han sido destruidos (cerca del 64%), aunque cada vez más surgen organismos en favor de su conservación. Es así como en Chile ya se impulsó un plan nacional para su protección y justamente ayer, tras dos años de tramitación, la Cámara de Diputados despachó a ley -por 134 votos a favor- el proyecto que integra por primera vez a la legislación a los humedales urbanos (los que se encuentran dentro y alrededor de las ciudades y sus suburbios), lo que permitirá darles protección y concienciar acerca de su rol fundamental para el cuidado de la biodiversidad.
Con esto, el Ministerio del Medio Ambiente podrá declarar de oficio, o por petición de un municipio, la protección a uno de estos vitales ecosistemas acuáticos. Pero, ¿cómo funcionará la ley?
Como se indica en el artículo 1° del proyecto, en el caso de que una municipalidad haga la solicitud, la cartera liderada por Carolina Schmidt tendrá un plazo de seis meses para pronunciarse. Durante ese periodo, la alcaldía podrá postergar la entrega de permisos de subdivisión, loteo o urbanización predial y de construcciones en los terrenos en que se encuentren emplazados.
En el artículo 2° se establece que se elaborará un reglamento -que tiene un plazo de seis meses para ser dictado- suscrito por Medio Ambiente y Obras Públicas, donde se definirán los criterios mínimos para la sustentabilidad de los humedales urbanos, con el objetivo de resguardar sus características ecológicas y funcionamiento, para, además, mantener su régimen hidrológico superficial y subterráneo.
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Crédito imagen: Nicolás Muñoz (Centro ballena Azul, Valdivia).[/caption]
Humedales urbanos: el primer paso
Para la agrupación de Humedales Urbanos, que prontamente se transformará en la Fundación Humedales Nativos, la aprobación en la Cámara es una buena noticia. Según dicen, lo más importante es que hasta ahora no existía ninguna norma específica que los protegiera y los pocos que sí lo estaban, eran por su reconocimiento internacional dado por Ramsar.
Esta primera ley, agregan, "servirá como un piso desde el cual se podrán seguir construyendo otras medidas de conservación. Esta protección ya no dependerá de la buena voluntad o el interés del municipio en el tema. Por eso es importante que se haya establecido la obligación de que se dicten ordenanzas con estándares mínimos para todas las municipalidades".
En el contexto de emergencia climática, esta nueva legislación cobra una especial relevancia, sostienen. Y es que "los humedales son una fuente irremplazable de recursos hídricos y de mitigación de impactos climáticos como los tsunamis, además de fuente de vida vegetal y animal, especialmente aves".
Para el geógrafo Esteban Araya, que prepara un plan de trabajo para reponer el estero de Reñaca, lo ocurrido ayer "por fin" pone en valor a estos ecosistemas "invisibles" que no contaban con ningún tipo de resguardo frente a algunos proyectos que terminan afectando a la población. Ahora estos, sostiene, "van a tener que someterse a evaluación. Se resguardarán estos ecosistemas que son los más productivos del mundo y que, frente al escenario de cambio climático, son muy importantes porque mitigan sus efectos".
Pero pone sus matices: "si bien la ley es un primer paso, porque se acota solo a los humedales urbanos, es un gran avance. Aunque como país deberíamos apuntar a una ley nacional de humedales".
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FOTO: Libro Humedales WCS[/caption]
La amenaza inmobiliaria
El senador Alfonso de Urresti, promotor de la iniciativa, dice que la nueva legislación establecerá reglas claras en materia de evaluación ambiental, planificación territorial y administración municipal. "Un tema muy relevante es que esta ley se enfoca en los humedales urbanos puesto que son actualmente los más amenazados por las actividades humanas tales como la industria inmobiliaria. Es importante protegerlos y de forma urgente porque cada día se secan y drenan sin ningún tipo de sanción correlativa".
"Nos interesa el medioambiente puesto que al haber mas justicia ambiental eso también trae consigo mas justicia social. En estos tiempos en que el pueblo nos llama a tomar acciones, esta ley sin lugar a dudas es también parte de lo que la ciudadanía pide: mayor compromiso social, con las comunidades y con nuestro entorno", agrega.
Para Humedales Urbanos esta ley se suma a los precedentes que ya ha venido sentando la Corte Suprema, en los casos de los humedales Llantén en Puerto Montt (cuando se ordenó al Serviu de Los Lagos y a las inmobiliarias GPR Puerto Varas Ltda., y Socovesa Sur, la reubicación de un colegio por haber generado daños), y el de Batuco en la Región Metropolitana (cuando se acogió la demanda del Estando contra Servando Achurra Larraín e Inmobiliaria e Inversiones Quilicura S.A., que acusó una grave intervención del humedal y extracción de agua).
"Algunos han querido ver los humedales como un obstáculo a diversos proyectos. Por el contrario, los humedales son fuente potencial de actividades turísticas, de educación ambiental y de avistamiento de aves", sostienen.
Gráficas: Giselle Riutort