En 2023, Kate Crawford fue reconocida en la lista Time100 como una de las personas más influyentes de la IA. Además de ser profesora de la USC Annenberges, Crawford es la investigadora principal de Microsoft y la presidenta visitante inaugural de Inteligencia Artificial y Justicia en la Escuela Normal Superior de París. Ha realizado numerosas publicaciones, entre ellas su Atlas de IA, destacado como uno de los mejores libros sobre este campo según The Financial Times.
Por eso, la experta en ética de la Inteligencia Artificial, fue la encargada de dar inicio a las charlas especializadas de la decimotercera edición de Congreso Futuro, que comenzó este lunes en el Centro Cultural CEINA. Durante su exposición, la científica alertó sobre los verdaderos riesgos de la IA.
La especialista australiana lleva casi 20 años analizando los sistemas de datos a gran escala y su tema de estudio por excelencia: la inteligencia artificial. En específico, las implicaciones sociales y políticas de la IA en diferentes contextos como la economía, el trabajo, el medioambiente e, incluso, la democracia.
¿De dónde viene el miedo a la IA?
La experta empezó su presentación con una afirmación preocupante: “Hay una nueva amenaza existencial a la que se enfrenta nuestra especie”. A diferencia de lo que muchos pensarían, Crawford aclara que no se trata del cambio climático, la guerra o la pobreza, sino de la Inteligencia Artificial. Específicamente, de la Inteligencia Artificial General (IAG, por sus siglas en inglés), una idea hipotética de la IA que es mucho más grande y poderosa, que eventualmente podría acabar con la especie humana.
Sin embargo, el discurso de la científica se centró en el trasfondo de esta conjetura: quiénes son los que sembraron el miedo a la Inteligencia Artificial y se esfuerzan en mantenerlo, y qué es lo que realmente debería preocuparnos como sociedad; una realidad mucho más cercana y tangible que un robot o un súper humano que puede reemplazar a la humanidad.
Entonces, ¿cuál es la verdadera amenaza? Según Crawford, la respuesta es una paradoja notable.
”Las personas que lanzan las mayores amenazas son, de hecho, las responsables de la construcción e implementación de la IA. La clase multimillonaria de la tecnología sostiene que sus propios productos podrían un día alzarse y destruir a la humanidad. ¿Y quiénes creen que son los que pueden salvarnos? ¿Lo adivinan? Sí, son ellos”, manifestó.
“Esta es una de las ideologías más egoístas y peligrosas de nuestro tiempo”, añadió, porque se trata de un orden en el que, en función de resguardar sus intereses, se utilizan historias fatalistas del futuro para distraer a las personas de los riesgos que acontecen en el presente.
El riesgo actual de la IA
Para la elaboración de su libro, Atlas de IA, la investigadora viajó durante cinco años por el mundo para conocer las consecuencias palpables y actuales de la Inteligencia Artificial, como el daño medioambiental. Crawford ejemplificó con la extracción de litio para la construcción automóviles Tesla, que usan la mitad de las reservas totales de litio del planeta. Asimismo, destacó que el lugar más rico en este mineral se encuentra en Chile, por lo que el país está en el “centro de una batalla minera geopolítica”.
De la misma forma, explicó que inteligencias artificiales, como ChatGPT “utilizan la energía equivalente a 33.000 hogares en Estados Unidos al día”. Cifra que se incrementaría con el paso de los años.
“Lo que estamos viendo ahora con la industria de la IA es un proceso de tres partes: abstracción, extracción y distracción. Porque nos distraemos con mitos y misticismo, con la novedad de los chatbots de IA, mientras que la verdadera crisis está creciendo: la reducción rapaz de los recursos que ya son tan escasos en el planeta”, afirmó Crawford.
Respecto de otras consecuencias del uso de la IA, la experta mencionó las emisiones de carbono y el problema del agua. En relación a esto último, Crawford comentó que una conversación con ChatGPT equivale al desperdicio de medio litro de agua dulce. De la misma forma, Microsoft y Google aumentaron su consumo de agua del 20 al 34%.
Durante la charla, la especialista expuso que la situación no es más favorable en el ámbito económico: Google anunció que se despedirán alrededor de 30 mil personas debido a la Inteligencia Artificial. Siguiendo esta línea, la misma tecnología predijo que va a afectar las actividades del 80% del campo laboral de Estados Unidos.
En términos políticos y sociales, Crawford aseguró que la Inteligencia Artificial también representa un problema, pero esta vez ligado a la divulgación de noticias falsas: “Las herramientas de IA generativa pueden producir contenido que es completamente creíble, lo que socava nuestra capacidad de distinguir lo real de lo falso. Eso nos hace vulnerables a nuevas formas de manipulación”, explicó, lo que podría incidir en las elecciones gubernamentales y, por ende, en la democracia.
La profesora de la USC Annenberges, advirtió que esto resulta aún más preocupante cuando quienes generan estas tecnologías son propietarios de redes sociales, como es el caso de Elon Musk y Twitter, ahora llamado X.
Pese a los impactos de la IA, Crawford asegura que existen investigaciones que priman por sistemas más eficientes respecto del uso de energía y la sostenibilidad. Además, insiste en que un enfoque regulatorio y transparente de la Inteligencia Artificial es una política fundamental en la actualidad.