Itziar de Gregorio-Monsalvo, astrónoma y pionera de ALMA
Itziar de Gregorio-Monsalvo ha sido pionera en la astronomía moderna de Chile. En ese rol habla de la falta de referentes mujeres en el área y de su responsabilidad de inspirar a nuevas generaciones de niñas y adolescentes. “Ignoren los roles tradicionales asociados a niñas y mujeres, la ciencia es para todos”, dice.
Itziar de Gregorio-Monsalvo es astrónoma de profesión, nacida y criada en España, pero su amor e interés por la ciencia la han llevado a viajar por distintos lugares del mundo, siendo Chile su paradero actual.
Es jefa de la oficina de Ciencias del Observatorio Europeo Austral (ESO) en nuestro país, cargo importante que obtuvo en 2018 luego de una larga trayectoria: “Cuando yo llegué aquí había muy poquita astronomía en comparación al número de departamentos de astronomía que se han abierto en los últimos cinco años”, comenta Itziar.
Desde niña siempre le interesó la astronomía y sabía que se quería dedicar a eso. Sin embargo, recuerda que en los libros de textos del colegio había muy poca materia relacionada a la ella. “Fue un poquito por interés personal y también porque he tenido un ambiente familiar que me ha ayudado mucho, pues a perseguir mis sueños y mi vocación”.
Luego de estudiar astrofísica en la Universidad Autónoma de Madrid y realizar su tesis en el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial, que tiene convenio con las antenas de la Nasa, consiguió una posición postdoctoral en ESO Chile el año 2006, convirtiéndose en la primera fellow (un programa de posiciones postdoctorales de la ESO) en llegar a nuestro país para trabajar en ALMA cuando todavía era un proyecto.
“Llegué en el año 2006 cuando no había nada, ni un observatorio, ni una antena. De hecho, como no había nada aquí yo tenía que hacer mi trabajo de operaciones en otra antena”, comenta. Fue la primera astrónoma europea en trabajar en el ATF (ALMA Test Facility) en el desierto de Nuevo México para hacer los primeros testeos básicos de los prototipos de antenas de ALMA y de las primeras herramientas de software del Observatorio en Chile.
Posteriormente se convirtió en la primera mujer astrónoma del grupo de Operaciones de ALMA y realizó las primeras observaciones de ALMA en su Ciclo 0: “Ahí ya teníamos antenas y podíamos hacer observaciones científicas”, dijo entre risas.
Cuatro años después fue la primera mujer en liderar tres equipos diferentes de operaciones científicas en su posición de ALMA Programme Manager: el grupo de Astrónomos de Operaciones de ALMA, el grupo de JAO e ESO fellows, y el grupo de analistas de datos del Joint ALMA Observatory.
Además, Itziar fue la primera mujer que ocupó el cargo de ALMA Software Acceptance Manager. En 2018 cambió de posición y comenzó a dirigir la oficina de Ciencias del ESO en Chile, desde entonces su tarea es asegurar que exista un ambiente científico bueno y estimulante para que el grupo de astrónomos del ESO, el grupo de estudiantes de doctorado y el grupo de fellows del postdoctorado puedan realizar ciencia de vanguardia. También está a cargo del programa de visitantes cientificos, del programa de congresos internacionales ESO y del programa de actividades cientificas en ESO Chile.
¿Qué se siente ser mujer científica y liderar cargos tan importantes?
Yo diría que se siente muchísima responsabilidad, porque en esta profesión hay pocas referentes. A mi me ha pasado, he tenido pocos modelos de rol de mujeres que trabajan en este tipo de posiciones, y eso es algo que es fundamental sobre todo cuando uno es niño, tener un modelo de rol como tú, una mujer que se dedica a esta profesión y que ocupa posiciones de responsabilidad. Entonces en ese sentido me siento con una responsabilidad muy grande, porque sé que estoy siendo modelo de rol para las nuevas generaciones, para los nuevos estudiantes y niñas que están en el colegio.
En el marco del Día Internacional de la Mujer, ¿qué le diría a esas niñas y adolescentes que no se atreven a las carreras científicas?
Yo diría que la ciencia es tanto para hombres como para mujeres. Yo les diría que ignoren un poquito los roles tradicionales, estos que hay en el mundo en general, en el mundo de la ciencia para las mujeres, y que si de verdad les gusta que nunca se pongan la barrera ellas mismas. De hecho así fue como conseguí llegar a ocupar estas posiciones, nunca me planteé ponerme una barrera a mi misma.
Yo creo que eso es lo más importante: Si de verdad les gusta, que lo persigan, que se enfoquen y que ignoren todos estos roles tradicionales asociados a niñas y a mujeres, porque la ciencia es para todos. Yo siempre digo que si las mujeres no nos dedicásemos a la ciencia, pues la mitad de los cerebros más brillantes del mundo se perderían, porque en verdad la ciencia también está hecha para para nosotras, como estamos demostrando muchas.
¿Considera que su entorno fue amable u hostil con usted por ser mujer?
No he tenido tantas dificultades la verdad. Quizás la mayor dificultad fue el no tener mujeres en esos roles a mi alrededor, o lidiar con algunos prejuicios hacia las mujeres como por ejemplo, ‘oye, ya va siendo tiempo de tener niños, ¿cuándo vas a abandonar la profesión?’, que por supuesto ignoré completamente.
Es importante tener apoyo de las organizaciones donde uno trabaja, tener entornos inclusivos, facilidades para poder conciliar la vida personal y la vida laboral, políticas de equidad de género, las contrataciones, etc. Yo todo eso dentro del Observatorio lo he vivido y lo he tenido, entonces no me puedo quejar, no he tenido tantas dificultades. Pero quizá lo que más he echado de menos en este viaje ha sido eso, la falta de tener otras mujeres o un grupo más grande de mujeres cerca de mí al comienzo, porque bueno, yo he tenido que abrirme brecha casi sola en ese sentido. Y sin esos modelos de rol cercanos.
En cuanto a las referentes, ¿cómo se encuentra el escenario hoy en día?
Yo creo que está mejorando, y está mejorando los últimos años de manera bastante rápida, pero todavía hay mucho camino que recorrer. Todavía no tenemos suficientes modelos de rol. Creo que también hay que hacer mucho énfasis en la educación, a nivel educativo y a nivel de formación de profesores para que les den el mismo tipo de oportunidades a las niñas y a los niños para que las empoderen, en el fondo desde pequeñas. Y yo creo que eso está empezando a despegar ahora, todavía queda un camino bien largo por recorrer, pero creo que estamos haciendo progresos.
¿Cómo podría mejorar Chile para incluir más mujeres en la ciencia?
Yo creo que hay que seguir la misma pauta que se está siguiendo ahora: comenzar desde bien chiquititas. Y a las mujeres que estamos en posiciones de liderazgo dentro de la astronomía, o incluso no liderazgo, darnos visibilidad para que ellas empiecen a ver que las mujeres se pueden dedicar a esto.
Chile está mejorando muchísimo en astronomía. Cuando yo llegué aquí había muy poquita astronomía en comparación al número de departamentos de astronomía que se han abierto en los últimos cinco años, lo está haciendo muy bien Chile. Además, se están abriendo equipos internacionales, hay muchos contratados internacionales dentro de Chile y hay que pensar que la ciencia es internacional y colaborativa. Entonces yo creo que están en el camino en el que está el resto de Europa, de Estados Unidos, en el camino de la colaboración internacional y no tengo mucho que decir porque la verdad es que lo están haciendo muy bien aquí en Chile los astrónomos están despegando bien rápido.
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