El año 2023 se convertirá en el más caluroso jamás registrado después de que se registraran nuevamente temperaturas récord en noviembre, dijeron el miércoles investigadores del observatorio europeo de cambio climático Copernicus, añadiendo más presión a los países que se reúnen en la COP28.
De hecho, el mes de noviembre registró una temperatura media mundial del aire en superficie de 14,22°C, es decir, 0,85°C más que la media del período 1991-2020 para el mismo mes, y 0,32°C más que el mismo período de 2020.
Entre enero y noviembre, la temperatura fue 1,46°C más alta que el promedio de 1850-1900 y 0,13°C más que el promedio del mismo período en 2016, hasta ahora el año más caluroso jamás registrado, según Copérnico.
Informe científico señala que 2023 será el año más caluroso de la historia
Los datos se conocen mientras los gobiernos mantienen negociaciones de larga duración en la cumbre COP28 sobre una posible eliminación gradual del uso de combustibles fósiles responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Este año “ha habido seis meses y dos temporadas récord. Las extraordinarias temperaturas globales de noviembre, incluidos dos días más de 2ºC más cálidos que los tiempos preindustriales, significan que 2023 será el año más caluroso de la historia”, afirmó Samantha Burgess. dijo en un comunicado el subdirector del Servicio de Cambio Climático Copernicus (C3S).
El otoño boreal, de septiembre a noviembre, fue también el más cálido jamás registrado a nivel mundial, con una temperatura media de 15,30°C, 0,88°C por encima de la media, dijeron científicos de la UE.
“Mientras las concentraciones de gases de efecto invernadero sigan aumentando, no podemos esperar resultados diferentes a los observados este año”, afirmó Carlo Buontempo, director de C3S.
“La temperatura seguirá aumentando, al igual que los efectos de las olas de calor y las sequías. Lograr la neutralidad de carbono lo antes posible es una forma eficaz de gestionar nuestros riesgos climáticos”, añadió.
Los países aún están lejos de alcanzar el objetivo fijado por el Acuerdo de París en 2015, es decir, mantener el aumento de la temperatura global por debajo de 2°C en comparación con los niveles preindustriales.
La UE ha aprobado leyes para cumplir su objetivo de reducir las emisiones netas en un 55% en 2030 en comparación con los niveles de 1990, que según los analistas es el mínimo necesario para lograr emisiones netas cero para 2050.