Han pasado 18 días desde que se inició el estallido social que está viviendo el país y las emociones que han surgido en las personas han variado porque el tiempo transcurrido sin que todavía un buen porcentaje de la población pueda retomar la rutina, termina pasando la cuenta.
Los problemas de insomnio, angustia, ansiedad y estrés se agudizarán si la situación de crisis social no termina y los síntomas podrían transformarse en una patología psiquiátrica, advierten los especialistas.
El psiquiatra de la Clínica Universidad de los Andes, Miguel Prieto, explica que la incertidumbre y el no saber cómo y cuándo terminará esta situación, provoca ansiedad, angustia y estrés. Si además se considera la exposición constante a imágenes de violencia durante varios días y por distintas vías, a los síntomas propios de un ambiente estresado, se suma la irritabilidad y la desconcentración producto del insomnio y sueño no reparador.
"Los días aumentan el cansancio en general. Muchas veces, uno de los mecanismos del cuerpo humano en situaciones de estrés, es recurrir a reservas de energía pero éstas se tienen que devolver y es entonces cuando hay más cansancio e irritabilidad", dice.
De todo lo que se visto en las últimas dos semanas, el estresor ambiental más complejo son las imágenes de violencia que muestra la televisión o los videos que llegan a través de grupos de WhatsApp o redes sociales.
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Un vehículo policial es incendiado durante una protesta esta semana en Santiago. Foto: Juan Farías[/caption]
"Los destrozos y saqueos es lo más violento y ante esas imágenes, las personas más vulnerables pueden desarrollar síntomas psiquiátricos que pueden convertirse en algo más patológico. Síntomas como angustia, ansiedad o síntomas depresivos pueden dejar de ser intermitentes y convertirse en una situación permanente y afectar al punto que las personas dejen de funcionar bien en la vida", señala Prieto.
Claudio Araya, psicólogo y académico de la Escuela de Psicología de la Universidad Adolfo Ibáñez, dice que las emociones de las personas han sido diversas e incluso "sentimientos encontrados" porque por un lado hay ansiedad, temor y rabia, pero también algunos pueden sentir esperanza de algún cambio.
Cualquiera que sean estas emociones, dice el psicólogo, estas deben expresarse y las personas, darles espacio para que afloren. Una de ellas, es la irritabilidad que junto con el estado de incertidumbre y la falta de claridad de futuro y el cansancio por la falta de sueño, insomnio o por un mal dormir, genera también un desgaste físico y emocional del que también debemos estar conscientes.
"Lo ideal es ir retomando las rutinas pero entendiendo que será necesario reagendar muchas de las fechas y compromisos que teníamos y será necesario ser flexibles también con eso", dice Araya.
¿Cuándo consultar?
Aunque son las mujeres las que tienen más tasas de trastornos depresivos y ansiosos, no son necesariamente las más vulnerables en situaciones como las que estamos viviendo. Es más, los hombres son los que consultan más tarde por lo que también tienen riesgo de agudizar su estado actual.
Miguel Prieto, dice que si las emociones que está sintiendo una persona le dificultan las actividades diarias que antes realizaba, es el momento de consultar con un especialista, lo mismo si son síntomas que estén presentes todo el día. "En un contexto de angustia o ansiedad, por ejemplo, se puede sentir un aumento de la frecuencia cardíaca, dolor abdominal o de cabeza, sudoración, temblor. Esto puede llegar a ser tan intenso que puede estar ocurriendo una crisis de angustia o de pánico y entonces sí hay que consultar", indica Prieto.
Según Araya, algunas personas pueden requerir de cierto autocuidado para sobrellevar estos días. "No se pueden dar recomendaciones específicas, pero si es necesario, será bueno resolver las dificultades que se puedan presentar con ayuda terapéutica. Por ejemplo, si la irritabilidad que sienten es invalidante y no los deja hacer sus rutinas habituales", indica.
Junto al equipo de docentes psicólogos, la U. Adolfo Ibáñez desarrolló una serie de "sugerencias para el cuidado y el autocuidado en momentos de crisis", entre las que destacan el contar con redes de apoyo que puedan escuchar y contener (sobre todo si con anterioridad ha sufrido vulneración de derechos de manera directa o indirecta), realizar algún tipo de actividad física, mantener hábitos de alimentación, de sueño y sentido del humor y si se puede, hacer meditación o práctica de mindfulness.
No más imágenes
El psiquiatra de la Clínica Universidad de los Andes, insiste en que la exposición innecesaria a las imágenes o videos en redes sociales se debe evitar. "Los que más se ve son imágenes de violencia y esto solo provoca aumento de ansiedad e insomnio. Las imágenes son una visión parcial de lo que está pasando y las personas más vulnerables pueden sentir miedo, angustia. Cuando las imágenes se repiten, amplifica la sensación de temor, inseguridad. Ayuda también a generar miedos que son falsos o situaciones que no ocurren en la realidad, como ya se ha comprobado también en estos días", insiste Prieto.
El ejercicio y la actividad física también pueden ayudar. El psicólogo deportivo de gimnasio Sportlife, Jorge Martínez, indica que "realizar ejercicio físico libera una serie de hormonas, como las endorfinas, y de neurotransmisores, como la dopamina y la serotonina, los que pueden ayudar a reducir la ansiedad, el estrés o estados de ánimo depresivos". Desde un punto de vista psicológico, el ejercicio ayuda a tolerar las situaciones de estrés, promueve un mejor autoconcepto y autoestima, y mejora el estado de ánimo, además de tener un efecto tranquilizante.
Respecto de las dificultades para conciliar el sueño, Martínez dice que el ejercicio "nos puede ayudar a tener un mejor descanso y a dormir mejor, por lo que también podría ser una herramienta para aliviar ciertos problemas que ya se han producido". Por último, agrega que suele tener un componente social, por lo que también puede ayudar a que personas que se ven aisladas por sus problemas, "puedan encontrar una comunidad a la cual aferrarse, personas con las cuales comparten los mismos gustos, y con las que puede compartir momentos de distracción, obteniendo un beneficio mutuo".
Según una breve encuesta realizada a los usuarios de Sportlife, el 81% de ellos dijo sentirse ansiosa, irritable o sensible. Además, un 63% reconoce que ha presentados problemas para conciliar el sueño y un 74% señala que está más cansado.