Es absolutamente esperable, ha ocurrido también en otros países y ya lo advertían los especialistas desde antes que llegaran las vacunas contra el virus Sars-CoV-2, causante de la pandemia Covid-19: los porcentajes de cobertura de vacunación, son más altos en los adultos mayores y en la medida en que se rebaja la edad de la población objetivo, la vacunación se hace más lenta y cuesta llegar al número ideal.
Razones hay varias. Gabriel Cavada, epidemiólogo y académico de la Escuela de Salud Pública de la U. de Chile, explica que en general, los adultos mayores son más disciplinados y además, provienen de una experiencia social y cultural un poco distintas a los que son más jóvenes. “Ellos fueron testigos de las secuelas de enfermedades como la poliomelitis y la tuberculosis, tienen esa experiencia vital, la vieron o conocieron a alguien que las vivió, por lo tanto saben de la importancia de las vacunas”, indica.
Sin embargo, en el grupo sub 50 que no vivió esta experiencia porque para entonces ya habían vacunas, la relación que tienen con la vacunación es diferente. “Los más jóvenes, validan una especie de estado insurreccional, más allá de la legitimidad de la autoridad. Las redes sociales también influyen y muchas personas no profundizan en la información que se publica, no cuestionan y se quedan con esa opinión que nace desde la ignorancia, cualquier argumento es válido, pero no es científico”.
Con los datos entregados ayer, que considera las cifras de vacunación hasta el martes 13 de abril, según el Ministerio de Salud contabilizaba la administración de 12.496.993 de dosis de vacuna contra Covid-19. De ellas, 7.521.754 correspode a personas con primera dosis y 4.975.239 son personas vacunadas que ya completaron sus dos dosis.
Según los cálculos de Cavada, con las cifras publicadas ayer, la vacunación se está ralentizando. Desde que a comienzos de marzo, se comenzó a vacunar a los menores de 60, la velocidad con la que se vacuna a la población ha sido más lenta y en esa lógica, la cobertura de vacunación de los poco más de 15 millones de pesonas que es la meta para Chile, se cumpliría en septiembre y no en junio.
En este gráfico, explica Cavada, la curva de la izquierda (línea roja) representa la velocidad de vacunación hasta marzo de este año, cuando según el calendario del Minsal se debían vacunar todas las personas a partir de los 60 años. De acuerdo al número de la población que es parte de este grupo etáreo, y el número de personas que se estaba vacunando diariamente, la proyección indicaba que a comienzos de junio, ya estarían vacunados con la primera dosis los 15 millones de habitantes.
Sin embargo, la cantidad de personas que hoy se está vacunando con la primera dosis es menor. La línea punteada azul, representa la proyección de cobertura de vacunación considerando el número de vacunados a diario. “Lo que muestra es que el mismo objetivo de vacunación, se logrará en mayor tiempo, porque la velocidad con la que se está vacunando se ralentizó”.
Así, según este modelo estadístico, si no se toman medidas para aumentar la cantidad de personas que se vacunan a diario, el objetivo (línea roja horizontal) se alcanzará a comienzos de septiembre.
Christian García, académico y médico doctorado en Salud Pública de la U. de Santiago, señala que la población menor de 50 años es un grupo que siempre ha sido dificil de convencer en materia sanitaria. De hecho, los hombres de este grupo tienen una bajísima cobertura en prevención de enfermedades, principalmente porque son el grupo que trabajan y los horarios de la atención sanitaria no es compatible con la jornada laboral, en general se atiende hasta las 17.30 y si quieren asistir a una consulta o programa y ahora vacunación, deben pedir permisos a sus empleadores.
García coincide en que la vacunación en los menores de 60 es más lenta, pero dice que hay que considerar que es un grupo grande. En ese sentido reconoce que la cobertura con las dos dosis se demorará más, pero insiste en que se está avanzando.
Esta imagen publicada por García, muestra la cobertura alcanzada según grupo de edad. La linea punteada roja marca el objetivo del 70% de la población inmunizada. Las curvas de colores representan la cantidad de población que falta por vacunar. Mientras más delgada la línea, más cerca de conseguir la meta para ese segmento.
Se cumple la planificación
Desde el Programa Nacional de Inmunizaciones del ministerio de Salud (PNI), responden que “la vacunación continúa avanzando de acuerdo a lo planificado”.
Además, destacan las cifras anunciadas hoyr por el ministro de Salud, Enrique Paris: más del 50% de la población objetivo (más de 15 millones 200 mil personas) ya han recibido su primera dosis. En tanto, 5.126.051 completaron sus dos dosis. “Para fortalecer la comunicación del proceso de vacunación existe una campaña de concientización de la importancia de la vacunación, y todos los municipios conscientes de la relevancia que su población se vacune han implementado sistemas propios que incentivan la vacunación”, explican.
