Inteligencia artificial y docencia universitaria
La inteligencia artificial (IA) está comenzando a tener un fuerte impacto en la educación universitaria, y su influencia solo parece estar creciendo con el tiempo. En este sentido, una de las principales formas en que la IA está influyendo en la educación universitaria es mediante el desarrollo de herramientas de aprendizaje automatizado.
Estas herramientas utilizan algoritmos de IA para analizar el rendimiento y la comprensión del estudiante, y luego proporcionan retroalimentación y recomendaciones personalizadas para ayudar al estudiante a avanzar en su aprendizaje. Además, algunas universidades están utilizando asistentes virtuales basados en IA para ayudar a los estudiantes a acceder a información y recursos, así como para responder preguntas relevantes en su proceso formativo.
Salvo ediciones mínimas, el párrafo anterior fue escrito íntegramente por una IA. Dichas máquinas, como apunta la literatura especializada, ofrecen un modo de procesamiento de información diferente al de la conciencia humana y que, precisamente por eso, resulta superior en contextos particulares. Del mismo modo que la humanidad consiguió volar cuando dejó de intentar imitar el modo en que las aves lo conseguían, la IA alcanza su potencial cuando deja de asemejarse a la conciencia humana.
Al igual que las universidades, la IA se centra en el manejo del conocimiento. Por tanto, el reto que impone esta nueva tecnología en la docencia universitaria resulta especialmente significativo. A modo de ejemplo, desde ya las evaluaciones centradas en la redacción de ensayos críticos enfrentan un reto mayor cuando los estudiantes, con y sin lecturas mediante, y sin necesariamente cometer plagio, pueden presentar un reporte coherente e informado.
Los efectos a mediano y largo plazo de la IA en la docencia universitaria son sin embargo más importantes de considerar. Esta tecnología facilita el aprendizaje autónomo, ofreciendo la posibilidad de generar contenidos adaptables a las necesidades e intereses de cada estudiante en un contexto de promoción del autoaprendizaje. Al mismo tiempo, sin embargo, la IA no representa un acceso privilegiado a la realidad sino que, por el contrario, suele reproducir los prejuicios de sus creadores mediante la selección de la información a la que puede acceder.
Como en otras materias, la palabra clave acá es reflexión. Evidentemente, las universidades no se encuentran en peligro producto de esta nueva tecnología. Temores similares aparecieron ya con la imprenta, la computadora o la educación en línea y, con todo, las universidades permanecen como instituciones reconocibles, centradas, como antes, en la generación y transmisión de conocimiento. Sin embargo, sería un grave error no considerar los impactos de la IA en el quehacer de las universidades. La reflexión, palabra clave del quehacer de estas instituciones, se vuelve condición de una apropiación que aproveche sus ventajas y reduzca sus desventajas, con una mirada en el presente pero constantemente vuelta al futuro.
*Rector de la Universidad de Tarapacá.
**Director de Calidad de la Universidad de Tarapacá.
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