El coronavirus es una pandemia. Esto significa que el virus se expande por muchos países del mundo, atacando a casi la totalidad de los individuos que habitan en estos territorios.
Sin embargo, y a pesar de que el coronavirus está presente en todos los continentes, el 95% de las dosis actualmente disponibles están en manos de 10 naciones.
Dentro de este contexto y ante la inminente escasez de inmunizaciones, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha recalcado la necesidad de que los países fabriquen sus propias vacunas y que “cedan” las patentes, como un esfuerzo colectivo para poner fin lo antes posible a esta crisis sanitaria mundial.
Tedros Adhanom, director general de la OMS señaló que muchas naciones poseen la capacidad de fabricación de inoculaciones para producir sus propias vacunas contra el Covid-19, las cuales se podrían generar si se dejaran de lado los derechos de propiedad intelectual, según lo estipulado por el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio. “Esas disposiciones están ahí para ser utilizadas en casos de emergencia. Si ahora no es el momento de utilizarlas, ¿cuándo lo será?”, indicó Adhanom en una conferencia de prensa.
Esfuerzo comunitario
En octubre de 2020, a ocho meses del anuncio de pandemia, Sudáfrica e India enviaron un comunicado a la OMS explicando la necesidad de renunciar momentáneamente a las patentes de las vacunas para que estas puedan estar disponibles rápidamente, en cantidades suficientes y a un precio asequible para satisfacer la demanda mundial.
La organización médica y humanitaria internacional Médicos sin Fronteras, también solicitó a todos los gobiernos que respalden esta solicitud conjunta de exención de derechos de propiedad intelectual.
“Una pandemia no es el momento para seguir haciendo negocios como de costumbre. No hay lugar para las patentes o el lucro empresarial mientras el mundo se enfrenta a la amenaza del Covid-19”, afirmó en un comunicado Leena Menghaney, directora de la campaña de acceso de Médicos Sin Fronteras en el sur de Asia.
Tedros afirmó que la próxima semana la OMS y los socios del mecanismo COVAX se reunirán con socios de los gobiernos y la industria para “identificar los cuellos de botella en la producción y discutir cómo resolverlos”.
El director general de la OMS ha señalado que COVAX ha entregado en su primera semana de funcionamiento más de 20 millones de dosis a 20 países: Ghana, Costa de Marfil, Angola, Camboya, Colombia, República Democrática del Congo, Gambia, India, Kenia, Lesoto, Malawi, Malí, Moldavia, Nigeria, Filipinas, Corea del Sur, Ruanda, Senegal, Sudán y Uganda.
La próxima semana, COVAX entregará 14,4 millones de dosis a otros 31 países.
“Se trata de un progreso alentador, pero el volumen de dosis que se distribuye a través de COVAX es todavía relativamente pequeño. La primera ronda de asignaciones cubre entre el 2 y el 3 por ciento de la población de los países que reciben vacunas a través de COVAX, incluso mientras otros países avanzan rápidamente hacia la vacunación de toda su población en los próximos meses”, mencionó el director general de la OMS.
COVAX es una alianza impulsada por actores públicos y privados con el objetivo de garantizar el acceso equitativo a las vacunas en los países que no pueden adquirirlas por sus propios medios.
El director general de la OMS ha indicado que la prioridad ahora es aumentar la producción de vacunas. “Actualmente nos enfrentamos a varios obstáculos para aumentar la velocidad y el volumen de producción, desde las prohibiciones de exportación hasta la escasez de materias primas como el vidrio, el plástico y los tapones”, agregó Tedros.
Patentes comerciales en juego
Ante la propuesta de que los países produzcan sus propias vacunas contra el Covid-19 renunciando a la propiedad intelectual, Tedros ha detallado que la primera medida debería ser poner en contacto a las empresas que están produciendo las vacunas con otras compañías que tienen un exceso de capacidad para generar y terminar las vacunas. “Esto podría ayudar a acelerar la producción y aumentar los volúmenes”, señaló.
El segundo planteamiento de la OMS es la “transferencia bilateral de tecnología”, mediante la concesión voluntaria de licencias por parte de una empresa propietaria de las patentes de una vacuna contra el coronavirus a otras empresas que puedan producirlas.
“Un buen ejemplo de este enfoque es AstraZeneca, que ha transferido la tecnología de su vacuna a SKBio de Corea del Sur y al Serum Institute de India, que está produciendo las vacunas de AstraZeneca para COVAX”, ha afirmado, aunque reconociendo que “la principal desventaja de este enfoque es la falta de transparencia”.
La organización sanitaria opta por la transferencia coordinada de tecnología, ya que implicaría que las universidades y los fabricantes concedieran licencias de sus vacunas a otras compañías a través de un mecanismo mundial coordinado por la OMS, lo cual facilitaría la formación del personal y coordinaría el dinero en infraestructura.
Además, esto proporcionaría más transparencia y un enfoque global más coherente que contribuye a la seguridad sanitaria regional. Y es un mecanismo que aumentaría la capacidad de producción no solo para la pandemia de Covid-19, sino para futuras pandemias y, potencialmente, para la producción de vacunas para los programas de inmunización ordinarios”, indicó Tedros.
Asimismo, el director general de la OMS recordó que ya se ha aplicado esta medida antes. Tras la propagación de la gripe H5N1 a mediados de la década de 2000, la OMS apoyó la transferencia de tecnología para la producción de vacunas contra la gripe pandémica a 14 países, aumentando la capacidad mundial en más de 700 millones de dosis.