El lunes 21 de marzo se registraron 7.555 casos nuevos de Covid-19, y una positividad de 10,14%, según el Ministerio de Salud (Minsal). La cifra se da en medio del retorno presencial de diversas actividades a espacios como colegios, escuelas, universidades y entidades laborales.
Una cifra menor a las observadas en el mes anterior, que incluso anotó récords. El 11 de febrero, el Minsal confirmó 41.651 contagios diarios, la cifra más alta en toda la pandemia.
Sin embargo, pese a la disminución en los contagios, “todavía estamos en una situación compleja”, sostiene la infectóloga del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, Jeannette Dabanch.
A dos años desde que se registró el primer caso de Covid-19 en Chile, la doctora Dabanch plantea que hay que seguir cuidándose, dado que existe la posibilidad de recontagiarse.
“Desde el punto de vista de salud y de comunicación de riesgo, hay que tomar todas las medidas como si eventualmente me fuese a enfermar de nuevo y como si este virus, esta variante, pudiese provocar una enfermedad grave para mí o para los que me rodean”, puntualiza.
- ¿En qué situación está el país hoy? ¿Cómo conjugar el retorno a la presencialidad con el número importante de casos en Chile?
El número de casos en Chile hoy día es bastante significativo. Si bien hemos tenido un descenso en el número total de casos diarios informados por el Ministerio de Salud, el número total de personas que activamente están presentando la enfermedad es muy alto. Y, por otro lado, también hemos tenido una baja en la trazabilidad de los contactos. Eso significa que sigue el riesgo comunitario de eventuales personas que pueden estar infectadas y que están contactando a otros susceptibles, es decir, amplificando la infección.
Todavía estamos en una situación compleja, estamos cambiando nuestra modalidad de trabajo a uno prácticamente 100 por ciento presencial. Después de dos años de pandemia, la presencialidad en los colegios, en las universidades y en los centros de estudio es prácticamente al 100 por ciento, entonces, hemos hecho muchos cambios o vienen muchos cambios en un escenario que a nivel mundial también se ve bastante impredecible.
Hasta el día de hoy, la variante que ha sido responsable de esta ola importante que ha tenido nuestro país, que lo ha afectado prácticamente en forma homogénea, ha sido la variante Ómicron, fundamentalmente la llamada BA.1. Sin embargo, sabemos que emergió esta subvariante de Ómicron, que es BA.2, está siendo responsable de un aumento muy sustancial de casos en Europa, también en Asia, especialmente en China, donde se originó esta pandemia, y con una situación de crisis política y social, con desplazamiento de muchas personas en la crisis que vive hoy día Ucrania por la invasión de Rusia, que ha desplazado a personas hacia otros países, especialmente Polonia.
Tenemos que ser muy cuidadosos en la comunicación de riesgo a nuestra población porque aún estamos en pandemia. Estamos con este escenario tremendamente complejo, y prácticamente volvimos a lo que hacíamos hasta fines de 2019 y primeros meses de 2020.
- ¿Es posible proyectar este invierno? ¿Cómo prepararnos para esta etapa donde se agudizan las enfermedades?
Creo que estamos en el mejor momento para insistir a la población de que estas medidas funcionan y funcionan muy bien. Son medidas extraordinariamente sencillas, como el adecuado uso de la mascarilla, especialmente en los lugares donde hay concentración de personas, estar vacunados, todos sabemos que tenemos que evitar la transmisión de la enfermedad a otros cuando exista algún síntoma.
Recordar que este no es solamente un virus respiratorio, sino que puede producir otros síntomas que son necesarios de identificar y reconocer, cómo -por ejemplo- el dolor abdominal y la diarrea. No hay que asistir al trabajo o lugares de estudio si tengo algún síntoma, tampoco hacerlo si soy contacto estrecho de otra persona. Muy importante poder acceder a algún tipo de diagnóstico para poder descartar, no al cien por ciento, pero al menos reducir el riesgo de transmitir la enfermedad a otras personas.
- ¿Cuál es el desafío de las nuevas autoridades de salud en este escenario?
Tienen también una labor tremendamente importante. Por un lado, mantener la comunicación o explicar de buena manera la importancia y el rol que tiene cada uno de nosotros como ciudadanos con nosotros mismos y con las personas que nos rodean. Por otro lado, las personas tienen la responsabilidad de reducir el riesgo, y eso significa comunicar de forma muy clara las medidas, y cuáles funcionan. La tarea de la autoridad es mantener la vacunación, acceder de forma oportuna a la vacunación, especialmente para grupos cerrados. Por ejemplo, universidades, colegios, centros de larga estadía o los centros que resguardan a personas privadas de libertad son lugares que pueden iniciar un brote. Las nuevas autoridades son responsables también de mantener una muy buena vigilancia epidemiológica, caracterizar los virus que están circulando por el país, y yo creo que una medida que hay que retomar y hay que optimizar que es la trazabilidad de los contactos.
