Huracán Laura y su peligroso vínculo con el coronavirus
El evento climático, que se convirtió en el huracán más fuerte durante agosto, luego del huracán Katrina en 2005, ha dejado 53 personas fallecidas y daños superiores a US$ 8 mil millones.
El huracán Laura nos vino a recordar que dentro de la temporada de Tormentas Tropicales del Atlántico Norte, se aproximan los meses más complejos, particularmente septiembre, momento en el cual estos eventos alcanzan su mayor desarrollo o peak.
Esto responde al hecho de que esta terminando la temporada de verano en el hemisferio norte, y el mar ha recibido una gran cantidad de energía producto de la radiación solar estival. Pero además es importante mencionar que el mar del Caribe, esta uno a dos grados Celsius sobre los valores típicos para la temporada los cuales promedian los 30ºC, lo que favorece mayor actividad de Huracanes. Con seis tormentas en dos meses, la temporada actual de huracanes es hasta el momento una de las mas activas registradas.
Cuando el huracán Laura tocó tierra el 27 de agosto en la costa de Louisiana, dentro del Golfo de México, se habló de la similitud de este huracán con Katrina, el cual impactó hace 15 años también en las costas del Golfo de México, ocasionando mas de 1.800 muertes y millonarias perdidas en infraestructura, afectando particularmente la ciudad de Nueva Orleans y las áreas circundantes al colapsar los diques de contención de agua.
En los últimos cuatro años, casi cada centímetro de la costa de los Estados Unidos a lo largo del Golfo de México se ha visto afectado por un gran huracán que tocó tierra. Así ocurrió con los huracanes Harvey de agosto de 2017, Michael de octubre de 2018 y ahora Laura en agosto de 2020.
Pero esta temporada tiene una gran particularidad, ocurre bajo la pandemia del Covid-19.
El abastecimiento de provisiones, la evacuación y la asistencia sanitaria previstas para estos episodios, podrían chocar con las restricciones necesarias para evitar nuevos contagios.
Más de 1,5 millones de personas estaban bajo órdenes de evacuación en Texas y Louisiana a medida que el huracán Laura se acercaba a los centros urbanos de Lake Charles y Galveston. En el caso del estado de Louisiana, éste estaba recogiendo personas y llevándolas a hoteles en lugar de refugios de manera de evitar las aglomeraciones que se producen durante las evacuaciones en estos casos.
De esta forma se instaló una persona por habitación en los hoteles, de manera de mantener a las personas separadas. Así se aseguraron unas 2.000 habitaciones de hotel para el miércoles por la noche para ayudar a albergar a las personas con distanciamiento físico impuesto por los protocolos del Covid-19. Por la misma razón en los albuergues fueron colocadas menos personas que en eventos pasados.
Sumado a esto, un gran incendio en una planta química de Lake Charles, obligó a que muchos de los residentes del área se mantuvieran en sus casas por instrucción gubernamental y apagaran el aire acondicionado, mientras la temperatura en el exterior era de 30º Celcius.
La compleja situación del Huracán Laura
El Departamento de Salud de Louisiana instó a las personas a tener en cuenta el coronavirus al evacuar y usar una mascarilla además de mantenerse alejados de las personas fuera de su familia cuando sea posible. En el caso de quedarse con amigos y familiares, a hablar con ellos por adelantado sobre la mejor manera de protegerse del Covid-19. Otro problema que impuso esta tormenta durante la pandemia fue el hecho de manternerse al día con las pruebas, ya que éstas y a consecuencia de la tormenta, fueron suspendidas.
El paso del Huracán Laura plantea una compleja situación no solo en dos de los estados con mayor cantidad de contagios en Estados Unidos, como son los Estados de Texas y Lousiana, sino que y faltando practicamene un 70% de la temporada de huracanes del Atlántico, para todo el sistema de emergencia del país.
Ahora lo que ocurre en Estados Unidos es sin lugar a dudas una alerta para todos aquellos países que sufrimos habitualmente más de una amenaza natural y que actualmente nos encontramos sufriendo las consecuencias el Covid-19 , ya que un evento como un huracán o un terremoto pueden volverse más peligrosos bajo un escenario de pandemia.
Así estudios que se publican a raíz de la llegada del Coronavirus, plantean la necesidad de revisar los protocolos existentes frente a distintos desastres socio ambientales que puedan afectar distintos territorios y sus realidades sociales. Uno de ellos es el del profesor Ingeniería Civil de Texas A&M, Ali Mostafavi, el cual plantea que elementos básicos frente una emergenica como son los refugios y la asistencia sanitaria, pueden enfrentar grandes problemas bajo el actual escenario pandémico.
Asi se plantea que en el caso de los refugios, la problemática surge por la necesidad de dar refugio a cientos o miles de personas que pierden sus casas o deben alejarse de ellas para evitar ser dañados. En general, las ciudades pueden disponer de refugios colectivos donde las personas pueden pasar varios días, a la espera de que la situación se normalice.
Las condiciones de vida en los refugios suelen ser precarias. Muchas veces se utilizan gimnasios u hoteles donde varias familias deben compartir espacio. Esto, en un contexto de pandemia, incrementa de forma considerable la posibilidad de que las personas se vean expuestas a infectados con COVID-19.
En el caso de la Asistencia Sanitaria, los desastres socio ambientales suelen provocar lesionados e incluso víctimas fatales, por lo que la disponibilidad de servicios sanitarios preparados para brindar una rápida atención es crucial. Esto también choca con la necesidad de centros de salud que requiere la pandemia de Covid-19.
En el caso de que ocurran inundaciones, incendios, terremotos u otros eventos, sus consecuencias pueden bloquear los accesos a hospitales o incluso dejar sin electricidad servicios sanitarios clave para el testeo y diagnóstico utilizado para la pandemia.
De esta forma lo que nos deja el paso del Huracán Laura es un llamado a la reflexión y sobre sobre todo la necesidad de mirar con la debida anticipación la realidad físico ambiental de nuestro país mientras dure esta pandemia, ya que la experiencia internacional deja experiencias y aprendizajes que deben ser considerados.
* Geólogo de la U. Católica y académico de la U. San Sebastián
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