Incentivos
A partir del lunes 8 de marzo, el Minsal comenzo a vacunar a las personas menores de 60 años. Un mes después, los llamados a la inoculación, ya son los grupos menores de 48 y 49 años. De acuerdo a las cifras del Departamente de Estadística e Información (DEIS), el porcentaje de vacunación para el grupo de 51 a 60 (con una y dos dosis), llega al 38,2% y eso incluye a las personas de este tramo de edad que por tener alguna morbilidad se comenzaron a vacunar con anterioridad.
¿Qué hacer para que se aumente la velocidad de vacunación? La experiencia internacional muestra que una política de incentivos es una buena herramienta para conseguir que las personas más jóvenes acudan a los vacunatorios y se protejan contra Covid-19.
Un artículo publicado el año pasado en la revista JAMA, liderado por Alison M. Buttenheim, de la Escuela de Enfermería de la Universidad de Pensilvania, en Filadelfia, ya proponía una estrategia de comportamiento para fomentar la inmunización contra Covid-19. En él, los investigadores mencionaban que es necesario que las personas estén dispuestas a recibir la vacuna y para eso se debe considerar la preocupación de las personas respecto de la seguridad de las vacunas y optimizar el acceso a ellas.
Lo primero que mencionaban los investigadores era que la vacuna debía ser gratuita y de fácil acceso, incluyendo la vacunación en el lugar de trabajo, centros comunitarios servicios valiosos dependa de la vacunación; tener “líderes de confianza” que respalden la vacunación (jefes de empresas, políticos de confiana y celebridades que reciben públicamente la vacuna); e insistir en la vacunación como un acto público (una calcomanía o elemento similar que las personas puedan publicar en sus redes sociales).
También planteaban que las autoridades deben presentar la vacunación como solo una parte de la respuesta general a la pandemia, que también implica distanciamiento social, uso de mascarillas y lavado de manos y advertían que si “se considera que una vacuna es el único “salvador”, las personas pueden correr riesgos imprudentes después de recibirla.
Mauricio Barría, enfermero, Magíster en Epidemiología Clínica, Doctor en Salud Pública y director del Instituto de Enfermería de la Facultad de Medicina de la U. Austral, señala que “la situación pandémica en Chile hoy nos enfrenta a la paradoja de ser un país pionero en vacunación per cápita pero que paralelamente enfrenta una nueva ola de contagios que incluso ha superado el número de contagios de la primera ola”.
A su juicio, es evidente que el propio ritmo de vacunación y los mensajes de éxito que se han dado al respecto, han sido mal interpretados por la población y han incitado a un relajo de otras medidas de prevención que, al contrario de lo esperado, nos mantienen en una situación compleja y con una fuerte presión a los servicios asistenciales, que como se ha informado, se encuentran al máximo de sus capacidades.
Medidas para mejorar vacunación
Considerando la realidad de nuestro país, los especialistas plantean algunas ideas para incentivar la vacunación en la población.
El académico de la U. de Santiago, menciona que lo primero es ampliar los horarios y días de atención de los vacunatorios. En ese sentido propone tener lugares específicos en los que la vacunación sea las 24 horas del día y los siete días de la semana, en otros centros ampliar horarios más allá del horario laboral, vacunar los días sábados y domingos y coordinar visitas a empresas o centros industriales en los que se sabe, acude gran cantidad de población.
“Hay que hacer un llamado a los empleadores, también para que den los permisos y faciliten la vacunación de sus trabajadores. Además de los permisos, pueden dar días libres, horas libres, bonos”.
En Estados Unidos, varias empresas lo han hecho así. American Airlines, ofrece un día libre para el próximo año y 50 dólares de incentivo; los supermecados Kroge, 100 dólares a cada empleado vacunado; Mc Donalds, un permiso de 4 horas remunerados para que asistan; y la tienda de comestibles Publix, giftcard de regalo por 150 dólares.
Barría, propone además de facilitar el acceso, con más lugares y horario amplio, realizar acciones para erradicar la mala percepción que tienen las personas sobre las vacunas, especialmente respecto de la seguridad “que es un aspecto que se escucha como argumento en estos grupos”.
“Es importante entregar informacion oportuna y veraz, se deben traspasar los hallazgos que están en curso y dar tranquilidad respecto de que aun habiendo algunos pocos casos que podrían asociarse a algún efecto indeseado, los beneficios claramente superan los riesgos”, dice Barría.
Agrega que hay que tener confianza que los tomadores de decisión están adoptando las medidas apropiadas conforme se avanza en el conocimiento científico. “Los grupos de apoyo y expertos que colaboran en estas decisiones están actuando de manera responsable y sin desestimar el principio precautorio que debe estar presente en este tipo de decisiones en condiciones de incertidumbre”, insiste Barría.
La vacunación es implementada por la APS (Atención Primaria de Salud) es decir en los municipios. Desde el primer día, los alcaldes y las alcaldesas en el país implementaron lugares especiales de vacunación, estadios, gimnasios, centros comerciales, entre otros, responden desde el Minsal.
En ese sentido y respecto de la posibilidad de ampliar los horarios, indican que “cada municipio lo define, y muchos atienden sábados y domingos, incluso festivos” y agregan que “es importante considerar que el personal de salud municipal ha desarrollado una labor encomiable, y también necesita descansar”.