- ¿Existen materias que sea necesario priorizar?
Una meta a continuar es mantener el programa de vacunación, llegar a aquellas poblaciones que aún no han podido acceder a sus dosis de refuerzo, eso es muy importante. Reducir el riesgo de enfermar por otros virus, como la influenza. También es una tarea de la nueva administración lograr buenas coberturas en la población objetivo, mejorar el testeo y la trazabilidad de los casos y de los contactos. Se ha hablado mucho de este tema y eso es fundamental porque interrumpe la cadena de transmisión del virus y nos permite tener un mejor control comunitario, retomar actividades especialmente. Yo diría que en todas las áreas ya no hablamos solamente de resolver los problemas de salud que están postergados, sino que también de retomar actividades estudiantiles, laborales, las que tienen que ver con las artes, las deportivas, y eso significa que todos tenemos que empujar el mismo carro, que es la prevención, y ahí las autoridades tienen un rol protagónico en liderar esa tarea, el testeo, la trazabilidad.
Para todo esto, necesitamos educar a la comunidad en forma muy clara, con mensajes que sean muy claros. Esto no se trata de quien este de turno en el gobierno, sino que se trata de autoridades que deben procurar proteger a la población, a toda la población. El desafío de las autoridades también es identificar precozmente situaciones de riesgo que estén ocurriendo en otras partes de nuestro planeta y que puedan significar un riesgo para nuestro país, de tal forma de tener medidas que puedan rápidamente adaptarse a estos desafíos.
Vacunas y contagios
- Si una persona ya se contagió, ¿puede volver a enfermarme?
La ventaja evolutiva que tiene el virus es justamente evadir la respuesta inmune, es decir, las defensas producidas tanto por la enfermedad previa, si tuve coronavirus previamente, o incluso evadir las defensas producida por las vacunas. Eso es lo que tiene este virus, tiene una capacidad enorme de tener ventajas evolutivas que son muy adecuadas para él, pero no para nosotros. Para nosotros sigue siendo un riesgo y una amenaza para la salud a nivel mundial. No hay que pensar que si ya me enfermé una vez, no me voy a volver a enfermedad. Lamentablemente, no es así.
Por otro lado, sabemos que la severidad, es decir, qué personas van a enfermar gravemente o quiénes eventualmente van a morir es una ruleta rusa, y esas características las vamos aprendiendo en la medida que vamos teniendo más casos. Lo importante es no tener casos. Entonces, desde el punto de vista de salud y de comunicación de riesgo hay que tomar todas las medidas como si eventualmente me fuese a enfermar de nuevo y como si este virus, esta variante, pudiese provocar una enfermedad grave para mí o para los que me rodean.
- Sobre el plan de vacunación, ¿deberíamos seguir con otras dosis de refuerzo?
Tenemos un espectro bien variado de vacunas que hemos usado en el país. Los adultos mayores de 55 años han recibido un esquema bien mixto de vacuna inactivada primaria dos dosis. Luego, se recibió una vacuna vectorial que fue AstraZeneca y una segunda dosis de refuerzo con una vacuna con plataforma RNA, entonces tenemos que aprender cómo nos va con ese esquema. Tenemos que seguir observando y atendiendo.
Los más jóvenes han recibido un esquema primario con Coronavac y entre comillas un esquema primario con plataforma RNA mensajero, que son las dos dosis de Pfizer, que la mayoría de los menores de 55 años la han recibido. Entonces, tenemos una población con esquemas de vacunación diferentes y tenemos que ser muy prudentes de ver cómo nos está yendo y observando cuánto duran estas defensas producidas por las vacunas.
Por otro lado, también, si estas defensas inducidas por estas plataformas de vacunas son lo suficientemente efectivas o eficientes en dar o reducir el riesgo de enfermar gravemente por estas nuevas variantes. Por eso, se ha planteado que eventualmente se requieran vacunas de segunda o tercera generación o el diseño de vacunas que todavía no están disponibles que puedan generar o mostrar una respuesta en el vacunado para diferentes variantes, pero hoy día es impredecible en la evolución de lo que va a pasar en estas nuevas variantes.